El talento de Brad Pitt al servicio de la sátira. Así es Máquina de guerra, la propuesta de Netflix para abordar el inacabable conflicto bélico en Afganistán. Y ello lo hace dando vida al general McMahon, una persona de férreas convicciones. El instrumento humano utilizado por Obama para intentar solucionar un problema enquistado e iniciado hace más de 16 años por George Bush en su campaña conocida como 'Guerra contra el Terror', a raíz de los atentados del 11-S.
Rodeado de su equipo, Pitt/McMahon inicia una ofensiva diplomática que le lleva a entrevistarse con el propio presidente afgano, Hamid Karzai (Ben Kingsley) y con enviados especiales del gobierno estadounidense. Encuentros para los que no esta construido el general, un hombre de acción y parco en palabras que desde el primer momento se da cuenta de su tarea, acabar con la guerra, es una misión imposible por ese infranqueable muro burocrático que le lleva, incluso, a viajar a Europa para recabar apoyo de las potencias continentales (Tilda Swinton, brillante en dos minutos).
Los entresijos de la guerra en Afganistán, cuna de los talibanes, la insoportable burocracia y el alma belicoso del ejército estadounidense son desgajados por David Michôd (Animal Kingdon) que adapta la novela de Michael Hastings: The Operators. Todo ello desde una frivolidad que ralla el humor negro. Ya el inicio, con la voz de off de Scoot McNairy (Argo) contándonos la historia bélica de Estados Unidos es una declaración de intenciones. Una burla con la pretensión de ser socarrona pero que cae en saco roto de no ser por la presencia de Brad Pitt, quien engulle cada plano.
Pitt no es nuevo en estas lides. Personajes toscos, en ocasiones hieráticos, no son una novedad en su registro, como demostraba a la sombra de Quentin Tarantino en Malditos Bastardos. Su McMahon es una continuidad, menos atractiva, que aquel Aldo Raine y bajo esta premisa el actor rescata un aprobado del resto de la película. Eso sí bien rodeado por un equipo de secundarios, capitaneado por Anthony Michael Hall (El club de los cinco), que ralla el absurdo.
Porque en su tono burlón, Máquina de guerra no logra despegar, haciéndose pesada, entre otras cosas, por su excesiva duración y por intentar ser original donde no cabe. El fiasco de Afganistán, la corruptela burocrática hundida en intereses personales de políticos chuscos y hombres de paja ridículos como el propio Karzai (muy visto ya Ben Kingsley), se merecía otra adaptación cinematográfica.
Más cuando en la cara opuesta de este tipo de cine uno se topa con otras obras como In the loop o La guerra de Charlie Wilson, superiores en calidad narrativa y que transmiten mucho más que su compañera de género.
A pesar de ello Máquina de guerra tiene su utilidad. No te va hacer reír, es cierto, aun siendo satírica. No te van a emocionar sus escasas escaramuzas bélicas ni las complicaciones de Pitt y su equipo. Pero en algún momento dentro de su pesado metraje te va a hacer reflexionar si no lo habías hecho ya.
Y ese es su fuerte, el de ofrecernos esa parte oculta de todas las guerras, a las que preocupantemente nos hemos acostumbrado como una nota a pie de página más en los informativos. Y es que los hilos de la batalla de mueven en los despachos ovales. La hipocresía política machaca y engulle la vida de soldados y civiles sumidos en conflictos inacabados e infinitos por esos intereses espurios.
La guerra mueve dinero. Mucha pasta. Y mientras esos sea así, la máquina estará siempre engrasada y lista para disparar. Aunque sea por esto, no está de más el tándem Michôd-Pitt.
Título original: War Machine
Año: 2017
Duración: 122 min.
