¿Quién puede resistirse a los encantos de Jack Nicholson y Warren Beatty? Nosotros no, desde luego. Ni Stockard Channing, quien antes de ser Rizzo en Grease, tiene que aguantar a este par de granujas. Ellos son dos pillos y ella la herencia. Y juntos, claro está, son Dos pillos y una herencia, comedia dirigida por Mike Nichols (El graduado, Primary Colors).
Película notable ambientada en la América de los años 20, donde la Ley Mann prohibía que un hombre cruzara la frontera con una mujer con propósitos impúdicos -cosas de la época-, si no estaba casado con ella. Algo que se propone hacer un casado Nicky (Beatty) con la rica heredera Freddy (Channing), su joven amante, dispuesto a cruzar Nueva York rumbo Los Ángeles para vivir el amor. Al menos en apariencia.
Como la ley es así de férrea, Nicky recurre a Óscar (Nicholson), otro caradura de tomo y lomo que le debe favores del pasado y con el cual se casa Freddy en una boda de postín. La tapadera perfecta hasta que Oscar huele el dinero y reclama sus derechos matrimoniales, saliendo a la luz la verdadera intención de estos dos jetas, que no es otra que hacerse con la herencia de la alocada Freddy.
Dos pillos y una herencia está llena de situaciones inverosímiles, esperpénticas y sí, muy divertidas. Una comedia clásica, inteligente y sencilla. El trío protagonista es el aval suficiente para lograr todo eso. Hablamos de dos leyendas del cine, como Jack Nicholson y Warren Beatty. El primero en su salsa, histriónico hasta la médula. Sus gestos son parodia pura. Saca de quicio a Beatty, quien ese papel de vividor -ay Los vividores- le viene como un traje italiano. Los dos están perfectos y funcionan al cien por cien como pareja cómica, rallando la locura.
La tercera en discordia, Stockard Channing, es el contrapunto ideal al tándem Nicholson-Beatty. La película de Nichols fue la catapulta para su carrera, que con Grease culminó. Un papel, en Dos pillos y una herencia, que le valió la nominación al Globo de Oro, gracias a ese rol de chica no tan tonta como creen sus granujas amigos. Por separado, los tres están notables y juntos regalan escenas brillantes y socarronas, perfectas para reír.
A todo ese talento personal hay que sumar el pulso narrativo de Nichols detrás de la cámara. El cineasta siempre estuvo tocado por la varita para conseguir comedias de gran calidad. Algo que sucede en esta película gracias también al buen guión de Adrien Joyce, el seudónimo de la guionista Carole Eastman. Diálogos fluidos, escenas hilarantes -ya sea en el autobús o en ese apartamento cochambroso convertido en al casa delos líos- son el punto fuerte de esta comedia muy al estilo de la época. Ambientación, decorados y vestuarios perfectos. Como la música de David Shire, cuya carta de presentación incluye La Conversación o Zodiac. A veces recordando al cine de otro grande del género como Peter Bogdanovich y Qué me pasa Doctor.
Así pues, ya no solo por conseguir el cometido de entretener al otro lado de la pantalla, Dos pillos y una herencia es la oportunidad de ver juntos en escena a dos grandes actores del séptimo arte como Jack Nicholson y Warren Beatty. Una lucha de talentos que en su estreno pasó desapercibida. Sin embargo, rescatada del baúl, la propuesta de 1975 sigue valiendo para este siglo XXI, donde se sigue echando de menos la buena comedia.
Título original: The Fortune
Año: 1975
Duración: 88 min.
Género: Comedia
País: Estados Unidos
Director: Mike Nichols
Guión: Adrien Joyce
Música: David Shire
Fotografía: John A. Alonzo
Reparto: Warren Beatty, Jack Nicholson, Stockard Channing, Florence Stanley, Richard B. Shull, Tom Newman, Scatman Crothers, Dub Taylor
Premios: 1975: Globos de Oro: Nominada Mejor actriz revelación (Stockard Channing)
Puntuación: 7/10
Película notable ambientada en la América de los años 20, donde la Ley Mann prohibía que un hombre cruzara la frontera con una mujer con propósitos impúdicos -cosas de la época-, si no estaba casado con ella. Algo que se propone hacer un casado Nicky (Beatty) con la rica heredera Freddy (Channing), su joven amante, dispuesto a cruzar Nueva York rumbo Los Ángeles para vivir el amor. Al menos en apariencia.
