martes, 23 de mayo de 2017

'Furia': La justicia y la venganza según Fritz Lang

Hablar de Fritz Lang es hacerlo de uno de los directores más representativos de la historia del cine. Y sus películas son el aval perfecto para la anterior afirmación. Máximo exponente del expresionismo alemán, el nazismo le obligó a exiliarse en Estados Unidos, donde tardó dos años en facturar su primer película americana. Y mereció la pena, porque en 1936 rodaba su ópera prima estadounidense bajo el título de Furia.

El hecho de tener a Fritz Lang detrás de las cámaras es una garantía de éxito. Con esa premisa "atacamos" Furia con ganas. Un deseo que aumenta a media que en los títulos de crédito aparece Joseph Leo Mankiewicz como productor y Spencer Tracy como principal protagonista. Y entramos ya en el barro.

Spencer Tracy es Joe Wilson en 'Furia', la primera película americana de Fritz Lang.

Tracy es Joe Wilson, un hombre afable, enamorado de su prometida Katherine Grant -Sylvia Sidney-. Por motivos de trabajo, ambos se ven obligados a separarse, manteniendo el contacto por correspondencia. Ella en Kansas, él en Illinois, donde se hace propietario de una próspera gasolinera. Así pues la fecha de la boda se acerca. También el reencuentro. Pero Joe es detenido como sospechoso del secuestro de una niña. Y en dependencias policiales es víctima del linchamiento del pueblo, que acaba quemando la cárcel, dando por muerto al forastero. Milagrosamente consigue sobrevivir y emprende, con la ayuda de sus hermanos, el camino de la venganza para que sus captores sufran en sus carnes las penurias que le obligaron a vivir.

Un planteamiento fabuloso el que lleva a cabo Fritz Lang. La película arranca con la historia de amor perfecta. Y en su desarrollo la miseria humana extermina todo sentimiento. El cineasta alemán conjuga perfectamente la mezquindad de todo un pueblo contra un hombre justo, encarnado perfectamente por Spencer Tracy, con la venganza de Joe que prácticamente ha saboreado la muerte por la vorágine de una masa que, despojada de toda humanidad, destroza la justicia.

La masa furibunda se toma la justicia por su cuenta.

El argumento de Furia es un retrato perfecto de la sociedad de la época. Fritz Lang venía de una Alemania arrojada a los brazos de Adolf Hitler, el mismo que aseguraba que "las grandes masas sucumbirán más fácilmente a una gran mentira que a una pequeña". Algo que se extrapola al filme de Lang. Y es que a base de bulos -con fantásticas alusiones animalescas y planos que se suceden uno detrás de otro con fuerza y velocidad-, el personaje de Spencer Tracy es declarado culpable directamente por la masa. Sin juicio ni derechos. Privado de toda defensa y devorado por la infamia de un pueblo. Una impotencia retratada en el rostro del emblemático actor atrapado por las rejas.

Justicia vengativa

Hoy día se conoce como pena de telediario la condena social de un delito sin pasar por el Tribunal oportuno. En Furia, Fritz Lang retrata perfectamente como con mentiras, bulos y habladurías -Walter Brennan se encarga, una vez más, de encarnar este odioso papel- se condena a un individuo sin permitirle defensa alguna -años más tarde La jauría humana sería otro exponente de estos hechos-. En los años treinta, además, sucede que la imagen televisada cobra fuerza dentro de los medios de comunicación. Imágenes en movimiento que van a permitir encarar la segunda parte de la película que se rueda, casi íntegramente, en el Juzgado.

Walter Abel, al fondo de la imagen, se erige como figura en principal en 'Furia'.

Una parte donde Spencer Tracy cede el protagonismo a Walter Abel, el impresionante fiscal que intenta responsabilizar de la muerte de Joe Wilson a 22 alborotadores encargados de su linchamiento y posterior quema. Esto también era una tónica general de la sociedad norteamericana de la época, donde se cometía un linchamiento cada tres días.

En este punto, Fritz Lang da un vuelco a la película, convirtiéndola en el instrumento perfecto de la denuncia social, y se prepara para regalarnos un final con buenos momentos de reflexión. Si bien, en este tramo último la cinta pierde el maravilloso fuelle con el que había arrancado y se había desarrollado.



La venganza ideada por el cineasta alemán viaja a través de la Justicia. Lang plantea la posibilidad de conseguir esa venganza deseada a través de los tribunales. Devuelve, en parte, la humanidad a los personajes, aunque con ello hace perder el atractivo inicial de la cinta. Sin embargo y como retrato de denuncia, Furia es en su conjunto una película más que notable. El debut en Hollywood de un director único. Y no se podía empezar con mejor pie.


Ficha Técnica


Título original: Fury

Año: 1936

Duración: 94 min.

Género: Drama

País: Estados Unidos Estados Unidos

Director: Fritz Lang

Guión: Barlett Cormack, Fritz Lang (Historia: Norman Krasna)

Música: Franz Waxman

Fotografía: Joseph Ruttenberg (B&W)

Reparto: Sylvia Sidney, Spencer Tracy, Walter Abel, Bruce Cabot, Edward Ellis, Walter Brennan, Frank Albertson,  George Walcott,  Arthur Stone,  Morgan Wallace, George Chandler, Roger Gray, Edwin Maxwell, Howard Hickman, Jonathan Hale, Leila Bennet, Esther Dale, Helen Flint, Ward Bond, Dennis O'Keefe

Premios: 1936: Nominada al Oscar: Mejor historia
                1936: Círculo de Críticos de Nueva York: 3 Nominaciones

Puntuación: 7,5/10

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