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miércoles, 9 de noviembre de 2022

'Vestida para matar': Mis problemas con De Palma

Brian de Palma es un gran director, de eso no cabe duda. Esta aclaración, que a priori debería ser innecesaria si uno mira la filmografía de este autor, en este caso tiene su razón de ser. No trago a De Palma cuando versiona u homenajea a Alfred Hitchcock. Sus trabajos que emulan al maestro del suspense me dejan frío, con una sensación vacía. No comparto el entusiasmo de la crítica con Fascinación, Doble Cuerpo me pareció una memez y Vestida para matar la encuentro excesivamente simple en su resolución.


De este trío voy a rescatar el último título. Probablemente sea la obra en la que De Palma meta más ingredientes del cine Hitchcock. Hay mucho de Psicosis y ciertos aspectos de La Ventana Indiscreta. El director da rienda suelta a su vena voyerista desde el primer fotograma en el que podemos ver a Angie Dickinson desnuda en la ducha, enjabonándose mientras su marido se está afeitando. Una escena en la que De Palma se solaza y nos enseña por donde van a ir los tiros en este su décimo trabajo tras las cámaras.

Esta recreación erótica, además de innecesaria, me parece cutre, más propia de un filme erótico que podrían emitir en un canal perdido del televisor a altas horas de la noche. Y es posible que esa sensación acabe por inundar el resto del metraje, porque lo que sigue no me parece ni ingenioso ni despierta en mi esa gran sorpresa que se supone persigue el autor.


De los personajes, destaco la elegancia que exhiben tanto Angie Dickinson como Nancy Allen. Se nota que, a diferencia de su idolatrado Alfred, De Palma trata con mimo a sus papeles femeninos y les da la posibilidad de destacar. En contraposición, el personaje de Dennis Franz, un policía rudo tanto en apariencia como en en el trato, cuya brusquedad le hace quedar como un cretino integral, aparentemente incapaz de resolver el crimen principal del filme. Y por último, un Michael Caine desaprovechado. Tener a uno de los mejores actores del siglo XX y que su actuación pase desapercibida, debería ser un crimen. 

Desenlace burdo y simplón, pero impecable técnicamente hablando

La forma en la que se descubre el pastel, en la que se destapa quién ha cometido el crimen y la motivación que lleva al asesino o asesina para comportarse de esa manera es muy burda y simple. Hay un encuentro con el personaje del psicólogo, que ya te da muchas pistas para resolver la incógnita, y eso, lejos de ser sutil se convierte en un detalle ciertamente zafio. 


La escena onírica del final, muy al estilo de Doble cuerpo, me acaba de confirmar que no estoy hecho para el cine en el que De Palma se acerca a Alfred Hitchcock. Porque entiendo que el problema lo tengo yo como espectador, que me quedo con el fondo, o lo que he percibido y cómo lo he percibido yo, olvidándome de la superficie. En ese sentido, el aspecto técnico de la obra sigue siendo como casi todo lo que ha hecho De Palma, impecable.

El autor es un virtuoso de la cámara, siempre lo ha sido. Su manejo de la misma es magistral y aquí da muchas muestras de ello. Sabe poner el objetivo en el lugar oportuno en todo momento. El uso de la lente partida para conseguir una mayor profundidad de campo, por ejemplo cuando el personaje de Keith Gordon investiga a los pacientes que salen de la consulta del doctor. O esa división de la pantalla, tan recurrente en el cine de De Palma,  en la que se llegan a ver hasta tres situaciones a la vez. 

Así son los genios, y a pesar de mis desavenencias con De Palma en algunos de sus filmes, considero que es un grandísimo cineasta. Me quedo con el director de Los intocables de Elliott Ness, Snake Eyes, El Fantasma del Paraíso o Atrapado por su pasado, verdaderas joyas que uno no se cansa de ver. Respecto a los particulares homenajes que realiza para algunos de sus autores de cabecera, me muestro incapaz como espectador. Que le vamos a hacer.


Ficha Técnica


Título original: Dressed to Kill

Año: 1980

Género: Intriga / Crimen / Slasher / Policíaco / Thriller psicológico

Duración: 105 min.

País: Estados Unidos 

Director: Brian De Palma

Guión: Brian De Palma

Música: Pino Donaggio

Fotografía: Ralf D. Bode

Reparto: Angie Dickinson, Nancy Allen, Michael Caine, Keith Gordon, Dennis Franz, Susamna Clemm, David Margulies, Brandon Maggart

Premios: 1980: Saturn Award: Mejor actriz (Angie Dickinson)
                1980: Círculo de críticos de Nueva York: nominada a mejor película y director
                1980: Globos de Oro: nominada a mejor actriz revelación (Nancy Allen)
                1980: Premios Razzie: Nominada a peor director, actor (Caine) y actriz (Nancy Allen)

Puntuación: 5/10

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo, es un quiero y no puedo de Hitchcock con fragmentos de viejo verde yendo a ver Emmanuelle a Perpignan. Tampoco es que haya resisitido muy bien el paso del tiempo, pero es un Hitchcock fallido.

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    1. Hitchcock tenía sus momentos de brocha gorda (especialmente alguno finales de notables películas). Pero eran pequeños borrones dentro de genialidades. De Palma aquí copia lo peor del maestro del suspense y, para mí, el conjunto es zafio y muy torpe. Me pasa lo mismo con otros títulos en los que homenajea a sus referentes (Doble Cuerpo e Impacto).
      Un saludo.

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