El cine independiente es sinónimo de libertad. Y eso a mi me gusta. Lejos de las presiones de los grandes estudios y los recortes de las productoras, los directores y guionistas hacen auténtico arte con estas películas. Luego podrán gustar más o menos, pero los creadores se sienten libres para ofrecer, finalmente, la obra que en su cabeza se gestó.
Siempre se me viene a la mente, cuando hablo de estos temas, la película Así empezó Hollywood, de Peter Bogdanovich. Un grupo de "locos", pioneros del séptimo arte, capaces de todo por alcanzar el éxito. De la industria americana, a la Nouvelle Vague, y de nuevo a Sundance, O en España, por ejemplo, Gijó, Ourense, A Coruña, Nocturna Madrid, incluso Sitges, y tantos otros.
En fin, que el cine indie mola. Y hoy traigo a uno de esos directores que viene pegando fuerte en esta corriente. Se trata de Israel González, vecino de Alcorcón (Madrid) que espera empezar 2021 con buen pie y hasta 13 candidaturas a los Premios Goya por su película Fuel. Rodada con 6.000 euros, en cuatro días, en el desierto almeriense y con mucho esfuerzo, sacrificio, dedicación y amor al cine.
“Hacemos un cine muy independiente y libre. Hacemos lo que queremos y esa emoción se la contagiamos a la gente, que quieren participar con nosotros, aún sin tener el guión hecho”, me contaba el director de Alcorcón, en una conversación que teníamos recientemente.
El propio Israel y Floren González producen, con NIDO Films, la película, que cuenta la historia de “el Javi”, un chico de barrio, que tras cumplir dos años de cárcel, sale con la intención de cambiar su vida por completo.
Hacemos lo que queremos y esa emoción se la contagiamos a la gente, que quieren participar con nosotros, aún sin tener el guión hecho”
Por azar de la vida, conoce a Laura, y una flecha de cupido atraviesa sus corazones. En medio de todo esto, está el hermano pequeño de “el Javi”, Carlitos, un raterillo de poca monta con una enorme reputación en su ambiente, un liante en toda regla. Por último, Jose Manuel, padre de ambos, un hombre abandonado a la soledad y la nostalgia, que se verá envuelto en un cruce de caminos hacia un infierno callejero.
Así que tendremos amores y desamores. Amistad y traiciones. Perdones y rencores. Historias de calle donde cada acto, tiene su repercusión. Y como testigos, las calles de Alcorcón, Móstoles, Carabanchel, Caño Roto, Barrio La Uva, Hortaleza, Pan Bendito, Villaverde y otras zonas del extrarradio de la capital de España.
'Cine quinqui' del siglo XXI
Entre los setenta y los ochenta, en el cine español se popularizó el llamado 'cine quinqui'. Historias de ladronzuelos de los bajos fondos de Madrid y otras ciudades de España, que se ganaban la vida rateando. Amigos de lo ajeno, en muchas ocasiones, basados en historias reales, pues aquellas décadas la inseguridad ciudadana era bestial.
José Antonio de la Loma, Vicente Aranda y Eloy de la Iglesia fueron grandes exponentes de este cine. También hicieron su incursión en él Carlos Saura y hasta Pedro Almodóvar (¿Qué he hecho yo para merecer esto?). Y con ese espíritu, Israel González quiere traer al siglo XXI aquella forma de rodar y narrar historias, con fuerte contenido social.
"Tenemos poco dinero y vamos a apostar a un número. O suena o nos arruinamos (ríe). Está mal que lo diga, pero si no lo digo yo no lo dice nadie. Va a ser un bombazo y esperamos estrenar en Málaga. A partir de ahí: Donostia, Seminci y Goya. Sin parar", me confiesa.
Y otro dato importante que me adelantó, el dinero que se recaude con esta película, se destinará a aquellos chavales en una situación difícil, para que puedan tener un futuro digno. Si no fuera por gestos así, de ayuda mutua entre iguales, hace tiempo nos hubiésemos ido a la mierda como país. Por fortuna, el arte y lo social vienen al rescate de los fiascos de arriba. Motivo más que suficiente, pues, para apostar por La vida que no es nuestra, este 2021.
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