El 11 de febrero de 2013, Joseph Aloisius Ratzinger -Benedicto XVI- se convertía en el primer Papa de la Iglesia Católica en 598 años en renunciar a su Pontificado. No sería hasta marzo de ese año cuando el cisma se resolvería con la elección de un nuevo Papa: Jorge Mario Bergoglio, bajo el nombre de Francisco I.
Cómo se llegó a ese proceso se encuentra ahora en Netflix en la película Los dos papas, dirigida por Fernando Meirelles, responsable de títulos como Ciudad de Dios, A ciegas o El jardinero fiel. Una película con Jonathan Pryce (Ronin, Piratas del Caribe) como el Papa Francisco y Anthony Hopkins (El hombre elefante, El silencio de los corderos) como el Papa Benedicto XVI. Dos actores en estado de gracia con sendas interpretaciones magníficas. Un duelo de sotana y alzacuellos donde ambos intérpretes dan lo mejor de sí, intercambiando impresiones interesantes, muy teatrales. De largo, lo mejor de la cinta.
Y poco más, pues Los dos papas, lejos de los protagonistas británicos, acaba siendo una vano lavado de cara de una Iglesia en crisis, sin un rumbo definido y con una pérdida brutal de credibilidad y fieles. Una Iglesia Católica acorralada por años de escándalos de abusos sexuales, corrupción moral y económica, incapaz de abrirse a los cambios que exige el siglo XXI y un Papa Francisco más de anuncio que de hechos. Aunque ya ni eso, a la vista de su reciente incidente con una feligresa a la que reprendió de forma virulenta. Impropio de la figura más destacada del Catolicismo.
Sin embargo de todo lo anterior apenas se abordan unos minutos y de forma superficial en la película de Meirelles. Parece incluso que le molesta tener que pasar de refilón por estos graves asuntos. Y mientras la obra se va desarrollando sobre discursos teológicos y morales de ambos pontífices. Es verdad que a priori contrapuestos, tomando partido desde el principio el director brasileño por el canchero Papa argentino, que de aires nuevos, casi siete años después de su elección, tiene más bien poco.
Un intento de humanizar a esta extraña pareja y acercarla más al público. De mostrarnos que podrían ser dos entrañables ancianos que pasan sus días debatiendo en el banco de un parque, forjando una amistad desde polos opuestos que no parece demasiado creíble. Olvidando por momentos que son los responsables de la fe de miles de millones de seres humanos de la Tierra. Y esa es mucha responsabilidad como para tomársela a la ligera.
Desde luego no corresponde a Fernando Meirelles la expiación de los pecados de la Iglesia. Es ésta la que debe acometer esa empresa. Incluso denunciarlo de forma virulenta. Podría haber optado por un término medio, donde está la excelencia, pero ha preferido mostrar un lado más amable de sus máximos exponentes. Y uno, en este asunto, siempre espera más.
Incluso en los flashback del pasado -el de Ratzinger apenas se toca-, la película se pasa de edulcorada, con un Bergoglio nuevamente cercano cuando, salta a la vista, es pura fachada. Ya digo, más marketing que hechos refutables. Jorge Mario Bergoglio no es más que la viva imagen de la crisis existencial de la Iglesia Católica, una institución en caída libre.
No creo que esta película, que ha gustado en El Vaticano y eso ya lo dice todo, sea recordada por los siglos de los siglos, aunque tanto Jonathan Pryce y Anthony Hopkins estén en la rampa de salida en la temporada de premios. Así que por ahora me sigo quedado con el Papa Pio XIII.
Título original: The Two Popes
Año: 2019
Duración: 126 min.
Género: Drama / Amistad / Religión / Hechos Reales
País: Reino Unido
Dirección: Fernando Meirelles
Guión: Anthony McCarten
Música: Bryce Dessner
Fotografía: César Charlone
Reparto: Jonathan Pryce, Anthony Hopkins, Juan Minujín, Cristina Banegas, Sidney Cole, Luis Gnecco, Federico Torre, María Ucedo, Thomas D Williams, Pablo Trimarchi
Premios: 2019: Premios Oscar: Nom. a mejor guion adapt., actor (Pryce) y actor sec. (Hopkins)
2019: Globos de Oro: Nom. a mejor drama, actor (Pryce), sec. (Hopkins) y guion
2019: Premios BAFTA: 5 nominaciones, incluyendo mejor film británico
2019: Critics Choice Awards: Nominada a mejor actor secundario (Hopkins)
2019: Satellite Awards: 5 nominaciones, incluyendo mejor película y guion ad.
