Que Guillermo del Toro es un director diferente, es una obviedad. En su filmografía ha construido todo un universo de fantasía que parecía haber vivido su mayor clímax con El laberinto del Fauno. Pero Del Toro aún tenía y tiene cuerda para seguir explorando en el mundo de la fábula. En esa mezcla entre la ficción y la realidad. Aunque para ello tome elementos prestados de otras creaciones, americanas o europeas. Algo que sucede en su último trabajo hasta la fecha: La forma del agua.
La película se centra en la historia de amor entre Elisa -maravillosa Sally Hawkins- y una especie de hombre rana -Doug Jones- secuestrado por los americanos para su estudio en una base científica en plena Guerra Fría (1963). Una especie de respuesta a los rusos y su operación con la perra Laika. Y entre medias de esta disputa histórica están las personas, los seres y, como en todo, el amor.
El director mexicano ha dicho en multitud de ocasiones, presentando su trabajo, que el amor no tiene forma. El amor no conoce de diferencias. Cuando llega, llega. Y eso plasma en La forma de agua a través de los personajes interpretados por Sally Hawkins y Doug Jones. La mujer y el monstruo, como en el año 1954. Pero como decían Faemino y Cansado. "Parecido no es lo mismo".
Y es que el cine de Guillermo del Toro tiene su propia idiosincrasia. Ya desde el punto de vista visual, La forma del agua es una auténtica pasada. Sobresaliente fotografía. Escenarios solamente posibles en sueños. El color lo inunda todo hasta crear un cuadro pintado por Toulouse Lautrec que bien podría tener un papel en la película. Porque la obra del cineasta mexicano es también un canto a lo diferente. Un hachazo al muro de la intolerancia. Empezando por la propia Sally Hawkins que encarna a una mujer que, a pesar de su mudez, transmite todo -sexualidad, sensualidad, fuerza, potencia y humanidad- sin necesidad de utilizar la palabra.
Y siguiendo con unos secundarios brillantes. A la cabeza, Richard Jenkins, que comparte piso con la buena de Elisa. Un publicista que se niega a seguir encorsetado por los estereotipos de la sociedad y sale del anonimato gracias a la protagonista. En el polo opuesto está Michael Shannon. Palabras mayores. Otra demostración más de su talento descomunal como jefe de la seguridad del recinto científico. Compartiendo planos -los fans de Boardwalk Empire lo agradeceréis- con Michael Stuhlbarg en su papel de doctor al cargo de la bestia. Un Stuhlbarg que este año se asemeja al John C. Reilly de Chicago, Gangs of New York y Las horas, ya que suma a La forma del agua sus interpretaciones de Los papeles del Pentágono y Call Me by Your name. Y poniendo la guinda a este pastel la siempre perfecta Octavia Spencer, compañera de trabajo de Elisa y con sus propias cuitas. La parte cómica del filme.
Recientemente, el director francés, Jean-Pierre Jeunet ha acusado a Guillermo del Toro de plagiarle una secuencia de Delicatessen (1991). No sé si será plagio, imitación, copia, o simplemente un tributo. Un préstamo muy propio del cine actual. Hace un año La La Land maravillaba a púbico y crítica cuando era un resumen del cine clásico musical. O Stranger Things recluta fans cada día cuando son claras son insinuaciones ochenteras
La forma del agua, desde este punto vista, rinde homenaje a muchas cintas de antes. Otra forma de hacer cine. Tiene su propio carisma, pero guarda relación con otras muchas obras de antaño. Y en eso no hay nada malo. Los cánones están establecidos por eso, y Del Toro solo sigue una senda ya marcada.
Porque es verdad que la estética de La forma del agua, como ya decía, es muy afrancesada. Toda la imaginería sobre la que está construida recuerda a Delicatessen, pero también a Amelie, por decir algunas. Una mezcla de ficción y realidad que es el motor central de toda la trama y funciona, pese a insisto ese arranque tardío del guión. Sin ir más lejos, la película se resume en la historia de amor de la mujer y el monstruo. Pero entre medias hay mucho que contar y también de disfrutar.
