Lo has visto muchas veces: un 'drama happy'. La historia del patito feo, que frente a las adversidades, se convierte en cisne. Es repetitivo, sí, pero en casos como CODA, último trabajo de Sian Heder, no produce indigestión. Ahora bien, cabría cuestionarse si es necesario recurrir a estas píldoras reiterativas, o si estamos ante otro evidente síntoma de la falta de ideas en Hollywood. El eterno debate de los remakes.
Ya decía el genio poeta, filósofo y naturista alemán, Johann Wolfgang von Goethe, exponente del Romanticismo, que: "La originalidad no consiste en decir cosas nuevas, sino en decirlas como si nunca hubiesen sido dichas por otro". Mientras que para otro legendario como Haruki Murakami: "La originalidad no es más que una imitación hecha con juicio".
Partamos de la premisa que CODA descansa sobre La familia Bélier. Es su clon norteamericano y no hace ni siete años que la cinta francesa vio la luz, siendo olvidada por un Hollywood, que ahora se ha rendido al trabajo de Heder en los Oscar. Hasta tres nominaciones y no en cualesquiera categorías: película, guion adatado y actor secundario (Troy Kotsur). Y eso, tras arrasar en el Festival de Sundace.
La industria norteamericana es muy de hacer esto. Que le pregunten a Juan José Campanella y su maravillosa El secreto de sus ojos, como fue llevada al cine posteriormente por la meca y bajo homónimo título, con Chiwetel Ejiofor, Julia Roberts y Nicole Kidman de protagonistas. En fin, innecesario.
En CODA, quizá porque no vi a La familia Bélier, el resultado es bien distinto. Me agradó en su poco menos de dos horas. Una de estas 'feel good movies', que en el momento funcionan, pero con el paso del tiempo son un azucarillo disuelto en el café. Rara vez te acuerdas del café que tomaste hace diez años. Pues con CODA te sucederá lo mismo. No deja recuerdo, pero es aceptable su visionado.
En definitiva, es la historia de Ruby (Emilia Jones), la única capaz de oír en una familia de sordos, dedicada a la pesca en Gloucester, Massachusetts. Un trabajo madrugador que compagina con sus estudios en el instituto, donde va con su adolescente amiga en pleno despertar sexual.
Pero Ruby quiere algo más que chicos, tiene una voz prodigiosa y su profesor (Eugenio Derbez) sabe de este don. Entramos así en el dilema: carrera o familia, que paralelamente lucha por mantener a flote el negocio, y sobreponerse al estigma de la discapacidad auditiva. Y sobre esta dicotomía pasa el tiempo en una película superficial pero, insisto, placentera.
Podría haber sido un alegato a favor de la inclusión mucho más realista, con más chicha. Meterse más en el barro de la discapacidad auditiva, los problemas sociales y económicos en los que deriva. Pero optó por el cuento de hadas, repitiendo la fórmula de la ternura y la candidez, que en determinados tiempos suele llegar más (en mi caso, me tocó estas navidades)
Pese a esa oportunidad perdida de hacer algo con más enjundia, la película se apoya en unas interpretaciones muy interesantes, tanto Emilia Jones como Troy Kotsur, y una correcta dirección. Por lo que no pasará a la historia, obviamente, pero se dejará ver.
Ficha Técnica
Título original: CODA
Año: 2021
Duración: 111 min.
Género: Drama / Musical
País: Estados Unidos
Dirección: Sian Heder
Guion: Sian Heder
Música: Marius De Vries
Fotografía: Paula Huidobro
Reparto: Emilia Jones, Troy Kotsur, Marlee Matlin, Daniel Durant, Eugenio Derbez, Ferdia Walsh-Peelo, Amy Forsyth, Kevin Chapman, John Fiore, Erica McDermott, Owen Burke, Rebecca Gibel, Molly Beth Thomas
2021: Premios Gotham: Mejor interpretación de reparto (Kotsur) y revelación (Jones)
2021: Satellite Awards: 4 nominaciones, incluyendo mejor película
2021: Premios Independent Spirit: Nominada a mejor actor secundario (Kotsur)
La primera vez que escuché algo de ella pensé: otra medianía más. Después de leerte y saber que no pasará a la historia del cine, le daré una oportunidad.
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