Spider-Man vuelve a calzarse el traje. Tras un cameo con Los Vengadores y siempre al abrigo de Tony Stark (impagable Robert Downey Jr.) ahora le toca a él solito ser el superhéroe del pueblo y demostrar que se ha ganado el traje. Entre otras cosas, experimentando sus recién adquiridos poderes sobrehumanos -origen obviado en la trama, no hacía falta- y mundanos -la edad del pavo pasa factura-, mientras su popularidad en el instituto está en entredicho, sueña con ser un vengador más y se enfrenta a pequeños ladronzuelos y cacos hasta dar con el gran villano. Y Tom Holland, el encargado de dar vida al Hombre Araña en Spider-Man: Homecoming, viene pegando fuerte en esta nueva versión cinematográfica del cómic de Marvel. Estando, por cierto, a la altura de las expectativas.
Más socarrona que sus predecesoras, cómica incluso por momentos y sin perder un ápice de la acción propia del género, la película tiene como uno de sus mayores atractivos el enfrentamiento -físico e interpretativo- entre Tom Holland y Michael Keaton, el nuevo enemigo de 'Spiddie'. Keaton es Vulture, uno de los villanos clásicos del cómic y cuyo paso del bien al mal tiene su propia justificación social que, ami personalmente, no me sobra en pantalla.
En la segunda juventud del actor, que en estas lides de superhéroes sabe mucho, su carácter frente a la cámara le da ese toque necesario para que la película dirigida por John Watts guste y pase en un abrir y cerrar de ojos, pese a sus más de dos horas de duración y su clara apuesta por el público juvenil que a veces puede llegar a chirriar.
Hablamos, además, de un director semidesconocido para el gran público pero al que recomiendo verle en Coche policial, uno de sus pocos largometrajes con Kevin Beacon, pasándolas canutas, como protagonista. Y ello porque de Coche policial se extraen muchos de los recursos que dan a Spider-Man: Homecoming un toque diferente para revitalizar la saga del hombre araña. Giros de guión, no muy excesivos pero efectivos o situaciones comprometidas llenas de humor ácido son la carta de presentación de esta nueva versión del héroe.
Ese toque juvenil, en ocasiones sobrante, impregna pues toda la pantalla. La película se convierte así en un producto teenager que prescinde de la testosterona generacional para quedarse en la superficie puber. De ahí la elección de gran parte del casting con intérpretes como Zendaya, Tony Revolori, Jacob Batalon o Laura Harrier, el nuevo amor de Peter. Ellos ganan protagonismo, capitaneados por Holland, con la máxima de enganchar a los más jóvenes.
Como toda apuesta, la de Spider-Man: Homecoming tiene sus riesgos que, pese a secuencias metidas con calzador, no desentonan el todo. Tal vez sea por ese punto más socarrón, como decía la principio, propio de la etapa estudiantil. No faltan clichés, es cierto, pero cuando vas a ver a Spider-Man sabes a lo que te expones.
Por esta nueva postura que toma la saga y la irrupción de un brillante Michael Keaton, la película merece finalmente la pena, en la senda de Guardianes de La Galaxia y Deadpool. Tal vez vez, Spider-Man: Homecoming, pueda ocupar ese tercer cajón del podio Marvel. El tiempo lo dirá.
Título original: Spider-Man: Homecoming
Año: 2017
Duración: 133 min.
Género: Acción / Superhéroes / Fantástico / Cómic
País: Estados Unidos
Director: Jon Watts
Guión: John Francis Daley, Jonathan Goldstein, Christopher Ford, Chris McKenna, Jon Watts, Erik Sommers (Personajes: Steve Ditko, Stan Lee)
Música: Michael Giacchino
Fotografía: Salvatore Totino
Reparto: Tom Holland, Robert Downey Jr., Michael Keaton, Marisa Tomei, Jacob Batalon, Zendaya, Jon Favreau, Tony Revolori, Laura Harrier, Angourie Rice, Kenneth Choi, Michael Barbieri, Logan Marshall-Green, Donald Glover, Tyne Daly, Martin Starr, Hannibal Buress, Abraham Attah, Michael Mando, Bokeem Woodbine, Jona Xiao, Chris Evans, Gwyneth Paltrow, Tiffany Espensen, Garcelle Beauvais
Más socarrona que sus predecesoras, cómica incluso por momentos y sin perder un ápice de la acción propia del género, la película tiene como uno de sus mayores atractivos el enfrentamiento -físico e interpretativo- entre Tom Holland y Michael Keaton, el nuevo enemigo de 'Spiddie'. Keaton es Vulture, uno de los villanos clásicos del cómic y cuyo paso del bien al mal tiene su propia justificación social que, ami personalmente, no me sobra en pantalla.
