"No busques en el montaje el plano que no has filmado". "El cine es un arte industrial". "El vídeo es el prêt à porter del cine". "El vídeo es el cine en diferido". "El cine es el sueño industrial de una sociedad industrial".
Son solo algunos de los lemas que se encuentran en la casa del director de cine, José Manuel Varela (Adolfo Marsillach), quien junto a su amigo y guionista, Federico Alcántara (Jesús Puente), trata de levantar su última película: Me deprimo despacio. Un trabajo que esconde parte de la biografía de ambos. Director y guionista que ven como su mundo se derrumba mientras ellos hacen cine.
Algo parecido a lo que Ingrid Bergman le decía a Humphrey Bogart en Casablanca. Ya que tanto Varela como Alcántara, amantes del cine, atraviesan por momentos personales más propios de una película de terror. El primero: divorciado, con La Mala (María Casanova) entrando y saliendo de su vida, un padre muerto con el que habla mientras cabila sobre el devenir de su película y una hija en plena revolución hormonal (Emma Suárez). Mientras que el segundo (Alcántara) se enfrenta a una obra de teatro sin pies ni cabeza y un matrimonio con Pili (Encarna Paso) que languidece.
Con ese panorama aún tienen que negociar cómo rodar su historia con el productor Dionisio Balboa (José Bodalo), que está convencido de que: "En las películas españolas ya no se besa, solo se jode". Y que: "Una película es algo donde pasan muchas cosas y todo sale bien". Así que, que se dejen de zarandajas de cine de autor y este plano así o asá.
Todo este multiverso, que no universo, como dice Alcántara, se encuentra en Sesión continua, cinta por la que José Luis Garci, el gran José Luis Garci, fue nominado al Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 1984. Un trabajo donde el oscarizado español muestra una vez más su amor al cine -con esa introducción queda claro- y cómo eso condiciona la vida real.
La prosa del guión de Garci y Horacio Valcarcel esculpe unos personajes maravillosos como los dos protagonistas. La pareja compuesta por Adolfo Marsillach y Jesús Puente es perfecta. Tanto desde el punto de vista humano como profesional. Dos tipos de carne y hueso que evidencian las pasiones de Garci por el cine, la literatura y el fútbol. Placeres mundanos. A la par que conviven, ya digo, con una realidad familiar y sentimental que es de todo menos heroica y artística.
Junto a ellos, varios secundarios donde la presencia femenina es esencial para el desarrollo de Sesión continua. Así destacan María Casanova o Encarna Paso, y en un segundo plano una jovencísima Emma Suárez que representa la juventud y las asignaturas pendientes de sus mayores.
Y por supuesto los diálogos. No sobra ni una coma. Todo está bien medido y proporcionado, en constante armonía los momentos de drama con la comedia. Porque las discusiones entre Marsillach y Puente, a veces con Bódalo, son muy divertidas. Sumando incluso para la causa el cameo de Antonio Mercero. Eso casa perfectamente con los golpes de la vida, más en una década -los ochenta- donde muchos hogares sufrieron el zarpazo de lo que en un momento determinado se trata en el filme.
En una palabra, o en una oración, escrita en cualquiera de las películas de José Luis Garci hay más cultura que en todos esos paniaguados y esbirros que fomentan el apagón y tratan de apropiarse sin méritos del término. Garci es hoy un patrimonio artístico del que cualquier país se sentiría orgulloso. En esta lamentable España, en cambio, se hacen chistes en prime time. Yo soy de los primeros y de estar eternamente agradecido a un director que, como en esta página, ama al cine por encima de todas las cosas. Incluido el dinero.
Título original: Sesión continua
Año: 1984
Duración: 96 min.
Género: Comedia dramática / Cine dentro del cine / Drama
País: España
Dirección: José Luis Garci
Guion: José Luis Garci, Horacio Valcárcel
Música: Jesús Gluck
Fotografía: Manuel Rojas
Reparto: Adolfo Marsillach, Jesús Puente, María Casanova, José Bódalo, Encarna Paso, Emma Suárez, Víctor Valverde, Patricia Calot, Pablo Hoyos, Yolanda Ríos
Premios: 1984: Nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa
Puntuación: 9/10
Son solo algunos de los lemas que se encuentran en la casa del director de cine, José Manuel Varela (Adolfo Marsillach), quien junto a su amigo y guionista, Federico Alcántara (Jesús Puente), trata de levantar su última película: Me deprimo despacio. Un trabajo que esconde parte de la biografía de ambos. Director y guionista que ven como su mundo se derrumba mientras ellos hacen cine.
