Segundas partes nunca fueron buenas. Topicazo, sí. E incluso mentira en ocasiones, y ejemplos tenéis varios. Pero es una generalización que se cumple en Sin City: Una dama por la que matar' (2014). La continuación de Sin City: Ciudad del pecado (2005), ambas dirigidas por Robert Rodríguez y basadas en las historias de Frank Miller no solo están separadas por casi una década, sino también por calidad.
La primera fue toda una revolución en la forma de hacer cine. De hecho Cannes se rindió a sus pies, literalemente, por su potencia visual. Mezclaba a la perfección esa faceta técnica con un reparto y personajes fabulosos, historias entrelazadas entretenidísimas y un metraje que pasaba volado. Pero es que además, allá por 2005, Sin City: Ciudad del pecado también significaba la recuperación de un mito como Mickey Rourke, que en su papel de Marv resucitaba de entre los muertos, para tres años confirmar su vuelta a la vida en El Luchador (2008). El 'chico de la Motocicleta' había vuelto. Y a los que la película nos cautivó, queríamos más.
Pero el tiempo pasaba y esa continuación no llegaba. Hasta diez años después, con los ecos del triunfo apagados. Y claro: fracaso absoluto. Con un presupuesto de 70 millones de dólares a los que habría que sumar la promoción, la película de Robert Rodríguez recaudó menos de una décima parte de esa cifra: 6.4 millones, proyectándose en 2.894 cines y con una media de pantalla de 2.238 dólares. De hecho ni en España llegó a estrenarse hasta la irrupción de Netflix, plataforma donde se puede ver Sin City: Una dama por la que matar.
Desde luego que en las comparaciones sale perdiendo y por goleada. A pesar de que del reparto original repiten varios de sus actores, en la segunda parte ya no hay química. Hasta el apartado visual es más cutre. Zafiedad que se traslada a las historias protagonizadas por el propio Rourke, Jessica Alba, el espíritu de Bruce Willis -pelazo mediante- y Rosario Dawson. Ni los nuevos fichajes - Josh Brolin, Joseph Gordon-Levitt, Eva Green o Ray Liotta- salvan del naufragio una película que no cumple ni con los dogmas del entretenimiento básico.
En la ciudad del pecado sigue habiendo sexo, lujuria, alcohol, violencia a raudales, traiciones, auténticos sádicos hijos de puta, antihéroes, caras bonitas y no tan guapas. Pero todos esos ingredientes no son suficientes para enganchar. Porque no hay química. Ni entre Eva Green -nefasta aquí como femme fatale- y Josh Brolin, protagonistas de su historia. O la vendetta personal de Joseph Gordon-Levitt, sin cuajo alguno. Y mucho menos Jessica Alba -horrible- y Bruce Willis, anquilosados y una rémora en el devenir de los acontecimientos.
Así que cabe hacerse la pregunta: ¿es necesario verla y que la sensación de 2005 se empañe? Pues sí. Primero porque aquella efervescencia ya no existe. Queda un recuerdo agradable de Sin City, sí, y que volverá en cuanto se compare un trabajo y otro. Y a pesar de ser mala en líneas generales, Sin City: Una dama por la que matar, tiene algún que otro momento donde hay coletazos de calidad. Al fin y al cabo, el reparto está plagado de estrellas y en solitario el talento no se pierde.
De modo que tirando de tópico, tal y como hemos empezado esta reseña, mejor que cada uno descubra por su cuenta y riesgo estas experiencias con La ciudad del pecado, símbolo de la decadencia, también de los hermanos Weinstein (productores de la película).
Título original: Sin City: A Dame to Kill For (Sin City 2)
Año: 2014
Duración: 102 min.
