El 28 de diciembre de 1895, August y Louis Lumière proyectaron ante el público imágenes en movimiento; imágenes que cobraban vida ante los ojos de unos espectadores que, a finales del siglo XIX, no sabrían describir la sensación que recorría su cuerpo cuando veían en pantalla lo que reflejaba la cámara. Nacía oficialmente el cine.
Pero años más tarde, algo dio un giro revolucionario a este arte. La industria y la ciencia ficción iban a unirse gracias a la magia de un genio como Georges Mèliés. El mago vuelve a la vida gracias a la Fundación ‘la Caixa’, que en colaboración con el Ayuntamiento de Fuenlabrada y La Cinémathèque Française, expone en la Plaza de España de la ciudad, del 14 de abril al 12 de mayo, la muestra Empieza el espectáculo. Georges Mèliés y el cine de 1900. Una exposición itinerante que continuará en Salamanca y que está comisariada por el escritor y guionista, Sergi Martí.
Hijo de un empresario del calzado, Méliès (1861-1938) fue dibujante, mago, constructor de artefactos, director de teatro, actor, decorador y técnico, y también productor, realizador y distribuidor de más de 500 películas entre 1896 y 1912. Reinó en el mundo del género fantástico y del trucaje cinematográfico durante casi veinte años, y su contribución al séptimo arte fue fundamental: introdujo el sueño, la magia y la ficción en el cine, cuando éste aún estaba en pañales y era únicamente documental.
Frente al cine de carácter documental de los hermanos Lumière, el acto fundacional de Méliès consistió en combinar el universo de Jean-Eugène Robert-Houdin, el padre de la magia moderna, con la cinematografía de Marey, y también en dar un decidido impulso al cine como espectáculo.
Como genio de los efectos especiales, Méliès aplicó al cine trucos de magia y la técnica de la linterna mágica: pirotecnia, efectos ópticos, desplegables horizontales y verticales, paradas de cámara, fundidos encadenados, sobreimpresiones, efectos de montaje y de color.
"Las películas tienen el poder de capturar los sueños"
Los distintos espacios y recursos expositivos de la muestra descubren cómo era el mundo y el ocio de aquella época, así como las claves para entender la importancia de Georges Méliès. La exposición incluye varias películas de Méliès -que se complementan con una selección de films de los hermanos Lumière-, audiovisuales, copias de fotografías de la época y reproducciones de carteles, dibujos y una maqueta del estudio de Méliès en Montreuil, algunos objetos de época, como la carpeta fantástica de Houdin, y aparatos como el cinematógrafo de los hermanos Lumière.
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