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domingo, 7 de marzo de 2021

'The Battered Bastards of Baseball': El béisbol como primer gran amor

Kurt Russell: "Jim, has estado en la cumbre tío, ¿cómo puedes compararlo a esto?"

Jim Bouton: "¿Estás de broma? Cuando el béisbol es bueno y estás metido, es exactamente igual. Déjame hacerte una pregunta, ¿querrías estar en alguna otra parte del planeta ahora mismo?"

Kurt Russell: "Sólo quiero estar aquí ahora mismo".

Jim Bouton: "Ahí lo tienes".

Decía Quentin Tarantino hace unos años que no había nada más estadounidense que la Coca Cola, el béisbol y Kevin Costner. Estos dos últimos, muy relacionados, ya que el bueno de Kevin es un ferviente aficionado al deporte del bate. Uno de sus mejores amigos en la industria del cine y con el que comparte afición deportiva es Kurt Russell. No sabemos de donde le viene la afición a Costner, pero sí  a Russell: de su padre Bing.

Bing Russell fue una joven promesa del béisbol. Desde muy pequeño, Bing entró en contacto con sus ídolos de los Yankees de Nueva York, en especial con Lou Gehrig, Joe DiMaggio y Lefty Gómez, que le acogieron como encargado de los bates y le dedicaban todo tipo de atenciones, como a un miembro más de la plantilla del mejor equipo de las Grandes Ligas.

El germen del béisbol ya estaba dentro de Bing, llevándole a probar fortuna como jugador. Siendo una joven promesa, recibió un pelotazo en la cabeza y la carrera se truncó. Sin tiempo para compadecerse, cogió a su familia y se mudó a Los Ángeles, para probar fortuna como actor. 

El documental The Battered Bastards of Baseball nos cuenta la historia de Bing Russell y, no únicamente de cómo llegó a ser el propietario de los Mavericks de Portland, un equipo de la tercera categoría del béisbol estadounidense, sino también de cómo revolucionó un sistema arcaico de gestión de los equipos. Su llegada a Portland supuso un soplo de aire fresco, no solo para el equipo béisbol que refundó con un nuevo nombre, sino para la ciudad entera.

Una lección de vida

Con testimonios de los jugadores que Bing contrató para su equipo -la gran mayoría veteranos rebotados de otros equipos-, el documental muestra el amor que el anteriormente actor profesaba por su deporte favorito y de cómo este idilio caló en sus jugadores, que dieron lo mejor de sí mismos y disfrutaron como nunca, alejados de los grandes focos que acaparaban las Grandes Ligas y las Series Mundiales.


Relatos veraces, que llegan a emocionar por la forma en que son narrados y por lo que cuentan. La descripción de Bing Russell que dan sus antiguos pupilos, la de un rebelde que tenía un sueño y que no iba a cejar hasta conseguirlo, pero que ponía énfasis en el proceso, es maravillosa. Es decir, obviamente el resultado le importaba, pero el disfrutar durante ese camino al éxito, era el objetivo número uno. Toda una lección de vida.


Entre los miembros del equipo se encontraban el propio Kurt Russell, que fue un prometedor segundo base o el director de cine Todd Field (En la habitación), que siendo un crío se encargaba de los bates que sus compañeros iban a utilizar.

Una comunión llena de humanidad

Las revelaciones de aquellos que formaron la plantilla de los Mavericks se ven complementadas con un buen surtido de imágenes de archivo de los partidos que disputaron desde 1973. En ellas se aprecia como tanto jugadores y espectadores formaron un todo, una comunión con la que disfrutaron en un período que no habían vivido anteriormente y que probablemente nunca se volvería a repetir. Eso, como espectador, te llega, te interese o no el béisbol. 


Ahí radica el poder de este gran documental, porque conectas con lo que te está contando desde el primer minuto. Tíos naturales en un deporte humanizado, al que se iba a disfrutar, lejos de la mercantilización a donde los poderosos arrastraban al béisbol.

Su visión de éste, un deporte que amaba, su primer gran amor en palabras del protagonista, le llevó a transformarlo desde dentro, plantando cara a esos directivos y propietarios cuyo único objetivo era hacer negocio. Ese, junto con la ilusión que sembró en la ciudad de Portland y en los jugadores que contrató -unos desarrapados como se dice en el título original, "battered"- para esta gran aventura, fueron el legado de Bing Russell. Todo ello aparece reflejado en el documental The Battered Bastards of Baseball, una verdadera joya que se encuentra escondida en el catálogo de Netflix.  Altamente recomendable.


Ficha Técnica


Título original: The Battered Bastards of Baseball'

Año: 2014

Duración: 80 min.

Género: Documental / Béisbol / Deporte / Hechos Reales

País: Estados Unidos Estados Unidos

Dirección: Chapman Way, Maclain Way

Fotografía: Chapman Way

Música: Brocker Way

Reparto: Bing Russell, Kurt Russell, Lou Russell, Frank Peters, Carren Woods, Rob Nelson, Jim Swanson, Todd Field, Jon Yoshiwara, Larry Colton, Jim Bouton, Joe Garza, Reggie Thomas, Lanny Moss, Joe Garagiola, Nick Bertram, Jack Faust, Robert Richardson

Puntuación: 9/10


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