Algo parecido a lo que Ingrid Bergman le decía a Humphrey Bogart en Casablanca. Ya que tanto Varela como Alcántara, amantes del cine, atraviesan por momentos personales más propios de una película de terror. El primero: divorciado, con La Mala (María Casanova) entrando y saliendo de su vida, un padre muerto con el que habla mientras cabila sobre el devenir de su película y una hija en plena revolución hormonal (Emma Suárez). Mientras que el segundo (Alcántara) se enfrenta a una obra de teatro sin pies ni cabeza y un matrimonio con Pili (Encarna Paso) que languidece.
Adolfo Marsillach, Jesús Puente y José Bodalo en una escena de 'Sesión continua'. |
Con ese panorama aún tienen que negociar cómo rodar su historia con el productor Dionisio Balboa (José Bodalo), que está convencido de que: "En las películas españolas ya no se besa, solo se jode". Y que: "Una película es algo donde pasan muchas cosas y todo sale bien". Así que, que se dejen de zarandajas de cine de autor y este plano así o asá.
Todo este multiverso, que no universo, como dice Alcántara, se encuentra en Sesión continua, cinta por la que José Luis Garci, el gran José Luis Garci, fue nominado al Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 1984. Un trabajo donde el oscarizado español muestra una vez más su amor al cine -con esa introducción queda claro- y cómo eso condiciona la vida real.
María Casanova y Adolfo Marsillach departen con ese toque típico del Cantábrico. |
La prosa del guión de Garci y Horacio Valcarcel esculpe unos personajes maravillosos como los dos protagonistas. La pareja compuesta por Adolfo Marsillach y Jesús Puente es perfecta. Tanto desde el punto de vista humano como profesional. Dos tipos de carne y hueso que evidencian las pasiones de Garci por el cine, la literatura y el fútbol. Placeres mundanos. A la par que conviven, ya digo, con una realidad familiar y sentimental que es de todo menos heroica y artística.
Adolfo Marsillach y a su derecha una jovencísima Emma Suárez. |
Junto a ellos, varios secundarios donde la presencia femenina es esencial para el desarrollo de Sesión continua. Así destacan María Casanova o Encarna Paso, y en un segundo plano una jovencísima Emma Suárez que representa la juventud y las asignaturas pendientes de sus mayores.
La estética de Garci
Aparte de ser terriblemente entretenida, con un guión muy bien construido y desarrolla, Sesión continua aúna toda ese estética que José Luis Garci ha regalado al séptimo arte en general y al nuestro en particular. Ese amor a Madrid, la capital que combina el blanco y negro con el color como ninguna otra ciudad; junto al Cantábrico, que aparece en breves destellos; sin olvidar la importancia de la música, como fondo a las desventuras de los protagonistas, son solo algunos de los ejemplos del gusto del madrileño de guardar las formas y el contenido. Que haya una simbiosis y un equilibrio de fuerzas.Los protagonistas con el Parque del Retiro de Madrid nevado. |
Y por supuesto los diálogos. No sobra ni una coma. Todo está bien medido y proporcionado, en constante armonía los momentos de drama con la comedia. Porque las discusiones entre Marsillach y Puente, a veces con Bódalo, son muy divertidas. Sumando incluso para la causa el cameo de Antonio Mercero. Eso casa perfectamente con los golpes de la vida, más en una década -los ochenta- donde muchos hogares sufrieron el zarpazo de lo que en un momento determinado se trata en el filme.
Yolanda Ríos y Jesús Puente. |
En una palabra, o en una oración, escrita en cualquiera de las películas de José Luis Garci hay más cultura que en todos esos paniaguados y esbirros que fomentan el apagón y tratan de apropiarse sin méritos del término. Garci es hoy un patrimonio artístico del que cualquier país se sentiría orgulloso. En esta lamentable España, en cambio, se hacen chistes en prime time. Yo soy de los primeros y de estar eternamente agradecido a un director que, como en esta página, ama al cine por encima de todas las cosas. Incluido el dinero.
Ficha Técnica
Título original: Sesión continua
Año: 1984
Duración: 96 min.
Género: Comedia dramática / Cine dentro del cine / Drama
País: España
Dirección: José Luis Garci
Guion: José Luis Garci, Horacio Valcárcel
Música: Jesús Gluck
Fotografía: Manuel Rojas
Reparto: Adolfo Marsillach, Jesús Puente, María Casanova, José Bódalo, Encarna Paso, Emma Suárez, Víctor Valverde, Patricia Calot, Pablo Hoyos, Yolanda Ríos
Premios: 1984: Nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa
Puntuación: 9/10
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