Perogrullo o perogrullada es aquello que ocurre cuando se dice una cosa tan obvia sabida, que resulta hasta absurdo decirla. Por ejemplo: no hay futuro sin presente. Y sin embargo se da la paradoja de que algo tan manifiesto, evidente y de cajón se ha olvidado, pues se omite el presente y se salta constantemente a un futuro incierto, donde se vive (si a eso se le puede llamar vivir) angustiado por algo que no ha ocurrido. No contentos con eso, regresamos al pasado para martirizar un poquito más la maltrecha conciencia, y en ese juego sigue la humanidad.
Eso viene a mostrar (al menos a mi) La guerra del mañana, disponible en Amazon Prime Video y con Chris Pratt como maestro de ceremonias. En síntesis, en mitad de la final del Mundial de Qatar 2022, un grupo de humanos del 2050 aterriza armado en el partido y avisa a la humanidad que su extinción está próxima a su fin por una invasión alienígena.
Para ganar la contienda, los ciudadanos mayores de edad del 2022 son enviados al futuro a través de un agujero de gusano. Entre ellos Pratt, padre de familia americano (ya me dirán que hace viendo a lo que se presupone Brasil), que presencia atónito desde el sofá de su casa la escena. Él y otros, tanto de hoy como de más allá, tendrán en su mano evitar el final de la raza.