El diablo a todas horas, disponible desde hace semanas en Netflix, es de esas películas cuyo título da directamente en el clavo. El director Antonio Campos se ha rodeado de una pléyade de actores, para adoptar la sórdida novela de Donald Roy Pollock, que además es el narrador durante todo el filme. Un conglomerado de personajes, que se baña en el lodazal que representa, a lo largo de dos décadas, el pueblo de Knockemstiff (Ohio).