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jueves, 19 de mayo de 2022

'Top Gun: Maverick': Más acción, más épica. Tom Cruise sigue siendo el ídolo del aire

Más de treinta años después, el binomio Jerry Bruckheimer - Tom Cruise funciona a las mil maravillas.  Corría el año 1986 y con Top Gun, Cruise entraba en el Olimpo del cine de acción con el papel de Pete 'Maverick' Mitchell. Esa sonrisa socarrona, gafas de sol y chupa de aviador tiraban abajo la puerta del Salón de la Fama de la chulería hollywoodiense. Y el tipo se mantiene, vaya que si se mantiene.

Ídolo entre ídolos, jamás entenderé la animadversión hacia Cruise, si de cine hablamos. Habla por sí sola la reputación de un actor que debutó con Franco Zeffirelli, en 'Amor sin fin', y a partir de ahí ha trabajado con: Francis Ford Coppola, Ridley Scott, Tony Scott, Sydney Pollack, Martin Scorsese, Oliver Stone, Robert Redford, Ron Howard, Sydney Pollack, Brian De Palma, Michael Mann, Paul Thomas Anderson, Stanley Kubrick, Steven Spielberg, John Woo, Christopher McQuarrie, Bryan Singer o Cameron Crowe.

En fin, normal que Cannes se haya puesto en pie para recibir la presentación de Top Gun: Maverick, una película que mejora a la original y que te deja sin aliento, o mejor dicho: Take my Breath Away.

viernes, 6 de mayo de 2022

'El sol siempre brilla en Kentucky': John Ford, guardián de la justicia

John Ford, que estás en los cielos. Si hay que hablar de uno de los directores más legendarios de la historia de Hollywod, Ford se llevaría la palma. Desde La diligencia, a Las uvas del a ira, Fort Apache, Pasión de los fuertes, El delator, El hombre que mató a Liberty Valance, El hombre tranquilo, El sargento negroLa batalla de Midway, María Estuardo, El precio de la gloria... En fin, podría estar horas recopilando clásicos del cine de siempre.

Bélicas, dramas, western... También cualquier género que caía en manos de John Ford se convertía en oro. Siempre con un trasfondo moral y ético, ensalzando por encima de todas las cosas ideales como la justicia, la tolerancia o el respeto, frente al racismo y el puritanismo de la sociedad del siglo XX, anclada en ocasiones en el XIX. Incluso cuando se aproximaba a la comedia dramática, estos valores siempre estaban presentes, como es el caso de El sol siempre brilla en Kentucky (1953), que a pesar de su tono socarrón y hasta por momentos bobalicón, bebe una de sus obras maestras como El joven Lincoln.