Cómo vencer a la muerte o cómo lograr alcanzar la eternidad, la inmortalidad, ha sido una de los objetivos que ha perseguido el ser humano a lo largo de la historia. Científicos, religiosos o maestros de las ciencias ocultas se han dado de bruces ante una realidad absoluta: todo lo que tiene inicio tiene fin.
En la cultura popular, el anhelo de la vida eterna tiene ejemplos muy suficientemente conocidos, como la eterna juventud en el caso de Dorian Gray, el vivir eternamente en el caso del Conde Drácula o como dotar de vida a un cuerpo que ya no la tiene en el caso de Frankenstein. Este último caso, el del monstruo creado por Mary Shelley llamó la atención de otro autor de la ciencia ficción y el terror, Harry P. Lovecraft en su novela El Resucitado.
Todos los fans del escritor estadounidense han visto como sus novelas han sido llevadas a la gran pantalla con pobres resultados. Salvo honrosos casos como El palacio de los espíritus, La llamada de Cthulhu o Color Out of Space, el acercamiento que la industria del cine ha hecho respecto a la obra de Lovecraft ha sido bastante pobre. Quizá, la más completa, disfrutable y, por qué no, la más salvaje sea Re-Animator.
Re-Animator narra las andanzas del doctor Herbert West, un científico que tras la muerte de su mentor en su Suiza, escapa a EEUU para proseguir con sus experimentos que persiguen obtener la fórmula que permita reanimar a los muertos. Allí, con la ayuda involuntaria de su compañero de piso y la novia de este, West se encontrará con la oposición de un compañero de profesión, el macabro doctor Hill.
La opera prima de Stuart Gordon reúne todos los ingredientes del aficionado al terror de Serie B: gore, desmembramientos, sangre, violencia y un poco de humor, macabro en muchas ocasiones salpicado de algún desnudo que otro. Un disfrute durante la escasa hora y media que dura la película y que, a pesar de los pocos recursos económicos con los que contaba, hace de este defecto una virtud.
Y es que Stuart Gordon era un director que venía del mundo del teatro. Con un presupuesto tan limitado, tuvo que renunciar a rodar en exteriores. La mayoría de las escenas se reparten entre la casa que comparten el doctor West y el doctor Dan, el hospital en el que trabajan y la morgue donde se acumulan los cuerpos.
Otra posible desventaja que podía presentar el filme es la nula presencia de actores reconocidos para el gran público. A pesar de ello, todos están perfectos. Desde Jeffrey Combs, como un científico obsesionado con conseguir probar, a través de un suero verdoso, que podía revivir a los muertos; hasta David Gale, que se pone en la piel del doctor Hill, un hombre obsesionado, en este caso, con Megan Heasley -Barbara Crampton-, novia del doctor Dan Cain -Bruce Abbott-, una especie de Bruce Campbell en Terroríficamente Muertos y no solo por su parecido físico, sino porque es el que peor lo pasa de todo el metraje.
Llama la atención la banda sonora del filme. Con la intención de homenajear al célebre compositor Bernard Herrmann, Richard Band realiza un descarado plagio de la partitura de Psicosis y ya desde los títulos de crédito iniciales -otro acierto del filme, con esa gama de colores fluorescentes que nos anticipan la presencia del líquido regenerador de vida- el espectador, no necesariamente avezado o experimentado, puede darse cuenta de dónde procede esa música.
Entre muertes violentas y grotescas, vísceras, gatos renacidos salvajes que se enganchan en la espalda, cabezas desmembradas parlantes y muertos agresivos que vuelven a la vida con el único e irracional objetivo de arrasar todo lo que encuentran a su paso, Re-Animator se erige como una joya del cine de género, tremendamente disfrutable y que no deja indiferente.
O te espanta y desagrada o te mantiene pegado al sofá de tu salón -¿quién tuvo la suerte de verla en cines?-. Hora y media de placer cinéfilo -no necesariamente culpable- que es un gran ejemplo de maximización de beneficios o de cómo hacer una gran película con un presupuesto tremendamente minúsculo. Y recuerden, la muerte es solo el principio.
Ficha Técnica
Título original: Re-Animator
Año: 1985
Duración: 86 min.
País: Estados Unidos
Género: Terror / Ciencia Ficción / Gore / Comedia / Película de culto
Dirección: Stuart Gordon
Guion: Dennis Paoli, William Norris, Stuart Gordon: Historia: H.P. Lovecraft
Música: Richard Band
Fotografía: Mac Alhberg
Reparto: Jeffrey Combs, Bruce Abbot, Barbara Crampton, David Gale, Robert Sampson, Peter Kent, Gerry Black, Barbara Pieters, Al Berry, Carolyn Purdy-Gordon
Premios: 1985: Festival de cine fantástico de Sitges: Mejor película
Puntuación: 7,5/10
Maravillosa película. Una de esas obras que trascienden el cine de género para elevarlo al colectivo masivo.
ResponderEliminarUn saludo
Ya para los medios con los que contaba muy bien elaborada. Vamos, una envidia para muchas superproducciones de ahora
EliminarAsí es. Y ha envejecido muy bien, es una gozada ver la película casi 30 años después y disfrutarla como si la hubiesen estrenado en la actualidad.
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