'El método Kominsky (Temporada 3)': ¡Joder qué tropa!

El método Kominsky llegó a puerto. Se acabó. Tres temporadas que han rallado a una gran altura desde que emergiera con chispa en 2018, con una continuación, la segunda temporada, manteniendo un nivel de comedia que no se ha arrugado en ningún momento. Como un buen plato de comida, madurado y reposado, sabe mejor.

Y es que la pareja que nos han legado Michael Douglas y Alan Arkin en este tiempo ha sido de matrícula. Qué conexión, qué química. A la vejez viruelas, y buenas risas. El creador de The Big Bang Theory, Chuck Lorre, ha conquistado Netflix desde la autenticidad de unos personajes creíbles, que han logrado el éxito profesional, pero en lo personal, son otra historia. Conjugar las dos esferas en estas temporadas ha sido un trabajo maravilloso.

También en esta tercera entrega, a pesar de la partida de Arkin. Difícil ocupar el puesto de un actor magnífico, de los de siempre. Un intérprete que combina el drama y la comedia como pocos. Así que siendo inteligente, Lorre no ha buscado un sustituto de relleno, si no que un poco de allí y de allá, ha reformulado la serie para darle el final que se merecía.

Y eso gracias a una incombustible Kathleen Turner, a la que ha sido un placer volver a ver en pantalla y protagonizar buenos momentos, llenos de complicidad, con Michael Douglas. Pero también a un inspirado Paul Reiser, que se ha ido haciendo hueco, incluyendo ese guiño a Diner. Sublimes ambos, que con los líos del resto y parafraseando a Douglas: ¡Joder qué tropa!

Melancólica sonrisa

Manteniendo el nivel cómico, se ha incorporado un toque más melancólico, acorde a la edad de unos protagonistas que recurren a la nostalgia para dibujar una sonrisa perpetua. Se encuentran en el ocaso de sus vidas. Algunos como Norman (Alan Arkin), de hecho ya se han ido, y toca hacer balance, recomponer las piezas del puzle de la existencia y seguir adelante, porque esto no para. 

Así, situaciones tan convencionales, como el reparto de una herencia (Lisa Edelstein y Haley Joel Osment quizá sean los más flojos), transmutan en carcajadas y un capítulo cuarto bestial, de los mejores de toda la serie. 

Antes de llegar a ese climax, Lorre y compañía nos han ido conduciendo en el vehículo de la risa para impactarnos con el muro del drama, donde Kathleen Turner despliega todas sus dotes. El nexo de unión entre uno y otro género es el optimismo. Esa mirada positiva a una vida que tiene sus altibajos, sus buenos y malos momentos. Quizá sea ese el legado de El método Kominsky.

Y cómo no, Michael Douglas, que ha reconocido que cada vez se parece más a su su padre, el legendario Kirk. No le falta razón. Qué bueno es antes, durante y después de sus clases magistrales de interpretación, que tienen esta vez un cameo muy potable (toca descubrirlo). Pero eso sí, como en las dos anteriores temporadas, en esta tercera el método de Sandy no se aprende en horas lectivas, sino en su día a día. Al estilo Barry, más o menos. 

Una temporada más de descubrimientos que de aprendizaje. Así acaba una serie que, sin hacer mucho ruido, sí que repiquetea con el paso del tiempo. Bien jugado, Lorre y compañía.

Ficha Técnica

Título original: The Kominsky Method (TV Series) (Temporada 3)

Año: 2021

Duración: 6 episodios. 25 minutos aproximadamente

Género: Series / Comedia / Amistad / Vejez

País: Estados Unidos 

Dirección: Chuck Lorre (Creator), Andy Tennant, Donald Petrie, Beth McCarthy-Miller

Guión: Chuck Lorre

Fotografía:  Anette Haellmigk

Música: Jeff Cardoni

Reparto: Michael Douglas, Alan Arkin, Sarah Baker, Kathleen Turner, Paul Reiser, Lisa Edelstein, Haley Joel Osment, Melissa Tang, Jenna Lyng, Casey Thomas Brown, Melissa Tang, Ashleigh LaThrop, Graham Rogers

Puntuación: 8/10