Siempre existirá el absurdo debate de qué fue mejor: la película o la novela en la que se basa. Es imposible que una película aborde todos los aspectos, tramas y subtramas que aparecen en un libro, por lo que en la mayoría de los casos, la gente preferirá la novela. Lo más sensato y a veces difícil es huir de las comparaciones y disfrutar de ambas.
En mi caso no sabría qué decir, si prefiero la versión cinematográfica de En el nombre del Padre, Serpico, Blade Runner o las novelas en las que se fundamentaron y que me atraparon entre sus capítulos en mis ratos libres. Lo mismo me pasó con Las normas de la casa de la sidra. La novela de John Irving -Príncipes de Maine, Reyes de Nueva Inglaterra- es una de las mejores lecturas que he tenido, por lo que las reservas a la hora de ver el filme que en el año 1999 rodaba Lasse Hallström eran más que razonables.
La película la ví hace años y el recuerdo que tenía de ella era muy agradable. Hace unos días, aprovechando que la volvían a poner en la televisión, me quedé frente a la pantalla y cuando me quise dar cuenta me había vuelto a ver atrapado por la historia de esos huérfanos que para el doctor Wilbur Larch -Michael Caine, La Juventud- eran príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra.
La historia gira en torno a St Cloud, un orfanato aislado en el Estado de Maine en la primera mitad del siglo XX. El protagonista es Homer Wells -Tobey Maguire, Pleasantville- un chico que ha vivido durante toda su vida en el centro y que al alcanzar la adolescencia es preparado por el doctor Larch para ser su sucesor. Sin embargo, Homer siente la necesidad de conocer mundo, por lo que tras la visita de Candy -Charlize Theron, Mad Max Fury Road- y Wally -Paul Rudd, 200 cigarrillos- una joven pareja que acude al centro a abortar, Homer decide que es hora de partir.
Las normas de la casa de la sidra es un filme que tiene en la emotividad uno de sus grandes valores. Desde el inicio, el espectador conecta con esos críos que esperan a ser adoptados y siente como propias las decepciones que sufren cuando no les eligen. Asimismo, la vida dentro del orfanato se plantea, a pesar de la tristeza por ser huérfanos, divertida y entretenida, pues los menores no paran de jugar e ir descubriendo cosas nuevas cada día.
La sencillez es otro de sus puntos fuertes. Sin necesidad de giros bruscos en la trama, sin grandes aspavientos, la historia avanza con paso seguro. De esta forma y con una agilidad pasmosa, a través de la decisión de Homer de abandonar el centro se compara la vida dentro y fuera de St Cloud. Por un lado la rutina sencilla en el orfanato se contrapone con las posibilidades que aparecen en el exterior. Una apertura al mundo que le permite al protagonista conocer el amor, la diversión y sentirse útil lejos de la tutela del doctor intentado escapar a un destino que le ligase al orfanato de por vida.
Si la emotividad y la sencillez son dos pilares en los que se asienta la película son sus personajes y los actores y actrices que forman parte del casting. Todo el elenco está perfecto, desde los niños, entre los que destacan Kieran Culkin y Erik Per Sullivan -que aparecía en la infravalorada Malcolm in the Middle como hermano pequeño- que actúan con una naturalidad y una ausencia de complejos propia de la edad hasta los recolectores de manzanas encabezados por un sobrio Delroy Lindo.
Pero en ese plano interpretativo hay que destacar por encima de todos a un extraordinario Michael Caine que esta soberbio como doctor y director del centro. El inglés dota de un humanismo asombroso a un tipo que en numerosas ocasiones tiene que practicar abortos, una acción para muchos contraria a la esencia del ser humano. Esa sensibilidad y esa lucha que el personaje lleva consigo mismo están plasmadas de una forma tan veraz que le supuso con todo merecimiento a Caine el Oscar como mejor actor secundario.
Ese debate, tan actual y en muchos casos tan mal expuesto, se nos ofrece a través de los dos personajes principales: el doctor Larch y su pupilo Homer. El primero practica abortos, entendiendo a las mujeres que llegan a su centro y poniéndose a su disposición. Su postura queda mejor reflejada en la novela, donde el personaje en sus primeros años de profesión en Boston si no recuerdo mal vió como muchas mujeres perdían la vida por intentar abortar por su cuenta.
Su discípulo Homer Wells es contrario a esta práctica y no solo se niega a ponerla en práctica, sino que además no quiere aprender cómo llevarla a cabo. No entiende esa negación de la vida acusando a su mentor de jugar el papel de Dios, decidiendo que personas pueden nacer y cuales no verán la luz.
Ambas posturas están representadas de una forma tan humana, siendo la del doctor la más difícil de clasificar como tal, que el espectador, sea cual sea su pensamiento y sus ideas, puede entender ambas sin llegar a ningún tipo de confrontación ideológica.
