Esta es la pregunta que se formula George Wells (Rod Taylor), el protagonista de El tiempo en sus manos frente a sus colegas eruditos en su estudio. Estamos en Inglaterra, año 1899 y el científico está a punto de presentarles el invento soñado por el hombre: una máquina que permite viajes en el tiempo. Y a la vez, está a punto de sumergirnos en una aventura que engrandece al género de la ciencia ficción, donde esta cuestión del principio se nos revelará en poco más de hora y media cargada de acción, emoción y mucho entretenimiento.
Así, en 1960, George Pal dirigía su obra cumbre: El tiempo en sus manos, la adaptación de La máquina del tiempo, el relato de H.G Wells que retrata, por un lado, a una humanidad decadente, pero también la eterna lucha de clases y el espíritu innato de aventura del ser humano. No hay que olvidar que el texto está escrito a finales del siglo XIX y la película rodada en una década, los sesenta, tremendamente convulsa y con la amenaza de una guerra nuclear en ciernes.
Así pues, la película del cineasta húngaro nos lleva de viaje por el tiempo. Desde la Primera Guerra Mundial, al bombardeo nazi de Londres, pasando por una hipotética guerra nuclear y el aterrador futuro del año 802.701, con una sociedad polarizada, dividida entre los pusilánimes Eloi y los Morlocks, seres del inframundo y personajes de culto tanto de a literatura como del cine
Y ello con Rod Taylor como protagonista absoluto del filme. Eterno secundario del cine clásico y de actores como Glenn Ford, David Niven o Burt Lancaster, le llegó su gran oportunidad con la cinta de Pal. Gracias a ella, Alfred Hitchcock puso sus ojos en el actor australiano y le valió para protagonizar Los pájaros en 1963.
Pero aquí lo que nos ocupa hoy es El tiempo en sus manos. De su argumento poco más se puede añadir. Salvo que el matrimonio que componen ciencia ficción y aventura en la película de Pal es perfecto. Una unión al servicio del entretenimiento, principio básico de toda película. Y ello además con imágenes y efectos especiales que, teniendo en cuenta la época, son impresionantes. Por cierto, solo con un presupuesto de poco más de 750.000 dólares, lo que te deja más boquiabierto si cabe -momento culmen el de ver el pasado a través de una ventana-. Merecido Oscar en 1960.
Lograda, pues, la intención de atraparte en la silla frente a la pantalla, la película logra también dejar ese poso reflexivo con el que nació el texto original de Wells. Porque viajar en el tiempo es ciencia ficción, que se sepa a día de hoy, pero el futuro desalentador que pinta Wells y que capta con su cámara Pal no dista mucho de un presente igual de descorazonador, sentimiento que se produce, por ejemplo, en el encuentro entre el personaje de Taylor y Alan Young.
Y así, Rod Taylor, Eloi y Morlocks no son más que capas de una sociedad en constante lucha, pese a la pasividad de unos y la voracidad de otros. Solo hace falta una chispa para provocar ese enfrentamiento. Y en esa espera se crea la atmósfera de tensión perfecta, donde Taylor, y también sus compañeros de reparto (Alan Young o la bella Yvette Mimieux, entre otros) con los temidos Morlocks van a vivir -y hacernos vivir- una experiencia cinéfila al alcance de pocas películas.
Tal es su impronta que de Regreso al Futuro a The Big Bang Theory guardan referencias a la máquina utilizada por Rod Taylor. Una estela que intentó repetirse con el remake protagonizado por Guy Pierce. Pero ya se sabe que las copias pierden toda la esencia del original. Así que mejor volver al pasado, a 1960, acomodarse, y emprender una aventura hacia el futuro. El viaje merece la pena.
Título original: The Time Machine
Año: 1960
Duración: 103 min.
