"Un verano me encontraba de vacaciones con la familia en Cádiz. Un amigo me invitó a
una barbacoa y cuando acabamos, otro me invitó a un pequeño barquito que tenía en una
cala. Cuando nadábamos hacia él, mi amigo se adelantó. Él estaba más acostumbrado a las aguas de Cádiz. Arrancó el
barco y me recogió.
Después de noche, ya en casa, pensé que en el Estrecho la zona de las corrientes
es peligrosa y de forma natural me imaginé qué hubiese pasado si no llega el
barco de mi amigo. Si me hubiese quedado allí en alta mar. Y así salió de forma natural este corto".