¿Qué hubiese pasado si EEUU no hubiese intervenido en la II Guerra Mundial? Lo más seguro es que Hitler se hubiese adueñado de Europa. Sin la presencia de los norteamericanos, Churchill no hubiese podido aguantar la presión nazi y el frío ruso no hubiese sido un escollo para los germanos.
Y otras cuestión. ¿Qué habría ocurrido si EEUU se hubiese alineado, al menos políticamente, con el III Reich? Eso es lo que ha intentado contar David Simon, adaptando una novela de Philip Roth, en La conjura contra América.
Imaginad que en 1940, el famoso aviador Charles Lindbergh gana las elecciones presidenciales de EEUU, y una de las primeras medidas que toma es llegar a un acuerdo con Adolf Hitler. Uno de los resultados sería el rápido crecimiento del antisemitismo dentro del país, al igual que ocurrió en Alemania durante los años 30.
Con un interesante punto de partida distópico, La conjura contra América va de más a menos. La miniserie, de seis capítulos, tiene un comienzo prometedor, con esa atmósfera agobiante y terrorífica, que se hace más latente según los Estados Unidos se van posicionando del lado alemán y los judíos norteamericanos van sufriendo el desprecio, humillación y violencia de sus propios compatriotas. Sin embargo, cuando la historia va avanzando, ésta, o la forma en que se nos cuenta, se muestra muy torpe.
Algo que sorprende, ya que David Simon es un maestro a la hora de contar historias. En sus mejores trabajos -The Wire, The Deuce, Show me a Hero- los personajes tienen muchas aristas. Incluso identificando a los malos de la función, la ambigüedad de estos llega, en la mayoría de los casos, a atraer al espectador.
En La conjura contra América, estos roles son presentados de una forma muy burda, especialmente los judíos que colaboran con la Administración Lindberg, representados con muy poca sutileza, como idiotas y arrogantes. Quizá la imagen que se da de estos personajes sea lo que más chirría en este sentido, restando autenticidad al relato general.
Una sensación más agria que dulce
Charles Lindbergh fue un personaje muy popular, encumbrado como héroe a finales de los años 20, que simpatizó con Adolf Hitler y apostó por el aislacionismo estadounidense en la II Guerra Mundial. Pero también participó en la contienda, diseñando aviones e incluso participando en misiones de combate derribando naves enemigas.
Todo esto no se cuenta en la miniserie, y no es que haga falta, al fin y al cabo, es una distopía, una historia alternativa. Pero aún siendo ficción, había mejores formas de narrarla, sin ser maniqueos o recurriendo a detalles bastante manipuladores.
Afortunadamente, la historia no sucedió como narró en su relato semi autobiográfico, Philip Roth. Su papel es el del pequeño de la familia protagonista en la miniserie, los Levin. Imagino que la novela, con muchos más detalles y profundidad, dejará a sus lectores más satisfechos. Desafortunadamente, en esta ocasión David Simon me deja con una sensación más agria que dulce.
Las comparaciones en estos casos suelen ser odiosas, pero si de verdad se quiere disfrutar de un período alternativo de la historia reciente de los EEUU, recomiendo la notable 22.11.63, adaptación de otro coloso de la narrativa como es Stephen King.
Ficha Técnica
Título original: The Plot Against America
Año: 2020
Duración: 6 episodios. 60 minutos aproximadamente
Género: Series / Drama / Política / Histórico / Distopía
País: Estados Unidos 
Dirección: David Simon (Creator), Ed Burns (Creator), Minkie Spiro, Thomas Schlamme
Guion: David Simon, Philip Roth, Ed Burns, Reena Rexrode (Novela: Philp Roth)
Fotografía: Martin Ahlgren
Música: Blake Leyh
Reparto: Morgan Spector, Zoe Kazan, Anthony Boyle, Winona Ryder, John Turturro, Azhy Robertson, Jacob Laval, Caleb Malis, David Krumholtz, Michael Kostroff, Ben Cole, Caroline Kaplan, Ed Moran, Philip Hoffman, Leslie Fray, Steven Maier, Keilly McQuail, Martino Caputo
Puntuación: 5/10
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