"Dicen que Dios creó el mundo en seis días y al séptimo, descansó. Por eso a veces, las cosas más horribles pasan en domingo, mientras Dios duerme". El domingo 26 de agosto de 1990 está grabado a fuego en la memoria de España. Décadas de rencillas entre dos familias, los Izquierdo (conocidos como 'Los Pataspelás') y los Cabanillas (conocidos como 'Los Amadeo'), se saldaron con una masacre casi televisada y que hoy, treinta años después, sigue dejando helado a cualquiera. Al menos al que esto escribe.
Puerto Hurraco, pedanía del municipio de Benquerencia de la Serena, ubicado en Badajoz (Extremadura), se teñía de sangre la tarde de aquel fatídico domingo, cuando los hermanos Antonio y Domingo Izquierdo partían de la localidad de Monterrubio de la Serena, rumbo a Puerto Hurraco, con el objetivo de "cazar tórtolas". El resultado de aquella 'batida': nueve personas asesinadas y otras doce heridas. Vidas destrozadas y una historia que no hay que olvidar, para que nunca vuelva a repetirse.