jueves, 28 de julio de 2022

'Puro vicio': La cara B del sueño americano

Doc Sportello -Joaquin Phoenix- es un detective privado en Los Ángeles de finales de los sesenta. Hacía ya tiempo que el bueno de Doc no veía a su exnovia, Shasta Fey -Katherine Waterston-, cuando esta vuelve a aparecer en su vida para pedirle ayuda, ya que su nuevo amante, Mickey Wolfmann -Eric Roberts-, un magnate inmobiliario, ha desaparecido. Es entonces cuando Sportello se ve envuelto en una intriga en la que policías corruptos, tramas sexuales, drogas y una gran falta de escrúpulos son los ingredientes principales. Como en cualquier historia de cine negro, al fin y al cabo.

Es difícil escribir de tus películas favoritas y no caer en la autocomplacencia. Resaltar las virtudes de esa obra que se encuentra entre aquellas que salvarías de un gran incendio o te llevarías a una isla desierta, puede parecer sencillo, pero siempre hay un grado de culpabilidad, como si estuvieses defendiendo a un ser querido, porque hay vínculos que te atan a esa persona y que son irrompibles. Eso me pasa con Puro Vicio, uno de los mejores trabajos de Paul Thomas Anderson, que ya debería ser una carta de presentación inmejorable.

Si algo ha demostrado Paul Thomas Anderson, además de haber nacido para esto del cine y de contar historias, es ser valiente. Nadie que no tenga el sentido o la cualidad de la valentía más afilado de lo normal se atrevería a llevar a la gran pantalla una novela de Thomas Pynchon. No voy a hablar aquí de este indescriptible y sobresaliente escritor, si tienes curiosidad en su obra y vida, investigarás. Si ya conoces parte de ambas, sabrás de qué hablo. El caso es que el director de obras tan cojonudas como Magnolia o Licorice Pizza tuvo los redaños suficientes para llevar al cine un trabajo de Pynchon. Y hay que estarle eternamente agradecido.

Monumento al cine negro

Puro Vicio es una obra maestra. Evidentemente, hablo desde mi posición y lo que supone esta película para mi. La novela en la que está basada también es una maravilla. Es un monumento al cine negro, un homenaje a una ciudad -Los Ángeles- en una época irrepetible -finales de la década de los 70-. Y también es una radiografía de una sociedad que tenía un sinfín de claroscuros. El reciente asesinato de Kennedy, Vietnam, la administración Nixon, los hippies con sus drogas y con la sombra de la familia Manson conformaban un peligroso cóctel de desencanto que iba haciendo mella, silenciosamente, en la sociedad norteamericana. 


Si nos centramos en Los Ángeles, la recalificación de terrenos para construir nuevos barrios residenciales, con sus añadidos toques de corrupción, daban a ese cóctel un toque explosivo. 

Todo ello aparece perfectamente en la obra de Pynchon. Que el protagonista de la historia sea un detective hippy, ayuda a ello sobremanera. Es aquí donde me voy a despegar de Thomas Pynchon y voy a centrarme el trabajo cinematográfico. 

Contador de historias, director de actores

Paul Thomas Anderson demuestra todas sus dotes en esta película. El californiano ha evidenciado en todos sus títulos ser un gran contador de historias, saber poner la cámara como pocos en el momento justo y oportuno así como ser un gran director de actores. Este tipo saca el máximo a sus intérpretes y es por ello por lo que, si uno repasa su carrera, se dará cuenta de que sus repartos son constelaciones de estrellas -exceptuando El hilo invisible- y eso no puede ser por casualidad.


Joquin Phoenix hace su mejor trabajo -Joker mediante- en esta película. El actor, que estuvo insuperable en films como, The Master, Gladiator  Asesinato en 8 mm, roles que deberían estar en cualquier escuela de interpretación, se pone en la piel de Doc Sportello de forma brillante. A ratos pasado de rosca, a ratos tierno, en otros momentos intenso y bravo, pero siempre con un aura de comicidad, sabe sacar todo el jugo a un personaje que tiene una gran cantidad de matices. 

Junto al oscarizado actor, una gran galería de personajes forman parte de la trama desfilando por el colorido Los Ángeles de finales de los 60. Josh Brolin, como Bigfoot Bjorsen, un oficial de policía que detesta y envidia, odia y admira a Sportello a partes iguales, se va a cruzar en la investigación del detective privado. Al igual que Owen Wilson, que da vida a Coy Harlingen, un antiguo saxofonista enganchado a la heroína que ejerce como infiltrado para diferentes grupos, tanto a un lado de la ley como al otro. 


