La expansión de los alemanes durante la II GM fue tan rápida que en tres años -desde 1939 con la invasión alemana a Polonia hasta finales de 1941 con la conquista de los estados bálticos de Letonia, Estonia y Lituania- el III Reich controlaba la mayor parte del viejo continente. Los oscuros tentáculos de Hitler sembraban el caos, miedo y muerte entre los ciudadanos europeos que asistían aterrorizados ante el siniestro avance del régimen nazi.
Una de estas naciones fue Noruega. Los alemanes se fijaron en el país nórdico por su emplazamiento estratégico, ya que desde sus costas se podía controlar el Atlántico norte. Asimismo, la importancia del hierro como mineral para la industria bélica, que se extraía de Suecia y era exportado fuera de Escandinavia a través de los puertos noruegos, hacían que el país de los fiordos fuera de vital importancia para los planes del führer.
La decisión del rey -Erik Poppe- narra las horas previas a la invasión alemana el 9 de abril de 1940 y, especialmente, los días posteriores a esa fecha. Días en los que el rey noruego Hakoon VII -Jesper Christensen, Flame y Citron, Casino Royale- se convirtió en una figura transcendental para el futuro de sus compatriotas.
El director noruego Erik Poppe centra la historia en dos personajes. Por un lado en el rey Hakoon y por otro lado en el embajador alemán en Oslo, Curt Bräuer -Karl Markovics, Los falsificadores-. Ambas figuras se encontraron en el centro de la tormenta iniciada el 9 de abril y lidiaron como pudieron con la situación.
Sobre el rey noruego recayó toda la responsabilidad, ya que el Gobierno que por aquel entonces dirigía la nación se vio superado por las circunstancias e incapaz de decidir si rendirse a los alemanes o luchar contra ellos. El monarca -perfectamente interpretado por Christensen- debía sacar fuerzas de flaqueza en aquel momento y convertirse en la figura que protegiese los intereses de sus ciudadanos, tomase la decisión que tomase. Muy acertada es la representación de su hijo, el heredero al trono Olav -Anders Baasmo Christiansen, Kon-tiki- un hombre más joven y enérgico que únicamente contempla la opción de hacer frente al invasor con las armas, a pesar de tener un ejército mucho menos preparado que el nazi.
Por su parte, el consul alemán era un hombre más propenso al diálogo y contrario al derramamiento de sangre. Desde el primer momento queda claro que a pesar de representar los intereses del III Reich en otro país, no es un nazi. Sus constantes enfrentamientos con los líderes del ejército al frente de la invasión persiguiendo una salida sin violencia al conflicto hacen que el espectador pueda empatizar fácilmente con su personaje.
Nos encontramos ante un filme muy interesante, con buenas escenas bélicas y con una trama muy bien llevada que hará las delicias de aquellos aficionados al cine político. Las negociaciones entre ambos bandos están presentes desde el inicio de la película y la tensión de aquellos momentos está muy bien reflejada. Si bien es cierto que la duración del filme puede jugar en su contra, los 133 minutos del mismo pasan sin lastrar el ritmo gracias a un guión muy ágil.
Mención aparte merece la música compuesta por Johan Söderqvist, creando la atmósfera perfecta en las situaciones de mayor tensión, así como en los momentos más emotivos de la obra. La película fue seleccionada por la Academia de cine noruego para representar al país en la ceremonia de los Oscar de 2017, si bien no quedó entre las cinco finalistas. Pero lo merecía.
Título original: Kongens Nei
Año: 2016
Duración: 133 min.
Género: Bélico / II Guerra Mundial / Histórico / Hechos Reales
País: Noruega
Director: Erik Poppe
Guion: Harald Rosenlow-Eeg, Jan Trygve Royneland
Música: Johan Söderqvist
Fotografía: John Christian Rosenlund
Reparto: Jesper Christensen, Anders Baasmo Christiansen, Karl Markovics, Tuva Novotny, Juliane Köhler, Andreas Lust, Katharina Schüttler
Puntuación: 7/10
Una de estas naciones fue Noruega. Los alemanes se fijaron en el país nórdico por su emplazamiento estratégico, ya que desde sus costas se podía controlar el Atlántico norte. Asimismo, la importancia del hierro como mineral para la industria bélica, que se extraía de Suecia y era exportado fuera de Escandinavia a través de los puertos noruegos, hacían que el país de los fiordos fuera de vital importancia para los planes del führer.
La decisión del rey -Erik Poppe- narra las horas previas a la invasión alemana el 9 de abril de 1940 y, especialmente, los días posteriores a esa fecha. Días en los que el rey noruego Hakoon VII -Jesper Christensen, Flame y Citron, Casino Royale- se convirtió en una figura transcendental para el futuro de sus compatriotas.
El director noruego Erik Poppe centra la historia en dos personajes. Por un lado en el rey Hakoon y por otro lado en el embajador alemán en Oslo, Curt Bräuer -Karl Markovics, Los falsificadores-. Ambas figuras se encontraron en el centro de la tormenta iniciada el 9 de abril y lidiaron como pudieron con la situación.
Sobre el rey noruego recayó toda la responsabilidad, ya que el Gobierno que por aquel entonces dirigía la nación se vio superado por las circunstancias e incapaz de decidir si rendirse a los alemanes o luchar contra ellos. El monarca -perfectamente interpretado por Christensen- debía sacar fuerzas de flaqueza en aquel momento y convertirse en la figura que protegiese los intereses de sus ciudadanos, tomase la decisión que tomase. Muy acertada es la representación de su hijo, el heredero al trono Olav -Anders Baasmo Christiansen, Kon-tiki- un hombre más joven y enérgico que únicamente contempla la opción de hacer frente al invasor con las armas, a pesar de tener un ejército mucho menos preparado que el nazi.
Por su parte, el consul alemán era un hombre más propenso al diálogo y contrario al derramamiento de sangre. Desde el primer momento queda claro que a pesar de representar los intereses del III Reich en otro país, no es un nazi. Sus constantes enfrentamientos con los líderes del ejército al frente de la invasión persiguiendo una salida sin violencia al conflicto hacen que el espectador pueda empatizar fácilmente con su personaje.
Nos encontramos ante un filme muy interesante, con buenas escenas bélicas y con una trama muy bien llevada que hará las delicias de aquellos aficionados al cine político. Las negociaciones entre ambos bandos están presentes desde el inicio de la película y la tensión de aquellos momentos está muy bien reflejada. Si bien es cierto que la duración del filme puede jugar en su contra, los 133 minutos del mismo pasan sin lastrar el ritmo gracias a un guión muy ágil.
Mención aparte merece la música compuesta por Johan Söderqvist, creando la atmósfera perfecta en las situaciones de mayor tensión, así como en los momentos más emotivos de la obra. La película fue seleccionada por la Academia de cine noruego para representar al país en la ceremonia de los Oscar de 2017, si bien no quedó entre las cinco finalistas. Pero lo merecía.
Ficha Técnica
Título original: Kongens Nei
Año: 2016
Duración: 133 min.
Género: Bélico / II Guerra Mundial / Histórico / Hechos Reales
País: Noruega
Director: Erik Poppe
Guion: Harald Rosenlow-Eeg, Jan Trygve Royneland
Música: Johan Söderqvist
Fotografía: John Christian Rosenlund
Reparto: Jesper Christensen, Anders Baasmo Christiansen, Karl Markovics, Tuva Novotny, Juliane Köhler, Andreas Lust, Katharina Schüttler
Puntuación: 7/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario