Dejo dicho de primeras que me gusta Guy Ritchie. Matizo: el de Lock & Stock, Snatch, Sherlock Holmes, Operación U.N.C.L.E. y The Gentlemen. Esta última, de hecho, fue mi última y grata experiencia con el británico. Una sensación que, por el contrario, no me ha despertado Operación Fortune: El gran engaño.
Y eso que había mimbres, a priori, para un buen producto. Al menos el reclamo es inmejorable. A saber, que el agente del MI6, Orson Fortune (Jason Statham), enrola en su equipo a una de las estrellas de cine del momento en Hollywood (Josh Harnett), para que los ayude en una misión encubierta para abortar la venta de tecnología de última generación, capaz de manejar el resto de máquinas y convertirse en una suerte de Skynet elevada al cubo, que ha sido robada de un almacén no tan secreto.
El intermediario de esta venta es el multimillonario y filántropo Greg Simmonds (Hugh Grant), cuya única religión es la del Dios del dinero y, para adorarle, el fin justifica los medios. Y los postores a hacerse con esta Caja de Pandora son unos cuantos tipos de dudosa moralidad.