Género: Acción / Cine Negro / Cómic /
País: Estados Unidos
Dirección: Robert Rodriguez, Frank Miller
Guión: Frank Miller (Cómic: Frank Miller)
Música: Robert Rodriguez, Carl Thiel
Fotografía: Robert Rodriguez (B&W)
Reparto: Mickey Rourke, Josh Brolin, Jessica Alba, Joseph Gordon-Levitt, Eva Green, Powers Boothe, Rosario Dawson, Dennis Haysbert, Bruce Willis, Ray Liotta, Christopher Meloni, Jeremy Piven, Jamie Chung, Christopher Lloyd, Jaime King, Juno Temple, Stacy Keach, Marton Csokas, Jude Ciccolella, Julia Garner, Lady Gaga, Alexa Vega, Patricia Vonne, Bart Fletcher, Billy Blair, Johnny Reno, Frank Miller, Robert Rodriguez
Puntuación: 3/10
La primera fue toda una revolución en la forma de hacer cine. De hecho Cannes se rindió a sus pies, literalemente, por su potencia visual. Mezclaba a la perfección esa faceta técnica con un reparto y personajes fabulosos, historias entrelazadas entretenidísimas y un metraje que pasaba volado. Pero es que además, allá por 2005, Sin City: Ciudad del pecado también significaba la recuperación de un mito como Mickey Rourke, que en su papel de Marv resucitaba de entre los muertos, para tres años confirmar su vuelta a la vida en El Luchador (2008). El 'chico de la Motocicleta' había vuelto. Y a los que la película nos cautivó, queríamos más.
Pero el tiempo pasaba y esa continuación no llegaba. Hasta diez años después, con los ecos del triunfo apagados. Y claro: fracaso absoluto. Con un presupuesto de 70 millones de dólares a los que habría que sumar la promoción, la película de Robert Rodríguez recaudó menos de una décima parte de esa cifra: 6.4 millones, proyectándose en 2.894 cines y con una media de pantalla de 2.238 dólares. De hecho ni en España llegó a estrenarse hasta la irrupción de Netflix, plataforma donde se puede ver Sin City: Una dama por la que matar.
Desde luego que en las comparaciones sale perdiendo y por goleada. A pesar de que del reparto original repiten varios de sus actores, en la segunda parte ya no hay química. Hasta el apartado visual es más cutre. Zafiedad que se traslada a las historias protagonizadas por el propio Rourke, Jessica Alba, el espíritu de Bruce Willis -pelazo mediante- y Rosario Dawson. Ni los nuevos fichajes - Josh Brolin, Joseph Gordon-Levitt, Eva Green o Ray Liotta- salvan del naufragio una película que no cumple ni con los dogmas del entretenimiento básico.
En la ciudad del pecado sigue habiendo sexo, lujuria, alcohol, violencia a raudales, traiciones, auténticos sádicos hijos de puta, antihéroes, caras bonitas y no tan guapas. Pero todos esos ingredientes no son suficientes para enganchar. Porque no hay química. Ni entre Eva Green -nefasta aquí como femme fatale- y Josh Brolin, protagonistas de su historia. O la vendetta personal de Joseph Gordon-Levitt, sin cuajo alguno. Y mucho menos Jessica Alba -horrible- y Bruce Willis, anquilosados y una rémora en el devenir de los acontecimientos.
Así que cabe hacerse la pregunta: ¿es necesario verla y que la sensación de 2005 se empañe? Pues sí. Primero porque aquella efervescencia ya no existe. Queda un recuerdo agradable de Sin City, sí, y que volverá en cuanto se compare un trabajo y otro. Y a pesar de ser mala en líneas generales, Sin City: Una dama por la que matar, tiene algún que otro momento donde hay coletazos de calidad. Al fin y al cabo, el reparto está plagado de estrellas y en solitario el talento no se pierde.
Josh Brolin y Eva Green, sin química. |
De modo que tirando de tópico, tal y como hemos empezado esta reseña, mejor que cada uno descubra por su cuenta y riesgo estas experiencias con La ciudad del pecado, símbolo de la decadencia, también de los hermanos Weinstein (productores de la película).
Ficha Técnica
Título original: Sin City: A Dame to Kill For (Sin City 2)
Año: 2014
Duración: 102 min.
Género: Acción / Cine Negro / Cómic /
País: Estados Unidos
Dirección: Robert Rodriguez, Frank Miller
Guión: Frank Miller (Cómic: Frank Miller)
Música: Robert Rodriguez, Carl Thiel
Fotografía: Robert Rodriguez (B&W)
Reparto: Mickey Rourke, Josh Brolin, Jessica Alba, Joseph Gordon-Levitt, Eva Green, Powers Boothe, Rosario Dawson, Dennis Haysbert, Bruce Willis, Ray Liotta, Christopher Meloni, Jeremy Piven, Jamie Chung, Christopher Lloyd, Jaime King, Juno Temple, Stacy Keach, Marton Csokas, Jude Ciccolella, Julia Garner, Lady Gaga, Alexa Vega, Patricia Vonne, Bart Fletcher, Billy Blair, Johnny Reno, Frank Miller, Robert Rodriguez
Puntuación: 3/10
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