Por eso, y porque Guillermo del Toro siempre tiene algo que decir, La forma del agua merece la pena. Acaba disfrutándose. Y para zanjar la polémica: Parecido no es lo mismo.
Título original: The Shape of Water
Año: 2017
Duración: 119 min.
Género: Amor / Fantástico / Romance / Thriller
País: Estados Unidos
Dirección: Guillermo del Toro
Guión: Guillermo del Toro, Vanessa Taylor
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Dan Laustsen
Reparto: Sally Hawkins, Doug Jones, Michael Shannon, Octavia Spencer, Richard Jenkins, Michael Stuhlbarg, Lauren Lee Smith, David Hewlett, Nick Searcy, Morgan Kelly, Dru Viergever, Maxine Grossman, Amanda Smith, Cyndy Day, Dave Reachill
Premios: 2017: Premios Oscar: 13 nominaciones incl. mejor película, director y actriz (Hawkins)
2017: Festival de Venecia: León de Oro (Mejor película)
2017: Globos de Oro: Mejor director y banda sonora original. 7 nominaciones
2017: Premios BAFTA: 12 nominaciones, incluyendo Mejor película y Mejor director
2017: American Film Institute (AFI): Top 10 - Mejores películas del año
2017: Critics Choice Awards: Mejor película, director, dir. artística y banda sonora
2017: Críticos de Los Angeles: Mejor director, actriz (Hawkins) y fotografía
2017: Satellite Awards: 10 nominaciones incluyendo mejor película y director
Puntuación: 7/10
La película se centra en la historia de amor entre Elisa -maravillosa Sally Hawkins- y una especie de hombre rana -Doug Jones- secuestrado por los americanos para su estudio en una base científica en plena Guerra Fría (1963). Una especie de respuesta a los rusos y su operación con la perra Laika. Y entre medias de esta disputa histórica están las personas, los seres y, como en todo, el amor.
El director mexicano ha dicho en multitud de ocasiones, presentando su trabajo, que el amor no tiene forma. El amor no conoce de diferencias. Cuando llega, llega. Y eso plasma en La forma de agua a través de los personajes interpretados por Sally Hawkins y Doug Jones. La mujer y el monstruo, como en el año 1954. Pero como decían Faemino y Cansado. "Parecido no es lo mismo".
Y es que el cine de Guillermo del Toro tiene su propia idiosincrasia. Ya desde el punto de vista visual, La forma del agua es una auténtica pasada. Sobresaliente fotografía. Escenarios solamente posibles en sueños. El color lo inunda todo hasta crear un cuadro pintado por Toulouse Lautrec que bien podría tener un papel en la película. Porque la obra del cineasta mexicano es también un canto a lo diferente. Un hachazo al muro de la intolerancia. Empezando por la propia Sally Hawkins que encarna a una mujer que, a pesar de su mudez, transmite todo -sexualidad, sensualidad, fuerza, potencia y humanidad- sin necesidad de utilizar la palabra.
Michael Stuhlbarg, Sally Hawkins y Doug Jones (Fox). |
Y siguiendo con unos secundarios brillantes. A la cabeza, Richard Jenkins, que comparte piso con la buena de Elisa. Un publicista que se niega a seguir encorsetado por los estereotipos de la sociedad y sale del anonimato gracias a la protagonista. En el polo opuesto está Michael Shannon. Palabras mayores. Otra demostración más de su talento descomunal como jefe de la seguridad del recinto científico. Compartiendo planos -los fans de Boardwalk Empire lo agradeceréis- con Michael Stuhlbarg en su papel de doctor al cargo de la bestia. Un Stuhlbarg que este año se asemeja al John C. Reilly de Chicago, Gangs of New York y Las horas, ya que suma a La forma del agua sus interpretaciones de Los papeles del Pentágono y Call Me by Your name. Y poniendo la guinda a este pastel la siempre perfecta Octavia Spencer, compañera de trabajo de Elisa y con sus propias cuitas. La parte cómica del filme.
Delicatessen
Equipo técnico y humano funcionan como un reloj suizo en La forma del agua. Esa fusión bien podría ser una delicatessen del cine moderno. Pero a la película, al final, le falta algo. Desde el principio el guión gripa. Le cuesta arrancar hasta entrar en faena. Así pues una primera media hora que produce algún que otro bostezo. Una primera media hora donde además, llega la polémica.Richard Jenkins y Sally Hawkins en la secuencia de la discordia (Fox). |
Recientemente, el director francés, Jean-Pierre Jeunet ha acusado a Guillermo del Toro de plagiarle una secuencia de Delicatessen (1991). No sé si será plagio, imitación, copia, o simplemente un tributo. Un préstamo muy propio del cine actual. Hace un año La La Land maravillaba a púbico y crítica cuando era un resumen del cine clásico musical. O Stranger Things recluta fans cada día cuando son claras son insinuaciones ochenteras
La forma del agua, desde este punto vista, rinde homenaje a muchas cintas de antes. Otra forma de hacer cine. Tiene su propio carisma, pero guarda relación con otras muchas obras de antaño. Y en eso no hay nada malo. Los cánones están establecidos por eso, y Del Toro solo sigue una senda ya marcada.
Michael Shannon junto a Sally Hawkins y Octavia Spencer (Fox). |
Porque es verdad que la estética de La forma del agua, como ya decía, es muy afrancesada. Toda la imaginería sobre la que está construida recuerda a Delicatessen, pero también a Amelie, por decir algunas. Una mezcla de ficción y realidad que es el motor central de toda la trama y funciona, pese a insisto ese arranque tardío del guión. Sin ir más lejos, la película se resume en la historia de amor de la mujer y el monstruo. Pero entre medias hay mucho que contar y también de disfrutar.
Por eso, y porque Guillermo del Toro siempre tiene algo que decir, La forma del agua merece la pena. Acaba disfrutándose. Y para zanjar la polémica: Parecido no es lo mismo.
Ficha Técnica
Título original: The Shape of Water
Año: 2017
Duración: 119 min.
Género: Amor / Fantástico / Romance / Thriller
País: Estados Unidos
Dirección: Guillermo del Toro
Guión: Guillermo del Toro, Vanessa Taylor
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Dan Laustsen
Reparto: Sally Hawkins, Doug Jones, Michael Shannon, Octavia Spencer, Richard Jenkins, Michael Stuhlbarg, Lauren Lee Smith, David Hewlett, Nick Searcy, Morgan Kelly, Dru Viergever, Maxine Grossman, Amanda Smith, Cyndy Day, Dave Reachill
Premios: 2017: Premios Oscar: 13 nominaciones incl. mejor película, director y actriz (Hawkins)
2017: Festival de Venecia: León de Oro (Mejor película)
2017: Globos de Oro: Mejor director y banda sonora original. 7 nominaciones
2017: Premios BAFTA: 12 nominaciones, incluyendo Mejor película y Mejor director
2017: American Film Institute (AFI): Top 10 - Mejores películas del año
2017: Critics Choice Awards: Mejor película, director, dir. artística y banda sonora
2017: Críticos de Los Angeles: Mejor director, actriz (Hawkins) y fotografía
2017: Satellite Awards: 10 nominaciones incluyendo mejor película y director
Puntuación: 7/10
"La forma del agua" es una película que me causa algo de controversia, por un lado me atrae verla, por la repercusión que está teniendo, por otra, me echa para atrás, aunque como dices tú, merezca la pena... uff, no se yo que haré.
ResponderEliminarHemosVisto!
Merece la pena verla. Aunque solo sea por sacar tu propia conclusión y ver, por uno mismo, si merece por ejemplo tantas nominaciones a los Oscar. Ya te digo que al menos a mi en el apartado visual me ha gustado, aunque el guión es un poco flojete a mi juicio
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