Marie Sklodowska-Curie fue una mujer excepcional. Un icono que revolucionó la ciencia, y de paso, la humanidad, a finales del siglo XIX y principios del XX. La historia la recuerda con el nombre de Madame Curie, por su matrimonio con Pierre Curie, otro genio. Eran otros tiempos. Pero sin duda, su mayor logro fue el descubrimiento de dos nuevos elementos de la tabla periódica: el radio y el polonio, que fusionados, convirtieron a Marie Sklodowska en pionera de la radiactividad.
¿Por qué insisto tanto en su nombre de pila? Porque ella nunca olvidó sus orígenes, pese a su doble nacionalidad francesa. Siempre llevó a Polonia en su corazón, que irradió vida hasta el último momento. Una vida de éxito, pero con momentos trágicos. Porque la fatalidad y la felicidad son las caras de una misma moneda.
Esta portento de la ciencia, ganadora de dos Premios Nobel en distintas especialidades (Física y Química), de hecho fue la primera, supo hacer un hueco inolvidable en una sociedad dominada por hombres. Con un carácter y una inteligencia fuera de serie, consiguió ser también la primera mujer en ocupar un puesto en la prestigiosa Universidad de París.
Nadie le regaló nada. Todo lo ganó a base de esfuerzo, constancia, sapiencia, dedicación, decisión y también, cierto sufrimiento. Valores que transmutan los siglos y sirven de ejemplo para generaciones de mujeres y hombres. Vamos, que era impepinable llevar al cine la maravillosa historia de una persona sin igual. Y así ha sido con Madame Curie, dirigida por Marjane Satrapi, responsable de la emocionante Persépolis, cuyo modelo didáctico impregna la poco más de hora y media que dura la película.
Una espléndida Rosamund Pike es la encargada de devolver a la vida a la genio científica. La inglesa es de esas actrices desconocidas para el gran público. A alguien le dices: ¿conoces a Rosamund Pike? Y te contesta, seguro, que no. Cuando le traes a la mente trabajos suyos, como Orgullo y prejuicio, El mundo según Barney, An Education, Bienvenidos al fin del mundo, Jack Reacher, Perdida, Un reino unido o 7 días en Entebbe; entonces sí, ya cae en la cuenta de quien es.
Pasa lo mismo con Curie. "¿Esa no era la de la radiactividad?". Y mucho más que eso, como decía al principio. Un símbolo de libertad, de superación, evolución y desarrollo humanos. Eso fue Madame Curie, y eso transmite en la pantalla Rosamund Pike.
Didáctica, entretenida, apasionante
Trasladar todo ese basto conocimiento científico al cine es muy complicado. Corres el riesgo de perderte entre tanta fórmula matemática. Sobre todo, si no eres de ciencias puras, como es mi caso. Eso aquí no ocurre, gracias a la pasión que le imprime Marjane Satrapi al otro lado de la cámara y Jack Thorne en un guion sin fisuras.
La cineasta franco-iraní sabe moverse entre lo didáctico y el entretenimiento, llevando por el buen camino a un reparto talentoso, que trae a la vida personajes fascinantes de la humanidad. Combina muy
Porque si Rosamund Pike está perfecta como Marie Sklodowska, no le anda a la zaga su compañero Sam Riley, en el papel de Pierre Curie, y que ya estaba genial en, donde daba vida al bueno y malogrado Ian Curtis, líder de Joy Division. La radioactividad, bien entendida, es una metáfora de lo que ambos intérpretes crean en pantalla.
Una película con mensaje
Por supuesto que Madame Curie tiene un mensaje. Está claro y es necesario. Ya lo decía más arriba. Este leitmotiv pulula a lo largo de la película, y como las partículas radioactivas, penetra en ti sin que te des cuentas. Lo harás luego, acabada la obra. Y será para bien, no como lo que padeció la humanidad a lo largo del siglo XX.
Porque la película de Satrapi pone sobre la mesa, también, las dos posibilidades de la energía nuclear: sus propiedades curativas y a la vez devastadoras. Ahí está su impronta en el campo de la medicina, contra el cáncer; pero también Hiroshima, Nagasaki y Chernobyl. Ahora bien, si algún pero tengo que ponerle a esta película, son esos saltos espacio temporales. Lo veo una perogrullada.
Aún así, no eclipsa a todo lo anterior. E incluso hay tiempo para deleitarse, una vez más, con la impecable Anya Taylor-Joy, que tiene su cuota de poder en este trabajo. La guinda a una notable producción.
Ficha Técnica
Título original: Radioactive
Año: 2019
Duración: 109 min.
Género: Biográfico / Hechos Reales / Ciencia / Historia
País: Reino Unido
Dirección: Marjane Satrapi
Guion: Jack Thorne (Biografía: Marie Curie)
Música: Evgueni Galperine, Sacha Galperine
Fotografía: Anthony Dod Mantle
Reparto: Rosamund Pike, Sam Riley, Anya Taylor-Joy, Aneurin Barnard, Simon Russell Beale, Jonathan Aris, Indica Watson, Mirjam Novak, Tim Woodward, Cara Bossom, Richard Pepple, Michael Gould, Mark Phelan, Corey Johnson
Puntuación: 8/10
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