Las normas de la casa de la sidra es un filme completísimo. Es una obra tremendamente bella, reflexiva, muy entretenida, con una historia romántica perfectamente incorporada a la trama que la hicieron merecedora de siete nominaciones a los Oscar de 1999. Un año en el que la cosecha cinematográfica -American Beauty, Matrix, La milla verde o El sexto sentido entre otras- al igual que el de las manzanas que se recolectan en Maine fue excelente.
Título original: The Cider House Rules
Año: 1999
Duración. 125 min.
Género: Drama / Drama Romántico
País: Estados Unidos
Dirección: Lasse Hallström
Guión: John Irving (Novela: John Irving)
Música: Rachel Portman
Fotografía: Oliver Stapleton
Reparto: Tobey Maguire, Charlize Theron, Michael Caine, Delroy Lindo, Paul Rudd, Jane Alexander, Kathy Baker, Kieran Culkin, Heavy D, Kate Nelligan, Erykah Badu, Paz de la Huerta
Premios: 1999: 2 Oscars: Mejor actor secundario (Michael Caine), guión adaptado. 7 Nominaciones
1999: Globos de oro: Nominada Mejor actor de reparto (Michael Caine) y guión
1999: Nominada Premios BAFTA: Mejor actor secundario (Michael Caine)
1999: National Board of Review: Mejor guión
1999: Nominada al León de Oro en el Festival de Venecia: Director (Lasse Hallström)
1999: Critics' Choice Awards: Nominada a Mejor película
1999: Sindicato de Guionistas (WGA): Nominada a Mejor guión adaptado
1999: Sindicato de Actores (SAG): Mejor actor secundario (Caine). 2 nominaciones
1999: Asociación de Críticos de Chicago: Nominada a Mejor banda sonora
Puntuación: 9/10
En mi caso no sabría qué decir, si prefiero la versión cinematográfica de En el nombre del Padre, Serpico, Blade Runner o las novelas en las que se fundamentaron y que me atraparon entre sus capítulos en mis ratos libres. Lo mismo me pasó con Las normas de la casa de la sidra. La novela de John Irving -Príncipes de Maine, Reyes de Nueva Inglaterra- es una de las mejores lecturas que he tenido, por lo que las reservas a la hora de ver el filme que en el año 1999 rodaba Lasse Hallström eran más que razonables.
(Foto: IMDB) |
La película la ví hace años y el recuerdo que tenía de ella era muy agradable. Hace unos días, aprovechando que la volvían a poner en la televisión, me quedé frente a la pantalla y cuando me quise dar cuenta me había vuelto a ver atrapado por la historia de esos huérfanos que para el doctor Wilbur Larch -Michael Caine, La Juventud- eran príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra.
La historia gira en torno a St Cloud, un orfanato aislado en el Estado de Maine en la primera mitad del siglo XX. El protagonista es Homer Wells -Tobey Maguire, Pleasantville- un chico que ha vivido durante toda su vida en el centro y que al alcanzar la adolescencia es preparado por el doctor Larch para ser su sucesor. Sin embargo, Homer siente la necesidad de conocer mundo, por lo que tras la visita de Candy -Charlize Theron, Mad Max Fury Road- y Wally -Paul Rudd, 200 cigarrillos- una joven pareja que acude al centro a abortar, Homer decide que es hora de partir.
Michael Caine y Tobey Maguire son los principales protagonistas de 'Las normas de la casa de la sidra' (Foto: IMDB) |
Las normas de la casa de la sidra es un filme que tiene en la emotividad uno de sus grandes valores. Desde el inicio, el espectador conecta con esos críos que esperan a ser adoptados y siente como propias las decepciones que sufren cuando no les eligen. Asimismo, la vida dentro del orfanato se plantea, a pesar de la tristeza por ser huérfanos, divertida y entretenida, pues los menores no paran de jugar e ir descubriendo cosas nuevas cada día.
La sencillez es otro de sus puntos fuertes. Sin necesidad de giros bruscos en la trama, sin grandes aspavientos, la historia avanza con paso seguro. De esta forma y con una agilidad pasmosa, a través de la decisión de Homer de abandonar el centro se compara la vida dentro y fuera de St Cloud. Por un lado la rutina sencilla en el orfanato se contrapone con las posibilidades que aparecen en el exterior. Una apertura al mundo que le permite al protagonista conocer el amor, la diversión y sentirse útil lejos de la tutela del doctor intentado escapar a un destino que le ligase al orfanato de por vida.
Tobey Maguire y Charlize Theron (Foto: IMDB) |
Si la emotividad y la sencillez son dos pilares en los que se asienta la película son sus personajes y los actores y actrices que forman parte del casting. Todo el elenco está perfecto, desde los niños, entre los que destacan Kieran Culkin y Erik Per Sullivan -que aparecía en la infravalorada Malcolm in the Middle como hermano pequeño- que actúan con una naturalidad y una ausencia de complejos propia de la edad hasta los recolectores de manzanas encabezados por un sobrio Delroy Lindo.
