Attica! Attica! Attica! es lo que grita Sonny -Al Pacino: El Padrino, Heat- cuando está negociando con el sargento Moretti -Charles Durning: El golpe, O'Brother!- las posibles soluciones al callejón sin salida en que se han metido él y su socio Sal -John Cazale, El cazador, La conversación- al atracar el Chase Manhattan Bank.
Basada en un suceso real ocurrido el 22 de agosto de 1972, Tarde de perros -Sidney Lumet: Serpico, Doce hombres sin piedad- narra el atraco fallido a un banco. El asalto, que en un principio tenía que haber durado 10 minutos, se alarga debido a la inexperiencia de los ladrones, lo que provoca que se vean cercados por la policía y convierte el suceso en un espectáculo televisivo.
La referencia al penal de Attica esta explicada por el personaje de Pacino, que recuerda la rebelión de los presos allá por el año 71 en la que pedían mejores condiciones y protestaban por el mal trato que sufrían por parte de los guardias y el alcaide. Dicha rebelión fue aplacada brutalmente por la Guardia Nacional y como resultado 43 personas fallecieron y más de 80 resultaron heridas.
Sonny se alegra de tener a los medios de comunicación presentes, pues probablemente de no ser así, el banco sería liberado a la fuerza y tanto él como Sal serían desalojados con los pies por delante. Una contradicción de su propio personaje, ya que minutos antes dice que odia la televisión. Televisión y policía, medios de comunicación y las fuerzas de seguridad, dos figuras en las que Lumet centró parte de su carrera. A los primeros en la premiada Network y a la policía en El príncipe de la ciudad y Serpico entre otras.
Tarde de perros es un thriller en toda regla. El suspense y la tensión desde el inicio del atraco reflejado tanto en los atracadores como en los rehenes se traslada al espectador, al que consiguen traspasar esa carga emocional. De esta manera y a pesar de representar a unos delincuentes es difícil no empatizar con esos dos pobres diablos. Lo mismo les ocurre a sus rehenes, que sufren el síndrome de Estocolmo durante las horas en las que permanecen encerrados en el banco.
La denuncia social de la obra se puede ver reflejada en los derechos de los homosexuales. El atraco fue verídico y lo que John S. Wojtowicz -el asaltante real- quería era reunir dinero para la operación de cambio de sexo de su amante. Esto aparece en el filme en el que Sonny es un hombre casado y con dos hijos que a su vez tiene un amante homosexual. Asimismo, ambos delincuentes son veteranos de la Guerra de Vietnam y al igual que en tantas otras películas, se evidencia la dificultad que tuvieron los combatientes en dicha contienda para encontrar su sitio en la sociedad una vez regresados del frente.
A pesar de toda esta carga emocional y social, la película tiene sus momentos cómicos. Las peleas dialécticas que tiene Sonny con alguna de las cajeras, el histrionismo de su personaje y el de Sal así como la inexperiencia de ambos como delincuentes -lo que da lugar a situaciones ridículas- sirven de contrapunto y equilibrio en la trama.
Con unos personajes muy distintos, ambos intérpretes dan lo mejor de sí en Tarde de perros. Por un lado, Sonny es un hombre agobiado por las circunstancias, no solo derivadas del atraco, sino también personales. Problemas con su mujer, la relación con sus padres y el asunto de su amante. Pacino esta frenético, no para en toda la película mostrándose en su salsa en las escenas rodadas en el exterior del banco, cuando negocia con la policía e intenta poner a la población de su parte.
Por su parte, Sal es un sujeto inquietante, parece a punto de explotar en cualquier momento y apretar el gatillo disparando contra todo lo que se ponga por delante. Comparándolo con su compañero de asalto, parece un poco alelado o atorado, angustiado por el devenir de los acontecimientos.
Tanto Pacino como Cazale improvisaron en alguna de las escenas. El grito de ¡Attica! en el exterior del banco fue fruto de la invención de Pacino. Mientras que su colega puso su granito de arena en la escena en la que Sonny le pregunta a que país quiere huir cuando el atraco termine y este le responde Wyoming. Sidney Lumet, director de la cinta, recuerda en el documental Descubriendo a John Cazale que tuvo que reprimir una carcajada que hubiese arruinado dicha escena, pues nadie se esperaba esa respuesta. Una contestación perfecta que muestra la personalidad un tanto simple del personaje de Sal.
