Sencillamente, no me lo creo. Esa ha sido mi sensación con la última película hasta la fecha de Paco Cabezas: Adiós. Un filme que presenta a Mario Casas en el papel de Juan Santos, que sale de prisión con un permiso para celebrar la comunión de su hija en el sevillano barrio de Las Tres Mil Viviendas junto a su mujer, interpretada por Natalia de Molina.
Pero la pequeña muere tras un accidente donde el coche implicado se da a la fuga. No descubro nada pues el tráiler y los primeros minutos de película ya lo desvelan. Juan clama venganza mientras la inspectora Eli (Ruth Díaz) se ocupa del caso y tiene que lidiar con la sed de sangre del padre y su familia, otrora gloriosa en la barriada sevillana.
Tienen sospechas fundadas de quién ha sido: un clan rival de los Santos. Viejas heridas que nunca han cicatrizado. En esa búsqueda del ojo por ojo a la andaluza Juan, junto a su hermano, su tío -fantástico Vicente Romero- y su madre -Mona Martínez, de las pocas notas positivas- descubre todo un complot de corrupción que salpica a narcotraficantes y policías. Y en medio de todo este tinglado, la inspectora.
Como premisa, antes de ocupar mi asiento, he de decir que guardaba grandes expectativas. Quizá ese fue mi error, pues desde que Mario Casas sale de prisión, todo se me hace cuesta arriba. Veo mucha superficialidad, sobreactuación y giros de guión, sobre todo hacia los instantes finales, que no me convencen nada. Tampoco la cámara atosigante de Paco Cabezas, que intenta meterte en las persecuciones y tiroteos pero conmigo no lo consigue.
Ya digo, puede ser cosa mía. Pero la puesta a punto de Adiós, su desarrollo y desenlace me parecen muy flojos. Algunos destellos del reparto como Vicente Romero, Carlos Bardem -de más a menos- y sobre todo Mona Martínez, excepcional como matriarca, son lo único salvable con esa otra cara de Sevilla: sucia, enferma y podrida de crimen y drogas. Y no me voy a meter en si los acentos son buenos o desastrosos. Eso allá cada uno.
Empezaba escribiendo que no me creo este trabajo de Cabezas. Obviamente es una ficción, no es ese su cometido. Pero incluso dentro del propio guión de Adiós, me parece todo tan inverosímil que me causa hasta enfado como van evolucionando los personajes. O como en las escenas de acción se roza el ridículo y el esperpento por su ejecución.
De verdad, conozco a la Policía Nacional. Si la corrupción llega hasta El Vaticano, que no habrá en la seguridad, como en tantos otros ámbitos. Siempre una minoría que llama más la atención que la extensa mayoría de profesionales que se la juegan a diario por sueldos de mierda. Pero hasta en ese extremo, el de las corruptelas y la fina línea entre el honor, el deber y el crimen, resulta todo tan trivial, insustancial y maniqueo.
Por eso de Sevilla, en ocasiones me acordaba de Grupo 7. Salvando las distancias, por supuesto. Allí hasta los gritos de Mario Casas para hacerse respetar lograron ganarme a la causa. Aquí ni eso. Insisto que es cosa mía y que el punto de partida tiene atractivo. Pero no puedo, porque no me sale, subirme al carro de una película para olvidar.
Título original: Adiós
Año: 2019
Duración: 111 min.
País: España
Dirección: Paco Cabezas
Guión: José Rodríguez, Carmen Jimenez, Paco Cabezas
Música: Zeltia Montes
Fotografía: Pau Esteve Birba
Reparto: Mario Casas, Natalia de Molina, Ruth Díaz, Carlos Bardem, Vicente Romero, Mona Martínez
Premios: 2019: Premios Goya: 3 nominaciones, a actriz de reparto y actriz revelación
2019: Premios Feroz: Mejor trailer. 3 nominaciones
Puntuación: 3/10
Pero la pequeña muere tras un accidente donde el coche implicado se da a la fuga. No descubro nada pues el tráiler y los primeros minutos de película ya lo desvelan. Juan clama venganza mientras la inspectora Eli (Ruth Díaz) se ocupa del caso y tiene que lidiar con la sed de sangre del padre y su familia, otrora gloriosa en la barriada sevillana.
