Tenía ganas al último trabajo de Ang Lee: Géminis. Me parece un director fascinante por obras como Sentido y sensibilidad, La tormenta de hielo, La vida de Pi o la injustamente minusvalorada Billy Lynn. No en vano su talento ha sido reconocido con, entre otros premios, tres Oscar: dos como director (La vida de Pi y Brokeback Mountain) y otro a la mejor película no inglesa (Tigre y dragón).
En gran parte de su filmografía -por no decir toda- el director taiwanés siempre arriesga. Va más allá de lo convencional. Experimenta, prueba y aborda temas sociales que dejan un buen poso de reflexión. La homosexualidad, la filosofía, la religión o esa perversión del puritanismo americano están dentro de su trayectoria. Historias realmente cautivadoras gracias a sus guiones. Eso, artísticamente hablando, a mi me llena.
También la tecnología forma para del bagaje de Ang Lee. "En todas las películas, a partir de 'La vida de Pi', he estado buscando lo que el cine digital puede hacer por nosotros. Es un nuevo lenguaje, y estoy tratando de aprender a decir cosas en ese lenguaje", dice el oscarizado realizador. Y en Géminis hay mucho de ese paso más allá que Lee dice estar buscando. Está rodada en 120 frames por segundo y los cines de hoy, en pleno 2019, no están preparados para esta tecnología.
Él mismo lo confiesa: "¡No está disponible! Lleva treinta años sin estar disponible. Pero esa es la parte interesante. Tienes que hacer descubrimientos, no sólo hacer algo bien, sino descubrir algo nuevo. Eso es muy satisfactorio. Espero que el público y el mundo compartan nuestra emoción".
Pero en mi caso, aún reconociendo ese laborioso trabajo, no estoy para nada emocionado con su película concebida para la década de los noventa y que llega con más de veinte años de retraso. Y no lo estoy porque el desarrollo del guión es muy flojo, casi inexistente. Y eso que el punto de partida es atractivo y sugerente.
Ya digo que, desde el punto de vista técnico, es arriesgada. Y tiene momentos de acción espectaculares, como los que se suceden por las calles de Cartagena (Colombia). Pero hasta ahí. No hay más. La historia se vuelve densa y aburrida. La típica trama del gato y el ratón propia de otro tiempo. De hecho me acordaba de Cara a Cara, del también asiático John Woo. Rodada en 1997 tenía su encanto, pero hoy...la sigo apreciando porque Nicolas Cage y John Travolta están desatados, pues la historia es demencial.
Géminis es igual. Solo que veinte años después. Para colmo, Will Smith y Clive Owen -me encantan estos actores, vaya por delante- no me inspiran nada en esta ocasión. Y el hecho de meterme con calzador a Mary Elizabeth Winstead como compañera de armas del Príncipe de Bel Air me fatiga aún más.
La máxima Fortuna Audaces Iuvat no se cumple en esta ocasión con Ang Lee en su último trabajo. Ni siquiera me invita a reflexionar sobre la industria armamentística y su incomprensible avance hacia la autodestrucción. Nada de ese poso que sí me dejaron sus otros trabajos -salvo Hulk-. Tal vez cometí el error de crearme unas expectativas elevadas. Pero tratándose de Ang Lee...se le puede y debe exigir mucho más que un puñado de tecnología moderna y chispazos de acción. Otra vez será.
Título original: Gemini Man
Año: 2019
Duración: 117 min.
Género: Acción / Ciencia Ficción
País: Estados Unidos
Dirección: Ang Lee
Guión: David Benioff, Darren Lemke, Stephen J. Rivele, Christopher Wilkinson, Andrew Niccol, Billy Ray (Historia: Darren Lemke, David Benioff)
Música: Lorne Balfe
Fotografía: Dion Beebe
Reparto: Will Smith, Clive Owen, Mary Elizabeth Winstead, Benedict Wong, Linda Emond, Kenny Sheard, Ralph Brown, Theodora Miranne, David Shae, Björn Freiberg, Alexandra Szucs, Daniel Salyers, Ashton Tatum, Douglas Hodge, Andrea Sooch, Tim Connolly, Ilia Volok, Shiquita James, Christopher T. Elliott, Justin James Boykin, Ilona McCrea
Puntuación: 5/10
En gran parte de su filmografía -por no decir toda- el director taiwanés siempre arriesga. Va más allá de lo convencional. Experimenta, prueba y aborda temas sociales que dejan un buen poso de reflexión. La homosexualidad, la filosofía, la religión o esa perversión del puritanismo americano están dentro de su trayectoria. Historias realmente cautivadoras gracias a sus guiones. Eso, artísticamente hablando, a mi me llena.
