El cine está hecho de grandes películas. Historias basadas en personajes que cobran vida durante una, dos o tres horas gracias a guiones llenos de frases, momentos y secuencias que, por algún detalle, quedan grabadas en nuestra memoria. Muchos de esos diálogos, en España, cobran significado gracias a actores que prestan sus voces a las originales como un vehículo imprescindible para recordar una película, un instante que se convierte en eterno. Y uno de los culpables de que a veces nos vengan a la cabeza frases de películas inmortales es José Luis Gil, uno de los actores de doblaje más representativos de nuestro país.
El aragonés nos recibe inmerso en pleno rodaje de la décima temporada de 'La que se avecina' y su interpretación teatral de 'Cyrano de Bergerac', donde además de protagonista es productor. Y en un rato que compartimos con él hablamos de otra de sus facetas en el mundo de la interpretación: la de actor de doblaje. Quizá la menos conocida para el público de masas y una generación que ha crecido, primero con el señor Cuesta de 'Aquí no hay quién viva', y después con Enrique Pastor, concejal de Juventud y Tiempo Libre en 'La que se avecina'.
Rodaje de 'Toy Story 3' (Canal de cine). |
"Yo entré en doblaje sin haber pisado un estudio de grabación en mi vida y pensaron que podía hacerlo bien. Era una voz joven y a mi me permitía sacar a mi familia adelante. Entonces mi madre era viuda y mi hermano más pequeño. He disfrutado muchísimo y me ha tratado maravillosamente bien. Una profesión que necesita mucho oficio. A veces nos tratan como si fuéramos traductores simultáneos y no es verdad. Requiere mucho y un buen doblaje no se hace así como así", cuenta José Luis cuando le abordamos sobre sus inicios. Y, obviamente, la construcción de un doblaje requiere de una receta que el actor aragonés desvela.
"Tuve grandísimos maestros. A veces aprendías viéndoles, pero la explicación para un buen doblaje es bastante sencilla. El doblaje se nutre de actores y actrices. Cuanta más calidad tengan, mejor será el doblaje porque tendrán la capacidad de adaptarse a lo que le sale por la pantalla ese día. Luego la voz es un accesorio que puedes ubicar en un personaje u otro, dependiendo del timbre el brillo o el matiz de esa voz, pero lo que necesitas básicamente para un buen doblaje son buenos actores y actrices. La técnica es una cosa que se aprende, el talento no lo puedes enseñar".
El producto final del doblaje llega a la pantalla con mayor o menor satisfacción a nuestros oídos. Y para ello, José Luis también tiene una explicación sobre la valoración pública hacia su gremio. "Yo creo que a la gente que le gusta ver las películas bien dobladas sí valora nuestro trabajo. No se lo plantea porque sabe que está doblada. El doblaje es como el árbitro de fútbol, cuando pasas desapercibido es cuando has hecho un buen trabajo. Cuando empiezan a decir de que no sonaba bien o hablaban y cerraba la boca y seguía sonando, es que se ha hecho mal. Pero cuando no se habla del doblaje es que se ha hecho bien".
Cierto es que el sector, últimamente, no pasa por buen momento. Condiciones laborales y económicas lamentables que avocaron a una huelga, recientemente, necesaria. Y además se suman las modas pasajeras, aunque en este último punto quita hierro al asunto. "Ahora parece que hay que ver todo en versión original. Que a mi me encanta, ¡ojo! Pero damos por bueno coger un diez, un treinta por ciento de la película y te pasas más de la mitad mirando la parte de abajo del subtitulo. Si no sabes el idioma claro. Dudo que un director haga una película y un encuadre pensando que vas a mirar solo la parte de abajo. Pero lo damos por bueno con tal de no admitir que el doblaje lo que hace es sustituir una carencia que tenemos, que es no ser anglosajones. Hoy en día tienes todas esas opciones y quejarnos de eso ahora y achacarle ciertos males de nuestra industria a eso, me parece gratuito. Las multinacionales son las primeras que quieren que se doblen sus series y películas para llegar al mayor número de público posible".
España, tierra de 'dobladores'
Pocos países del mundo cuenta con actores profesionales para el doblaje. Voces inconfundibles, capaces de dar a una película mediocre un salto de calidad. Una tradición que viene de lejos, como reconoce José Luis.
"Cuando empecé a trabajar, no te puedes imaginar la calidad que pasaba por los micrófonos. Gente que hacía teatro y televisión y hacía, además, su jornada de doblaje. En España tenemos grandes actores de doblaje que funcionarían a la perfección sobre un escenario. Lo que pasa que el doblaje es muy exigente, absorbente y una vez que alcanzas un estatus y entras en él te absorbe mucho y te impide hacer otras cosas".
Geoffrey Rush, Jim Carrey o Daniel Day-Lewis, entre los más difíciles
En una carrera de doblaje tan prolongada, José Luis Gil ha prestado su voz a actores tan dispares como Hugh Grant, Colin Firth, Patrick Swayze, incluso Tom Hanks o Steve Buscemi en 'El gran Lebowski', sin olvidar a Buddy en 'Toy Story' o el padre de Nemo. Estos son quizás los más incónicos de su carrera. Los que todo el mundo, con algo de oído, reconoce desde el primer segundo. Pero aquí nos confiesa el actor maño que "los más reconocibles, los que todo el mundo conoce, no han sido los más complicados. La dificultad no depende de los actores sino de papeles determinados".
Y como es obvio queremos saber, antes de dejar al actor en los proyectos en los que está inmerso, quiénes son los que más dificultades le han planteado y por qué. Como a lo largo de la charla y punto final a la misma, José Luis es un libro abierto en este sentido. "Recuerdo doblajes complicados como el de 'Shine'. Por sus características era muy difícil doblar a Geoffrey Rush, que está maravilloso. También a Daniel Day Lewis en 'El Crisol', que tenía momentos muy difíciles. Por momentos acelerado y acabas sudando. En 'Dirty Dancing', el momento más difícil es tener que decir con cierta seriedad: 'No permitiré que nadie te arrincone'. O 'Ace Ventura', que era un disparate de película con Jim Carrey, que no hacía más que tonterías, una detrás de otra y era dificilísimo de doblar".
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