La mezcla de estos actores con un director de la talla de Lumet y un guión galardonado con el Oscar de Frank Pierson -responsable del libreto de La leyenda del indomable- dan lugar a una obra maestra, una película redonda que engloba los rasgos principales del thriller estadounidense de los 70.
Películas con un enfoque de la violencia como no se había visto anteriormente y que reflejaban la situación de lugares como Nueva York o Los Ángeles. Grandes ciudades en cuyos barrios la agresividad, delincuencia y perversión germinaban a pasos agigantados. La realidad de una sociedad post Vietnam y pre Watergate convulsa e irritada.
Basada en un suceso real ocurrido el 22 de agosto de 1972, Tarde de perros -Sidney Lumet: Serpico, Doce hombres sin piedad- narra el atraco fallido a un banco. El asalto, que en un principio tenía que haber durado 10 minutos, se alarga debido a la inexperiencia de los ladrones, lo que provoca que se vean cercados por la policía y convierte el suceso en un espectáculo televisivo.
La referencia al penal de Attica esta explicada por el personaje de Pacino, que recuerda la rebelión de los presos allá por el año 71 en la que pedían mejores condiciones y protestaban por el mal trato que sufrían por parte de los guardias y el alcaide. Dicha rebelión fue aplacada brutalmente por la Guardia Nacional y como resultado 43 personas fallecieron y más de 80 resultaron heridas.
Sonny se alegra de tener a los medios de comunicación presentes, pues probablemente de no ser así, el banco sería liberado a la fuerza y tanto él como Sal serían desalojados con los pies por delante. Una contradicción de su propio personaje, ya que minutos antes dice que odia la televisión. Televisión y policía, medios de comunicación y las fuerzas de seguridad, dos figuras en las que Lumet centró parte de su carrera. A los primeros en la premiada Network y a la policía en El príncipe de la ciudad y Serpico entre otras.
Espectáculo cinematográfico
Tarde de perros es un espectáculo cinematográfico de principio a fin. Con dos de los mejores actores de la historia en los papeles principales y con un director en estado de gracia -probablemente firmando sus mejores títulos en la década de los 70 salvo algunas excepciones- la película es una mezcla de thriller, drama social y comedia. |
| John Cazale y Al Pacino. |
Tarde de perros es un thriller en toda regla. El suspense y la tensión desde el inicio del atraco reflejado tanto en los atracadores como en los rehenes se traslada al espectador, al que consiguen traspasar esa carga emocional. De esta manera y a pesar de representar a unos delincuentes es difícil no empatizar con esos dos pobres diablos. Lo mismo les ocurre a sus rehenes, que sufren el síndrome de Estocolmo durante las horas en las que permanecen encerrados en el banco.
La denuncia social de la obra se puede ver reflejada en los derechos de los homosexuales. El atraco fue verídico y lo que John S. Wojtowicz -el asaltante real- quería era reunir dinero para la operación de cambio de sexo de su amante. Esto aparece en el filme en el que Sonny es un hombre casado y con dos hijos que a su vez tiene un amante homosexual. Asimismo, ambos delincuentes son veteranos de la Guerra de Vietnam y al igual que en tantas otras películas, se evidencia la dificultad que tuvieron los combatientes en dicha contienda para encontrar su sitio en la sociedad una vez regresados del frente.
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| Al Pacino da vida en 'Tarde de Perros' al caso real de John S, Wojtowicz. |
A pesar de toda esta carga emocional y social, la película tiene sus momentos cómicos. Las peleas dialécticas que tiene Sonny con alguna de las cajeras, el histrionismo de su personaje y el de Sal así como la inexperiencia de ambos como delincuentes -lo que da lugar a situaciones ridículas- sirven de contrapunto y equilibrio en la trama.
