Año 2004. Friends pone punto y final a diez años de dominio televisivo, como una de las series más reconocidas y vistas de la historia. No es para menos, pues desde que aparecieron por primera vez en 1994, Chandler, Phoebe, Ross, Monica, Joey y Rachel han conquistado el corazón de generaciones del planeta, entre los que me encuentro. Cada capítulo se convertía en una experiencia vital propia, un episodio del que siempre sacabas algo con lo que experimentar en tu día a día. Tal ha sido su poder desde entonces.
Porque yo, como muchos de los que podéis estar leyendo esto, crecí viendo Friends en esa franja gratuita que ofrecía Canal + por entonces. Este grupo de neoyorquinos se colaba por la tele a mediodía como un miembro más de la familia, y con su final algunos nos quedamos un poquito huérfanos. Si bien he de reconocer que en las últimas temporadas la frescura de los personajes empezaba a perder fuelle y era necesario cortar por lo sano.
Igual de preciso era el reencuentro diecisiete años después. Como fan, a mi me lo pedía el cuerpo. Y HBO ha cumplido estas expectativas con Friends. The Reunion, donde vuelve a juntar en poco más de hora y media a los seis amigos y un puñado de colaboradores y secundario para volver a emocionar y darte de lleno en todo el corazón. Pero sobre todo, para comprobar que por mucho que pase el tiempo, la magia sigue siendo la misma. ¡Qué placer da ese sofá y ver a míticos como Elliott Gould o Maggie Wheeler!
Y es que el paso del tiempo solo se ha notado físicamente, salvo en Phoebe. Espectacular Lisa Kudrow con esa chispa natural. Una actriz que, junto a David Schwimmer y Matt LeBlanc, lleva la voz cantante de este reencuentro, que tiene la misma fuerza vital que esas reuniones de antiguos alumnos que hayáis podido experimentar. Gracias a ellos se mantiene la energía que te daba el café de Central Park, el vigor de una amistad conservada en el tiempo y la potencia de unas confesiones que te hacen ser uno más de la pandilla.
Si bien los tres anteriores brillan con luz propia, esa intensidad se ve más menguada en Jennifer Aniston, tal vez de las pocas que logró salirse de su personaje Rachel tras los años. Pero sobre todo en Courteney Cox y Matthew Perry, más apagados que sus compinches, lo que en este último contrasta con ese Chandler que querías sin condiciones.
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