El poder del perro fue una multipremiada película dirigida en el 2021 por Jane Campion. También fue el título de una recomendable novela escrita por Don Winslow. Pero no, aquí y ahora no vamos a hablar ni de la película ni del libro, sino de otro poder y otro perro: Arthur, título además de la película que llega este viernes 31 de mayo a nuestras carteleras. La increíble -pero real- historia de un perro abandonado y su relación con un equipo de raid de aventura que competía en una carrera de 400 millas a través de la jungla.
Podríamos empezar hablando del poder de las historias reales. Cuando en un filme aparece el subtítulo de basado en hechos reales puede tener dos efectos. Por un lado, el espectador se puede esperar lo peor ya que tiene cierta experiencia con telefilmes emitidos a la hora de la siesta que contenían esa leyenda de basada en una historia real. Por otro lado, le puede aportar valor a la historia si esta es difícil de creer, si es tan extraordinaria que uno piense que solo puede suceder en la ficción.
Y sin embargo, que la película dirigida por Simon Cellan Jones y protagonizada -notablemente, como es habitual- por Mark Wahlberg narre un hecho sucedido en la realidad no es lo más potente del mismo, ya que nos encontramos ante una obra que cimenta su éxito en la sencillez en que está narrada.
Arthur tiene ingredientes que podrían ahuyentar, a priori, al espectador medio. La historia de un atleta -y sus compañeros de equipo- con un animal -en este caso el proclamado mejor amigo del hombre- puede parecer la típica americanada que acaba destinada a ser parte de un curso intensivo de cualquier coach que pulula hoy en día de empresa en empresa dando charlas motivadoras. No obstante, la obra te atrapa desde el inicio.
La película tiene muchos puntos positivos. Personajes carismáticos, cada uno de ellos movido por diferentes motivaciones, lanzados a realizar una proeza que combina el deporte con la aventura y acompañados por un perro abandonado y maltratado que ve en ellos la familia que no tiene. Con escenas de acción perfectamente rodadas. Sin bordear los lugares comunes de este tipo de filmes -inspiración, liderazgo, superación personal, compañerismo, momentos difíciles que se superan con la ayuda del que corre y sufre a tu lado-, la película te tiene en tensión durante la hora y media de su metraje.
Arthur es un trabajo para todos los públicos que funciona como drama y como película de aventuras. Un sencillo y emotivo entretenimiento de calidad que, a pesar de poder ser calificado como previsible o de caer en la tentación de prejuzgarlo y tildarlo de esa forma, acaba sorprendiendo y cautivando. Y eso hoy en día no es nada fácil. Muy recomendable.
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