En mayo de 1814, Napoléon se vio obligado al exilio en la isla de Elba, acorralado por las potencias europeas (Inglaterra, Austria, Prusia y Rusia). "Francia ha caído, pero acordaros de mí", grita un emocionado Rod Steiger, ante sus soldados, momentos antes de partir a su 'jaula' insular.
El actor se metía de lleno en la piel del emperador allá por 1970, en la superproducción italo-soviética: Waterloo, dirigida por Serguéi Fiódorovich Bondarchuk, bajo la producción del prestigioso Dino de Laurentiis. El director soviético venía de ganar el Oscar a la mejor película de habla no inglesa por Guerra y Paz; mientras que Laurentiis tenía entonces bajo el brazo, obras maestras del celuloide como La gran guerra (1959), Todos a casa (1960), Barrabás (1961) o La Biblia (1966).