Cuando en 1976 Sylvester Stallone se enfundaba por primera vez los guantes y subía al ring, pocos podían imaginar que el personaje de Rocky Balboa alcanzaría la friolera de 8 películas. A pesar de sus altibajos, el potro italiano supo sobreponerse a los golpes bajos de taquilla y crítica de alguna de las entregas de la saga ,convirtiéndose en leyenda cinematográfica.
Con la sexta entrega -Rocky Balboa, 2006- Stallone se despedía de los focos, el tallaje y las brechas sangrantes en su cara para adiestrar a un nuevo guerrero del cuadrilátero: el hijo de su rival y a la vez mejor amigo, Apollo Creed -Creed, 2015-. Con este nuevo enfoque, la saga reverdecía ofreciendo una de las mejores películas de boxeo que se hayan hecho nunca.
Con la sexta entrega -Rocky Balboa, 2006- Stallone se despedía de los focos, el tallaje y las brechas sangrantes en su cara para adiestrar a un nuevo guerrero del cuadrilátero: el hijo de su rival y a la vez mejor amigo, Apollo Creed -Creed, 2015-. Con este nuevo enfoque, la saga reverdecía ofreciendo una de las mejores películas de boxeo que se hayan hecho nunca.