Y una organización, 'El Colmillo de Oro' -The Golden Fang en el original-, que actúa como buque marino, cártel de heroína y sociedad de evasión fiscal, una empresa con la que Sportello va a ir encontrándose en sus diferentes vertientes a lo largo del filme.

El detective hippie contra la corrupción / Los Ángeles, ciudad de corrupción

Puro vicio no es un película fácil de ver ni entender, al menos en su totalidad la primera vez que la ves. Como buen filme de cine negro, hay una trama principal y un sinfín de subtramas, historias que avanzan paralelamente y a veces se entrelazan. Quizá por eso, en un primer visionado, pueden quedar cabos sueltos, no entender qué pinta tal o cual personaje en un momento dado, provocando con ello una sensación vacía en el espectador. Lo cual no es culpa de la obra, sino de la atención que se preste o lo metido que uno esté en la trama.

En cualquier caso, Inherent Vice -titulo original- vuelve a tomar Los Ángeles como decorado perfecto para una historia de detectives privados, policías corruptos, femmes fatales y las ansías de políticos locales por dar un pelotazo con empresas constructoras. Si la comparamos con obras maestras del género, como Chinatown o Un largo adiós, que compartían los mismos ingredientes y a su vez se desarrollaban en la ciudad californiana, es el tono en el que se desarrolla la historia lo que supone un punto de ruptura, una diferencia.

En el filme de Paul Thomas Anderson destacan la comicidad, la excentricidad y el absurdo, características consustanciales al protagonista, un detective hippie enganchado al cannabis. Éstas, junto a la voz en off de uno de los personajes, Sortilége -Joanna Newsom- que actúa no solo como narradora, sino como conciencia del personaje principal, dotan a la trama de un tono lisérgico que envuelven al espectador. 

Y a través de esa bruma, en ese entrar y salir de personajes, pareciendo algunos de los cuales no aportar nada a la trama principal, la historia avanza hacía un final sobresaliente, en el que todos los cabos terminan atados y con una escena previa, la conversación entre Joaquin Phoenix y Martin Donovan que es oro puro. 

Eso es Puro Vicio, oro cinematográfico. Una vuelta más al cine negro, al clásico, que a su vez es una muestra de lo gran contador de historias que es Paul Thomas Anderson. Un director con letras mayúsculas, que juega mezclando los planos generales y primeros planos, los travellings y que, una vez más, saca todo el partido posible a un reparto de campanillas. Y como apunte final, nos regala una de las mejores escenas románticas; un flashback de Doc y Shasta corriendo bajo la lluvia con el Journey Through the Past, de Neil Young, de fondo. Todo ello, como espectador y amante del séptimo arte, se merece un aplauso. Recomendación: ver este filme en un tríptico con El Gran Lebowski y Harper, investigador privado. Quizá sea el puente entre estas dos películas. 


Ficha Técnica

Título original: Inherent Vice

Año: 2014

Duración: 148 min.

Género: Comedia / Cine Negro /Intriga / Thriller

País: Estados Unidos Estados Unidos 

Dirección: Paul Thomas Anderson

Guion: Paul Thomas Anderson. Novela: Thomas Pynchon

Música: Jonny Greenwood

Fotografía: Robert Elswit

Reparto: Joaquin Phoenix, Josh Brolin, Katherine Waterston, Owen Wilson, Reese Witherspoon, Benicio del Toro, Joanna Newsom, Martin Short, Hong Chau, Jena Malone, Jordan Christian Hearn, Michael K. Williams, Martin Donovan, Peter McRobbie, Serena Scott Thomas, Belladonna, Eric Roberts, Maya Rudolph, Jeannie Berlin, Sasha Pieterse, Keith Jardine

Premios: 2014: Premios Oscar: Nominada a Mejor guion adaptado y mejor vestuario
2014: Globos de Oro: Nominada a Mejor actor - Comedia/musical (Phoenix)
2014: National Board of Review: Mejor guión adaptado
2014: Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor banda sonora
2014: Premios Independent Spirit: Premio Robert Altman
2014: Asociación de Críticos de Boston: Mejor uso de la música en un film

Puntuación: 10 / 10

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