Género: Ciencia Ficción / Aventuras
País: Estados Unidos
Director: George Pal
Guión: David Duncan (Novela: H.G. Wells)
Música: Russell Garcia
Fotografía: Paul C. Vogel
Reparto: Rod Taylor, Alan Young, Yvette Mimieux, Sebastian Cabot, Tom Helmore, White Bissell, Doris Lloyd
Premios: 1960: Oscar: Mejores efectos especiales
Puntuación. 8/10
Así, en 1960, George Pal dirigía su obra cumbre: El tiempo en sus manos, la adaptación de La máquina del tiempo, el relato de H.G Wells que retrata, por un lado, a una humanidad decadente, pero también la eterna lucha de clases y el espíritu innato de aventura del ser humano. No hay que olvidar que el texto está escrito a finales del siglo XIX y la película rodada en una década, los sesenta, tremendamente convulsa y con la amenaza de una guerra nuclear en ciernes.
Así pues, la película del cineasta húngaro nos lleva de viaje por el tiempo. Desde la Primera Guerra Mundial, al bombardeo nazi de Londres, pasando por una hipotética guerra nuclear y el aterrador futuro del año 802.701, con una sociedad polarizada, dividida entre los pusilánimes Eloi y los Morlocks, seres del inframundo y personajes de culto tanto de a literatura como del cine
Y ello con Rod Taylor como protagonista absoluto del filme. Eterno secundario del cine clásico y de actores como Glenn Ford, David Niven o Burt Lancaster, le llegó su gran oportunidad con la cinta de Pal. Gracias a ella, Alfred Hitchcock puso sus ojos en el actor australiano y le valió para protagonizar Los pájaros en 1963.
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| Rod Taylor protagoniza 'El tiempo en sus manos'. |
Pero aquí lo que nos ocupa hoy es El tiempo en sus manos. De su argumento poco más se puede añadir. Salvo que el matrimonio que componen ciencia ficción y aventura en la película de Pal es perfecto. Una unión al servicio del entretenimiento, principio básico de toda película. Y ello además con imágenes y efectos especiales que, teniendo en cuenta la época, son impresionantes. Por cierto, solo con un presupuesto de poco más de 750.000 dólares, lo que te deja más boquiabierto si cabe -momento culmen el de ver el pasado a través de una ventana-. Merecido Oscar en 1960.
Lograda, pues, la intención de atraparte en la silla frente a la pantalla, la película logra también dejar ese poso reflexivo con el que nació el texto original de Wells. Porque viajar en el tiempo es ciencia ficción, que se sepa a día de hoy, pero el futuro desalentador que pinta Wells y que capta con su cámara Pal no dista mucho de un presente igual de descorazonador, sentimiento que se produce, por ejemplo, en el encuentro entre el personaje de Taylor y Alan Young.
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| El futuro al que viaja Taylor está polarizado entre Morlocks y Eloi. |
Y así, Rod Taylor, Eloi y Morlocks no son más que capas de una sociedad en constante lucha, pese a la pasividad de unos y la voracidad de otros. Solo hace falta una chispa para provocar ese enfrentamiento. Y en esa espera se crea la atmósfera de tensión perfecta, donde Taylor, y también sus compañeros de reparto (Alan Young o la bella Yvette Mimieux, entre otros) con los temidos Morlocks van a vivir -y hacernos vivir- una experiencia cinéfila al alcance de pocas películas.
Tal es su impronta que de Regreso al Futuro a The Big Bang Theory guardan referencias a la máquina utilizada por Rod Taylor. Una estela que intentó repetirse con el remake protagonizado por Guy Pierce. Pero ya se sabe que las copias pierden toda la esencia del original. Así que mejor volver al pasado, a 1960, acomodarse, y emprender una aventura hacia el futuro. El viaje merece la pena.
Ficha Técnica
Título original: The Time Machine
Año: 1960
Duración: 103 min.
Género: Ciencia Ficción / Aventuras
País: Estados Unidos
Director: George Pal
Guión: David Duncan (Novela: H.G. Wells)
Música: Russell Garcia
Fotografía: Paul C. Vogel
Reparto: Rod Taylor, Alan Young, Yvette Mimieux, Sebastian Cabot, Tom Helmore, White Bissell, Doris Lloyd
Premios: 1960: Oscar: Mejores efectos especiales
Puntuación. 8/10
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