Puntuación: 6/10
Cómo se llegó a ese proceso se encuentra ahora en Netflix en la película Los dos papas, dirigida por Fernando Meirelles, responsable de títulos como Ciudad de Dios, A ciegas o El jardinero fiel. Una película con Jonathan Pryce (Ronin, Piratas del Caribe) como el Papa Francisco y Anthony Hopkins (El hombre elefante, El silencio de los corderos) como el Papa Benedicto XVI. Dos actores en estado de gracia con sendas interpretaciones magníficas. Un duelo de sotana y alzacuellos donde ambos intérpretes dan lo mejor de sí, intercambiando impresiones interesantes, muy teatrales. De largo, lo mejor de la cinta.
Y poco más, pues Los dos papas, lejos de los protagonistas británicos, acaba siendo una vano lavado de cara de una Iglesia en crisis, sin un rumbo definido y con una pérdida brutal de credibilidad y fieles. Una Iglesia Católica acorralada por años de escándalos de abusos sexuales, corrupción moral y económica, incapaz de abrirse a los cambios que exige el siglo XXI y un Papa Francisco más de anuncio que de hechos. Aunque ya ni eso, a la vista de su reciente incidente con una feligresa a la que reprendió de forma virulenta. Impropio de la figura más destacada del Catolicismo.
Anthony Hopkins da vida al Papa Benedicto XVI y Jonathan Pryce a Francisco I (Netflix). |
Sin embargo de todo lo anterior apenas se abordan unos minutos y de forma superficial en la película de Meirelles. Parece incluso que le molesta tener que pasar de refilón por estos graves asuntos. Y mientras la obra se va desarrollando sobre discursos teológicos y morales de ambos pontífices. Es verdad que a priori contrapuestos, tomando partido desde el principio el director brasileño por el canchero Papa argentino, que de aires nuevos, casi siete años después de su elección, tiene más bien poco.
Un intento de humanizar a esta extraña pareja y acercarla más al público. De mostrarnos que podrían ser dos entrañables ancianos que pasan sus días debatiendo en el banco de un parque, forjando una amistad desde polos opuestos que no parece demasiado creíble. Olvidando por momentos que son los responsables de la fe de miles de millones de seres humanos de la Tierra. Y esa es mucha responsabilidad como para tomársela a la ligera.
Desde luego no corresponde a Fernando Meirelles la expiación de los pecados de la Iglesia. Es ésta la que debe acometer esa empresa. Incluso denunciarlo de forma virulenta. Podría haber optado por un término medio, donde está la excelencia, pero ha preferido mostrar un lado más amable de sus máximos exponentes. Y uno, en este asunto, siempre espera más.
'Los dos papas', un intento de humanizar a los sumos pontífices de la Iglesia Católica (Netflix). |
No creo que esta película, que ha gustado en El Vaticano y eso ya lo dice todo, sea recordada por los siglos de los siglos, aunque tanto Jonathan Pryce y Anthony Hopkins estén en la rampa de salida en la temporada de premios. Así que por ahora me sigo quedado con el Papa Pio XIII.
Ficha Técnica
Año: 2019
Duración: 126 min.
Género: Drama / Amistad / Religión / Hechos Reales
País: Reino Unido
Dirección: Fernando Meirelles
Guión: Anthony McCarten
Música: Bryce Dessner
Fotografía: César Charlone
Reparto: Jonathan Pryce, Anthony Hopkins, Juan Minujín, Cristina Banegas, Sidney Cole, Luis Gnecco, Federico Torre, María Ucedo, Thomas D Williams, Pablo Trimarchi
Premios: 2019: Premios Oscar: Nom. a mejor guion adapt., actor (Pryce) y actor sec. (Hopkins)
2019: Globos de Oro: Nom. a mejor drama, actor (Pryce), sec. (Hopkins) y guion
2019: Premios BAFTA: 5 nominaciones, incluyendo mejor film británico
2019: Critics Choice Awards: Nominada a mejor actor secundario (Hopkins)
2019: Satellite Awards: 5 nominaciones, incluyendo mejor película y guion ad.
Puntuación: 6/10
coincido en que es light, insustancial y en las buenas actuaciones, pero no mucho mas es esta película que la verdad no se para que la hicieron. Pero tuvo éxito, como la propia religión que tampoco se lo merece. Saludos.
ResponderEliminarPara mi: un lavado de cara
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