En la segunda juventud del actor, que en estas lides de superhéroes sabe mucho, su carácter frente a la cámara le da ese toque necesario para que la película dirigida por John Watts guste y pase en un abrir y cerrar de ojos, pese a sus más de dos horas de duración y su clara apuesta por el público juvenil que a veces puede llegar a chirriar.
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| Como todas las entregas de la saga, no falta la acción (Sony). |
Hablamos, además, de un director semidesconocido para el gran público pero al que recomiendo verle en Coche policial, uno de sus pocos largometrajes con Kevin Beacon, pasándolas canutas, como protagonista. Y ello porque de Coche policial se extraen muchos de los recursos que dan a Spider-Man: Homecoming un toque diferente para revitalizar la saga del hombre araña. Giros de guión, no muy excesivos pero efectivos o situaciones comprometidas llenas de humor ácido son la carta de presentación de esta nueva versión del héroe.
Un Spider-Man cada vez más barbilampiño
La elección de Tom Holland como Spider-Man supone un nuevo giro tanto para la saga como para el propio personaje. La condición de bailarín de Holland es un punto fuerte para un papel de esta envergadura. Pero lejos de esto está que los creadores de Spider-Man: Homecoming han dado un vuelco a la historia tradicional de Peter Parker. Ni una referencia al tío Ben, ni rastro del fotógrafo Peter, adiós a Mary Jane y como el propio héroe, cada vez más barbilampiño, la tía May (Marisa Tomei) sigue ese proceso a lo Benjamin Button en una clara apuesta por atraer al público adolescente.Ese toque juvenil, en ocasiones sobrante, impregna pues toda la pantalla. La película se convierte así en un producto teenager que prescinde de la testosterona generacional para quedarse en la superficie puber. De ahí la elección de gran parte del casting con intérpretes como Zendaya, Tony Revolori, Jacob Batalon o Laura Harrier, el nuevo amor de Peter. Ellos ganan protagonismo, capitaneados por Holland, con la máxima de enganchar a los más jóvenes.
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| Tom Holland es Spider-Man (Sony). |
Como toda apuesta, la de Spider-Man: Homecoming tiene sus riesgos que, pese a secuencias metidas con calzador, no desentonan el todo. Tal vez sea por ese punto más socarrón, como decía la principio, propio de la etapa estudiantil. No faltan clichés, es cierto, pero cuando vas a ver a Spider-Man sabes a lo que te expones.
Por esta nueva postura que toma la saga y la irrupción de un brillante Michael Keaton, la película merece finalmente la pena, en la senda de Guardianes de La Galaxia y Deadpool. Tal vez vez, Spider-Man: Homecoming, pueda ocupar ese tercer cajón del podio Marvel. El tiempo lo dirá.
Ficha Técnica
Título original: Spider-Man: Homecoming
Año: 2017
Duración: 133 min.
Género: Acción / Superhéroes / Fantástico / Cómic
País: Estados Unidos
Director: Jon Watts
Guión: John Francis Daley, Jonathan Goldstein, Christopher Ford, Chris McKenna, Jon Watts, Erik Sommers (Personajes: Steve Ditko, Stan Lee)
Música: Michael Giacchino
Fotografía: Salvatore Totino
Reparto: Tom Holland, Robert Downey Jr., Michael Keaton, Marisa Tomei, Jacob Batalon, Zendaya, Jon Favreau, Tony Revolori, Laura Harrier, Angourie Rice, Kenneth Choi, Michael Barbieri, Logan Marshall-Green, Donald Glover, Tyne Daly, Martin Starr, Hannibal Buress, Abraham Attah, Michael Mando, Bokeem Woodbine, Jona Xiao, Chris Evans, Gwyneth Paltrow, Tiffany Espensen, Garcelle Beauvais
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