Género: Comedia / Bélico / Sátira
País: Estados Unidos
Director: David Michôd
Guión: David Michôd (Novela: Michael Hastings)
Música: Nick Cave, Warren Ellis
Fotografía: Dariusz Wolski
Reparto: Brad Pitt, Anthony Hayes, John Magaro, Anthony Michael Hall, Emory Cohen, Topher Grace, Daniel Betts, Aymen Hamdouchi, RJ Cyler, Alan Ruck, Nicholas Jones, Will Poulter, Lakeith Stanfield, Scoot McNairy, Ben Kingsley, Meg Tilly, Tilda Swinton, Griffin Dunne, Josh Stewart, Kola Bokinni
Puntuación: 5/10
Rodeado de su equipo, Pitt/McMahon inicia una ofensiva diplomática que le lleva a entrevistarse con el propio presidente afgano, Hamid Karzai (Ben Kingsley) y con enviados especiales del gobierno estadounidense. Encuentros para los que no esta construido el general, un hombre de acción y parco en palabras que desde el primer momento se da cuenta de su tarea, acabar con la guerra, es una misión imposible por ese infranqueable muro burocrático que le lleva, incluso, a viajar a Europa para recabar apoyo de las potencias continentales (Tilda Swinton, brillante en dos minutos).
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| Brad Pitt es el general McMahon en 'Máquina de guerra' (Netflix). |
Los entresijos de la guerra en Afganistán, cuna de los talibanes, la insoportable burocracia y el alma belicoso del ejército estadounidense son desgajados por David Michôd (Animal Kingdon) que adapta la novela de Michael Hastings: The Operators. Todo ello desde una frivolidad que ralla el humor negro. Ya el inicio, con la voz de off de Scoot McNairy (Argo) contándonos la historia bélica de Estados Unidos es una declaración de intenciones. Una burla con la pretensión de ser socarrona pero que cae en saco roto de no ser por la presencia de Brad Pitt, quien engulle cada plano.
Pitt no es nuevo en estas lides. Personajes toscos, en ocasiones hieráticos, no son una novedad en su registro, como demostraba a la sombra de Quentin Tarantino en Malditos Bastardos. Su McMahon es una continuidad, menos atractiva, que aquel Aldo Raine y bajo esta premisa el actor rescata un aprobado del resto de la película. Eso sí bien rodeado por un equipo de secundarios, capitaneado por Anthony Michael Hall (El club de los cinco), que ralla el absurdo.
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| Brad Pitt y Ben Kingsley en uno de los momentos más satíricos de la película (Netflix). |
Porque en su tono burlón, Máquina de guerra no logra despegar, haciéndose pesada, entre otras cosas, por su excesiva duración y por intentar ser original donde no cabe. El fiasco de Afganistán, la corruptela burocrática hundida en intereses personales de políticos chuscos y hombres de paja ridículos como el propio Karzai (muy visto ya Ben Kingsley), se merecía otra adaptación cinematográfica.
Más cuando en la cara opuesta de este tipo de cine uno se topa con otras obras como In the loop o La guerra de Charlie Wilson, superiores en calidad narrativa y que transmiten mucho más que su compañera de género.
A pesar de ello Máquina de guerra tiene su utilidad. No te va hacer reír, es cierto, aun siendo satírica. No te van a emocionar sus escasas escaramuzas bélicas ni las complicaciones de Pitt y su equipo. Pero en algún momento dentro de su pesado metraje te va a hacer reflexionar si no lo habías hecho ya.
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| 'Máquina de guerra' satiriza con el fin de la guerra en Afganistán (Netflix). |
Y ese es su fuerte, el de ofrecernos esa parte oculta de todas las guerras, a las que preocupantemente nos hemos acostumbrado como una nota a pie de página más en los informativos. Y es que los hilos de la batalla de mueven en los despachos ovales. La hipocresía política machaca y engulle la vida de soldados y civiles sumidos en conflictos inacabados e infinitos por esos intereses espurios.
La guerra mueve dinero. Mucha pasta. Y mientras esos sea así, la máquina estará siempre engrasada y lista para disparar. Aunque sea por esto, no está de más el tándem Michôd-Pitt.
Ficha Técnica
Título original: War Machine
Año: 2017
Duración: 122 min.
Género: Comedia / Bélico / Sátira
País: Estados Unidos
Director: David Michôd
Guión: David Michôd (Novela: Michael Hastings)
Música: Nick Cave, Warren Ellis
Fotografía: Dariusz Wolski
Reparto: Brad Pitt, Anthony Hayes, John Magaro, Anthony Michael Hall, Emory Cohen, Topher Grace, Daniel Betts, Aymen Hamdouchi, RJ Cyler, Alan Ruck, Nicholas Jones, Will Poulter, Lakeith Stanfield, Scoot McNairy, Ben Kingsley, Meg Tilly, Tilda Swinton, Griffin Dunne, Josh Stewart, Kola Bokinni
Puntuación: 5/10
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