Pacino y Cazale: amigos, artistas y leyendas
"Todo lo que yo quería era trabajar con John el resto de mi vida; él era mi compañero de actuación". Dijo una vez Al Pacino sobre su amigo John Cazale. Los dos actores eran buenos amigos, habían trabajado juntos en una empresa de mensajería y habían coincidido en numerosos castings para obras de teatro en sus inicios.Con unos personajes muy distintos, ambos intérpretes dan lo mejor de sí en Tarde de perros. Por un lado, Sonny es un hombre agobiado por las circunstancias, no solo derivadas del atraco, sino también personales. Problemas con su mujer, la relación con sus padres y el asunto de su amante. Pacino esta frenético, no para en toda la película mostrándose en su salsa en las escenas rodadas en el exterior del banco, cuando negocia con la policía e intenta poner a la población de su parte.
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| John Cazale como Sal en 'Tarde de perros' |
Por su parte, Sal es un sujeto inquietante, parece a punto de explotar en cualquier momento y apretar el gatillo disparando contra todo lo que se ponga por delante. Comparándolo con su compañero de asalto, parece un poco alelado o atorado, angustiado por el devenir de los acontecimientos.
Tanto Pacino como Cazale improvisaron en alguna de las escenas. El grito de ¡Attica! en el exterior del banco fue fruto de la invención de Pacino. Mientras que su colega puso su granito de arena en la escena en la que Sonny le pregunta a que país quiere huir cuando el atraco termine y este le responde Wyoming. Sidney Lumet, director de la cinta, recuerda en el documental Descubriendo a John Cazale que tuvo que reprimir una carcajada que hubiese arruinado dicha escena, pues nadie se esperaba esa respuesta. Una contestación perfecta que muestra la personalidad un tanto simple del personaje de Sal.
La talla de Sidney Lumet
Al Pacino y John Cazale son dos actores irrepetibles dirigidos por un cineasta poco reconocido y con una obra que contiene verdaderas obras maestras. Un señor que debuta en la década de los 50 con una de las mejores películas en dicho periodo -Doce hombres sin piedad- y que extiende su carrera profesional a lo largo de 60 años finalizando la misma con un peliculón como Antes que el diablo sepa que hemos muerto merece toda nuestra admiración. |
| Sidney Lumet consigue con 'Tarde de perros' otra obra maestra en su filmografía. |
La mezcla de estos actores con un director de la talla de Lumet y un guión galardonado con el Oscar de Frank Pierson -responsable del libreto de La leyenda del indomable- dan lugar a una obra maestra, una película redonda que engloba los rasgos principales del thriller estadounidense de los 70.
Películas con un enfoque de la violencia como no se había visto anteriormente y que reflejaban la situación de lugares como Nueva York o Los Ángeles. Grandes ciudades en cuyos barrios la agresividad, delincuencia y perversión germinaban a pasos agigantados. La realidad de una sociedad post Vietnam y pre Watergate convulsa e irritada.
Ficha Técnica
Título original: Dog Day Afternoon
Año: 1975
Duración: 120 min.
Género: Drama / Thriller/ Robos & Atracos/ Basado en hechos reales
País: Estados Unidos 
Dirección: Sidney Lumet
Guión: Frank Pierson (Artículo P. F. Kluge, Thomas Moore. Libro: Leslie Waller)
Fotografía: Victor J. Kemper
Reparto: Al Pacino, John Cazale, Charles Durning, Sully Boyar, Marcia Jean Kurtz, Carol Kane, Amy Levitt, Gary Springer, Judith Malina, John Marriott, Sandra Kazan, James Broderick
Premios: 1975: Oscar: Mejor Guión. 6 nominaciones incluyendo película, director y actor.
1975: Globos de oro: 7 nominaciones
1975: Premios BAFTA: Mejor actor y mejor montaje. 6 nominaciones
1975: Sindicato de Directores (DGA): Nominada a mejor director
1975: Festival de San Sebastián: Mejor actor
1975: Asociación de Críticos de Los Ángeles: mejor película, director y actor
1975: Círculo de Críticos de Nueva York: Nominada a mejor actor
Puntuación: 9/10
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