Quentin Tarantino, el 'enfant terrible'. En verano del año pasado escribía sobre su último estreno hasta la fecha: Érase una vez en Hollywood. No está bien repetirse, pero lo decía antes y lo mantengo:
"Quentin Tarantino es al cine lo que Caravaggio a la pintura. Un exponente, un icono, una revolución dentro del séptimo arte. Es irrefutable que su irrupción en la industria marcó un antes y un después. Son pocos los capaces de crear un universo aparte dentro de un todo. Algo independiente. Algo 'tarantiniano'. Una subcultura que nos ha marcado, con la que hemos crecido. Tanto espectadores como nuevos creadores. Es decir, un referente".
"Quentin Tarantino es al cine lo que Caravaggio a la pintura. Un exponente, un icono, una revolución dentro del séptimo arte. Es irrefutable que su irrupción en la industria marcó un antes y un después. Son pocos los capaces de crear un universo aparte dentro de un todo. Algo independiente. Algo 'tarantiniano'. Una subcultura que nos ha marcado, con la que hemos crecido. Tanto espectadores como nuevos creadores. Es decir, un referente".