También la tecnología forma para del bagaje de Ang Lee. "En todas las películas, a partir de 'La vida de Pi', he estado buscando lo que el cine digital puede hacer por nosotros. Es un nuevo lenguaje, y estoy tratando de aprender a decir cosas en ese lenguaje", dice el oscarizado realizador. Y en Géminis hay mucho de ese paso más allá que Lee dice estar buscando. Está rodada en 120 frames por segundo y los cines de hoy, en pleno 2019, no están preparados para esta tecnología.
Will Smith por las calles de Cartagena (Colombia) es de lo mejor de la película (Paramount Pictures. Foto: Ben Rosenstein). |
Él mismo lo confiesa: "¡No está disponible! Lleva treinta años sin estar disponible. Pero esa es la parte interesante. Tienes que hacer descubrimientos, no sólo hacer algo bien, sino descubrir algo nuevo. Eso es muy satisfactorio. Espero que el público y el mundo compartan nuestra emoción".
Pero en mi caso, aún reconociendo ese laborioso trabajo, no estoy para nada emocionado con su película concebida para la década de los noventa y que llega con más de veinte años de retraso. Y no lo estoy porque el desarrollo del guión es muy flojo, casi inexistente. Y eso que el punto de partida es atractivo y sugerente.
Clive Owen y el clon de Will Smith (Paramount Pictures. Foto: Ben Rosenstein). |
La guerra de los clones
En Géminis, Ang Lee nos presenta a Will Smith en el papel de Henry Brogan, un asesino a sueldo del Gobierno de Estados Unidos que decide jubilarse. Sin embargo, Brogan descubre una trama corrupta en su última misión y debe ser eliminado por su clon, mucho más joven y bajo el mando de su excompañero Clay Verris (Clive Owen).Will Smith se enfrenta a su clon (Paramount Pictures. Foto: Ben Rosenstein). |
Ya digo que, desde el punto de vista técnico, es arriesgada. Y tiene momentos de acción espectaculares, como los que se suceden por las calles de Cartagena (Colombia). Pero hasta ahí. No hay más. La historia se vuelve densa y aburrida. La típica trama del gato y el ratón propia de otro tiempo. De hecho me acordaba de Cara a Cara, del también asiático John Woo. Rodada en 1997 tenía su encanto, pero hoy...la sigo apreciando porque Nicolas Cage y John Travolta están desatados, pues la historia es demencial.
Géminis es igual. Solo que veinte años después. Para colmo, Will Smith y Clive Owen -me encantan estos actores, vaya por delante- no me inspiran nada en esta ocasión. Y el hecho de meterme con calzador a Mary Elizabeth Winstead como compañera de armas del Príncipe de Bel Air me fatiga aún más.
Will Smith y Mary Elizabeth Winstead (Paramount Pictures. Foto: Ben Rosenstein). |
La máxima Fortuna Audaces Iuvat no se cumple en esta ocasión con Ang Lee en su último trabajo. Ni siquiera me invita a reflexionar sobre la industria armamentística y su incomprensible avance hacia la autodestrucción. Nada de ese poso que sí me dejaron sus otros trabajos -salvo Hulk-. Tal vez cometí el error de crearme unas expectativas elevadas. Pero tratándose de Ang Lee...se le puede y debe exigir mucho más que un puñado de tecnología moderna y chispazos de acción. Otra vez será.
Ficha Técnica
Título original: Gemini Man
Año: 2019
Duración: 117 min.
Género: Acción / Ciencia Ficción
País: Estados Unidos
Dirección: Ang Lee
Guión: David Benioff, Darren Lemke, Stephen J. Rivele, Christopher Wilkinson, Andrew Niccol, Billy Ray (Historia: Darren Lemke, David Benioff)
Música: Lorne Balfe
Fotografía: Dion Beebe
Reparto: Will Smith, Clive Owen, Mary Elizabeth Winstead, Benedict Wong, Linda Emond, Kenny Sheard, Ralph Brown, Theodora Miranne, David Shae, Björn Freiberg, Alexandra Szucs, Daniel Salyers, Ashton Tatum, Douglas Hodge, Andrea Sooch, Tim Connolly, Ilia Volok, Shiquita James, Christopher T. Elliott, Justin James Boykin, Ilona McCrea
Puntuación: 5/10
Me atrae cero este film, como bien dices si no hay una buena historia detrás poco s epuede hacer.
ResponderEliminarUn saludo