Como la ley es así de férrea, Nicky recurre a Óscar (Nicholson), otro caradura de tomo y lomo que le debe favores del pasado y con el cual se casa Freddy en una boda de postín. La tapadera perfecta hasta que Oscar huele el dinero y reclama sus derechos matrimoniales, saliendo a la luz la verdadera intención de estos dos jetas, que no es otra que hacerse con la herencia de la alocada Freddy.
Jack Nicholson, Stockard Channing y Warren Beatty, protagonistas de 'Dos pillos y una herencia'. |
Dos pillos y una herencia está llena de situaciones inverosímiles, esperpénticas y sí, muy divertidas. Una comedia clásica, inteligente y sencilla. El trío protagonista es el aval suficiente para lograr todo eso. Hablamos de dos leyendas del cine, como Jack Nicholson y Warren Beatty. El primero en su salsa, histriónico hasta la médula. Sus gestos son parodia pura. Saca de quicio a Beatty, quien ese papel de vividor -ay Los vividores- le viene como un traje italiano. Los dos están perfectos y funcionan al cien por cien como pareja cómica, rallando la locura.
La tercera en discordia, Stockard Channing, es el contrapunto ideal al tándem Nicholson-Beatty. La película de Nichols fue la catapulta para su carrera, que con Grease culminó. Un papel, en Dos pillos y una herencia, que le valió la nominación al Globo de Oro, gracias a ese rol de chica no tan tonta como creen sus granujas amigos. Por separado, los tres están notables y juntos regalan escenas brillantes y socarronas, perfectas para reír.
La película de Nichols está plagada de momentos cómicos hilarantes. |
A todo ese talento personal hay que sumar el pulso narrativo de Nichols detrás de la cámara. El cineasta siempre estuvo tocado por la varita para conseguir comedias de gran calidad. Algo que sucede en esta película gracias también al buen guión de Adrien Joyce, el seudónimo de la guionista Carole Eastman. Diálogos fluidos, escenas hilarantes -ya sea en el autobús o en ese apartamento cochambroso convertido en al casa delos líos- son el punto fuerte de esta comedia muy al estilo de la época. Ambientación, decorados y vestuarios perfectos. Como la música de David Shire, cuya carta de presentación incluye La Conversación o Zodiac. A veces recordando al cine de otro grande del género como Peter Bogdanovich y Qué me pasa Doctor.
Así pues, ya no solo por conseguir el cometido de entretener al otro lado de la pantalla, Dos pillos y una herencia es la oportunidad de ver juntos en escena a dos grandes actores del séptimo arte como Jack Nicholson y Warren Beatty. Una lucha de talentos que en su estreno pasó desapercibida. Sin embargo, rescatada del baúl, la propuesta de 1975 sigue valiendo para este siglo XXI, donde se sigue echando de menos la buena comedia.
Ficha Técnica
Título original: The Fortune
Año: 1975
Duración: 88 min.
Género: Comedia
País: Estados Unidos
Director: Mike Nichols
Guión: Adrien Joyce
Música: David Shire
Fotografía: John A. Alonzo
Reparto: Warren Beatty, Jack Nicholson, Stockard Channing, Florence Stanley, Richard B. Shull, Tom Newman, Scatman Crothers, Dub Taylor
Premios: 1975: Globos de Oro: Nominada Mejor actriz revelación (Stockard Channing)
Puntuación: 7/10
Qué buena!!! Muy recomendable y tanto Beatty y Nichols, como la prota, que me parece una gran actriz, Stockard Channing, están geniales!!
ResponderEliminarPerdonaaaa, me quedo con las ganas de agradecer estos posts, que nos recuerdan que nuestros hijos se están perdiendo mucho cine del bueno!!!
ResponderEliminarAntes que nada, muchas gracias a ti por tus dos comentarios! Que por cierto, estoy de acuerdo con ambos. Seguiremos (mientras nos deje el tiempo) rescatando clásicos, algunos no tan conocidos. Hay grandes películas, desde luego, mucho más allá de los estrenos y conviene recordarlas de vez en cuando. Para eso estamos.
ResponderEliminarGracias de verdad por seguirnos!