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| Ruth Díaz, como la inspectora Eli, investiga la muerte de la hija de Natalia de Molina (Foto: Julio Vergne / Sony Pictures). |
Tienen sospechas fundadas de quién ha sido: un clan rival de los Santos. Viejas heridas que nunca han cicatrizado. En esa búsqueda del ojo por ojo a la andaluza Juan, junto a su hermano, su tío -fantástico Vicente Romero- y su madre -Mona Martínez, de las pocas notas positivas- descubre todo un complot de corrupción que salpica a narcotraficantes y policías. Y en medio de todo este tinglado, la inspectora.
Como premisa, antes de ocupar mi asiento, he de decir que guardaba grandes expectativas. Quizá ese fue mi error, pues desde que Mario Casas sale de prisión, todo se me hace cuesta arriba. Veo mucha superficialidad, sobreactuación y giros de guión, sobre todo hacia los instantes finales, que no me convencen nada. Tampoco la cámara atosigante de Paco Cabezas, que intenta meterte en las persecuciones y tiroteos pero conmigo no lo consigue.
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| Mona Martínez, la matriarca de los Santos, es la nota positiva de la película (Foto: Julio Vergne / Sony Pictures). |
Ya digo, puede ser cosa mía. Pero la puesta a punto de Adiós, su desarrollo y desenlace me parecen muy flojos. Algunos destellos del reparto como Vicente Romero, Carlos Bardem -de más a menos- y sobre todo Mona Martínez, excepcional como matriarca, son lo único salvable con esa otra cara de Sevilla: sucia, enferma y podrida de crimen y drogas. Y no me voy a meter en si los acentos son buenos o desastrosos. Eso allá cada uno.
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| No termino de creerme la historia de venganza de Mario Casas (Foto: Julio Vergne / Sony Pictures). |
Empezaba escribiendo que no me creo este trabajo de Cabezas. Obviamente es una ficción, no es ese su cometido. Pero incluso dentro del propio guión de Adiós, me parece todo tan inverosímil que me causa hasta enfado como van evolucionando los personajes. O como en las escenas de acción se roza el ridículo y el esperpento por su ejecución.
De verdad, conozco a la Policía Nacional. Si la corrupción llega hasta El Vaticano, que no habrá en la seguridad, como en tantos otros ámbitos. Siempre una minoría que llama más la atención que la extensa mayoría de profesionales que se la juegan a diario por sueldos de mierda. Pero hasta en ese extremo, el de las corruptelas y la fina línea entre el honor, el deber y el crimen, resulta todo tan trivial, insustancial y maniqueo.
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| Los exteriores y la fotografía de 'Adiós' sí son dignas de tener en cuenta (Foto: Julio Vergne / Sony Pictures). |
Por eso de Sevilla, en ocasiones me acordaba de Grupo 7. Salvando las distancias, por supuesto. Allí hasta los gritos de Mario Casas para hacerse respetar lograron ganarme a la causa. Aquí ni eso. Insisto que es cosa mía y que el punto de partida tiene atractivo. Pero no puedo, porque no me sale, subirme al carro de una película para olvidar.
Ficha Técnica
Título original: Adiós
Año: 2019
Duración: 111 min.
País: España
Dirección: Paco Cabezas
Guión: José Rodríguez, Carmen Jimenez, Paco Cabezas
Música: Zeltia Montes
Fotografía: Pau Esteve Birba
Reparto: Mario Casas, Natalia de Molina, Ruth Díaz, Carlos Bardem, Vicente Romero, Mona Martínez
Premios: 2019: Premios Goya: 3 nominaciones, a actriz de reparto y actriz revelación
2019: Premios Feroz: Mejor trailer. 3 nominaciones
Puntuación: 3/10
Justo hace un rato he leído una crítica de "Adiós" que la dejaba por las nubes, y ahora esta tuya pensando lo que yo me imaginaba cuando vi el trailer, que sería una película vacia, llena de persecuciones y para el lucimiento físico de Casas...
ResponderEliminarHemosVisto!
Al final son sensaciones. A mi no me ha convencido nada.
EliminarGracias por leernos