Corrupción policial, derechos civiles, disturbios raciales, políticos inútiles, el FBI, narcotraficantes, asesinos, prostitutas, fiscales y gente que pasaba por allí. Baltimore, en bandeja de plata. David Simon, George Pelecanos y Ed Burns lo han vuelto hacer. Esta vez a pequeña escala, sí, pero con una fortaleza que recuerda a sus mejores tiempos.
Hablamos de La ciudad es nuestra, las cloacas del sistema político y policial de Baltimore. Y en la ficción, la hermana pequeña de The Wire, también creación de este trío incombustible, que radiografía como pocos ese ecosistema de una ciudad caótica. No solo porque se nutra de algunos de sus actores, sino por cómo enfoca todo este desbarajuste y entramado criminal de los hechos reales que adapta esta miniserie.