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sábado, 16 de mayo de 2020

'El nadador': Burt Lancaster se hunde en piscinas de miseria

Desde mis primeras aproximaciones al cine, recuerdo a Burt Lancaster como uno de mis actores favoritos. Imponente siempre en pantalla. Ya sea chantajeando en Broadway, batiéndose el cobre en OK Corral o como héroe de la montaña, Lancaster es un tipo genial. Hablo en presente, porque todavía hoy sigo descubriendo películas suyas, pese a dejarnos allá por 1994.

Uno de esos hallazgos ha sido gracias al canal TCM, con El nadador (1968). De nuevo con ese porte majestuoso, Burt Lancaster irrumpe entre las aguas, como una suerte de Neptuno, y canaliza toda la trama de esta película, dirigida por Frank Perry, que es un 'dramon' de esos de quitar el hipo.


martes, 15 de enero de 2019

'Apartamento para tres': La despedida de un mito

Es difícil escribir sobre Cary Grant de pie, pero cuando cualquier amante del cine hace referencia al actor nacido en Bristol, lo tiene que hacer de esa manera. Archibald Alexander Leach (1906) se convirtió con sus trabajos, talento y agudeza en uno de los mejores intérpretes de la historia, probablemente dentro del top 5.

Desde su debut en 1932, Grant demostró sus dotes en determinados géneros: aventura -Gunga Din-, drama- Tú y yo-, bélico- Destino Tokyo- y especialmente en la comedia, en la que tanto su físico como desparpajo le convirtieron en un icono de la comedia clásica norteamericana, con títulos emblemáticos como La fiera de mi niña o Historias de Filadelfia.

A pesar de retirarse prematuramente -a los 62 años-, privandonos de alguna que otra interpretación más para disfrutar, el broche que le puso a su carrera en el año 1966 con Apartamento para tres. Un cierre perfecto a una carrera envidiable.


martes, 23 de mayo de 2017

'Furia': La justicia y la venganza según Fritz Lang

Hablar de Fritz Lang es hacerlo de uno de los directores más representativos de la historia del cine. Y sus películas son el aval perfecto para la anterior afirmación. Máximo exponente del expresionismo alemán, el nazismo le obligó a exiliarse en Estados Unidos, donde tardó dos años en facturar su primer película americana. Y mereció la pena, porque en 1936 rodaba su ópera prima estadounidense bajo el título de Furia.

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