Pero en ese plano interpretativo hay que destacar por encima de todos a un extraordinario Michael Caine que esta soberbio como doctor y director del centro. El inglés dota de un humanismo asombroso a un tipo que en numerosas ocasiones tiene que practicar abortos, una acción para muchos contraria a la esencia del ser humano. Esa sensibilidad y esa lucha que el personaje lleva consigo mismo están plasmadas de una forma tan veraz que le supuso con todo merecimiento a Caine el Oscar como mejor actor secundario.
Delroy Lindo junto a Tobey Maguire recolectando manzanas (Foto: IMDB) |
Una película valiente y reflexiva
Uno de los grandes aciertos tanto de la película como de la novela es tratar un tema tan espinoso como el aborto de la manera que lo hace, realista y sensata. Expone los peligros que tenían en aquella época las mujeres que no podían mantener a un nuevo hijo y de aquellas que querían abortar clandestinamente acudiendo a sujetos con métodos insalubres y peligrosos para la vida de esas mujeres.Los personajes de Caine y Maguire chocan en su visión de la vida (Foto: IMDB) |
Ese debate, tan actual y en muchos casos tan mal expuesto, se nos ofrece a través de los dos personajes principales: el doctor Larch y su pupilo Homer. El primero practica abortos, entendiendo a las mujeres que llegan a su centro y poniéndose a su disposición. Su postura queda mejor reflejada en la novela, donde el personaje en sus primeros años de profesión en Boston si no recuerdo mal vió como muchas mujeres perdían la vida por intentar abortar por su cuenta.
Su discípulo Homer Wells es contrario a esta práctica y no solo se niega a ponerla en práctica, sino que además no quiere aprender cómo llevarla a cabo. No entiende esa negación de la vida acusando a su mentor de jugar el papel de Dios, decidiendo que personas pueden nacer y cuales no verán la luz.
Paul Rudd y Charlize Theron deciden ir al centro a abortar (Foto: IMDB) |
Ambas posturas están representadas de una forma tan humana, siendo la del doctor la más difícil de clasificar como tal, que el espectador, sea cual sea su pensamiento y sus ideas, puede entender ambas sin llegar a ningún tipo de confrontación ideológica.
Las normas de la casa de la sidra es un filme completísimo. Es una obra tremendamente bella, reflexiva, muy entretenida, con una historia romántica perfectamente incorporada a la trama que la hicieron merecedora de siete nominaciones a los Oscar de 1999. Un año en el que la cosecha cinematográfica -American Beauty, Matrix, La milla verde o El sexto sentido entre otras- al igual que el de las manzanas que se recolectan en Maine fue excelente.
Ficha Técnica
Título original: The Cider House Rules
Año: 1999
Duración. 125 min.
Género: Drama / Drama Romántico
País: Estados Unidos
Dirección: Lasse Hallström
Guión: John Irving (Novela: John Irving)
Música: Rachel Portman
Fotografía: Oliver Stapleton
Reparto: Tobey Maguire, Charlize Theron, Michael Caine, Delroy Lindo, Paul Rudd, Jane Alexander, Kathy Baker, Kieran Culkin, Heavy D, Kate Nelligan, Erykah Badu, Paz de la Huerta
Premios: 1999: 2 Oscars: Mejor actor secundario (Michael Caine), guión adaptado. 7 Nominaciones
1999: Globos de oro: Nominada Mejor actor de reparto (Michael Caine) y guión
1999: Nominada Premios BAFTA: Mejor actor secundario (Michael Caine)
1999: National Board of Review: Mejor guión
1999: Nominada al León de Oro en el Festival de Venecia: Director (Lasse Hallström)
1999: Critics' Choice Awards: Nominada a Mejor película
1999: Sindicato de Guionistas (WGA): Nominada a Mejor guión adaptado
1999: Sindicato de Actores (SAG): Mejor actor secundario (Caine). 2 nominaciones
1999: Asociación de Críticos de Chicago: Nominada a Mejor banda sonora
Puntuación: 9/10
Un gran año 1999 para el cine. Esta me gustaría verla (leyéndola seguramente la disfrutaría más, pero me llevaría más tiempo, jejeje :/ ). Buena crítica.
ResponderEliminarSaludos,
HemosVisto!
Las dos opciones son buenas Joan, el libro es una delicia y la película también. Las películas de ese año, si compitieran con las que están en la terna de los Oscar de esta edición, no tendrían rival.
Eliminarok
ResponderEliminarEl primero practica abortos, entendiendo a las mujeres que llegan a su centro y poniéndose a su disposición. Su postura queda mejor reflejada en la novela, donde el personaje en sus primeros años de profesión en Boston si no recuerdo mal vió como muchas mujeres perdían la vida por intentar abortar por su cuenta.
ResponderEliminarRead more at cua go cao cap