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jueves, 16 de marzo de 2017

'El joven Lincoln': John Ford, Henry Fonda y el honor de los justos

"Lo malo, cuando los hombres se toman la justicia por su mano, es que en medio de tanto jaleo y tanta confusión, pueden ahorcar a alguien que es un asesino como a alguien que no lo es". Y así, Henry Fonda, el gran Henry Fonda, calma a una turba de vecinos de Springfield que intentan tomarse la justicia por su mano en una de las escenas más destacadas de El joven Lincoln. La película la dirige otro grande del cine como John Ford y la produce Darryl F. Zanuck, el productor de productores durante la edad dorada de Hollywood. 



Estamos en el año 1939. Año en el que, junto a Corazones Indomables, se inicia una colaboración que tanto ha dado al séptimo arte. Detrás de la cámara, John Ford. Y delante, Henry Fonda. Algo que se repetirá en Las uvas de la ira (1940), Pasión de los fuertes (1946), El fugitivo (1947), Fort Apache (1948) y, finalmente, en Escala en Hawai (1955).

Pero volamos a ese 1939 y a la historia que aquí nos ocupa, que no es otra que una película magníficamente rodada e interpretada como El joven Lincoln. Fonda da vida en sus años de juventud, al que posteriormente fuera el decimosexto presidente de los Estados Unidos de América entre 1961 y 1965: Abraham Lincoln. Hablamos de un personaje fascinante, moralista y por encima de todo, tal y como se refleja también en la película de Ford, justo.

Henry Fonda da vida a Abraham Lincoln durante su juventud en la película dirigida por John Ford.

La película, de una calidad narrativa sobresaliente, presenta al joven Lincoln de forma lineal, simple que no simplista. Ford realiza un retrato perfecto desde los inicios del presidente como leñador en Kentucky hasta su llegada a Springfield, en el estado de Illinois. Pueblo donde empieza a labrarse una carrera como prestigioso abogado. Y es que el decimosexto presidente de Estados Unidos fue un firme defensor y estudioso de las leyes, algo que queda patente en muchos puntos de El joven Lincoln.

John Ford y la simbología

La cinta de Ford está cargada de simbología y, claro está, sube a los altares al personaje de Lincoln. El cineasta responsable de títulos tan legendarios como La Diligencia o El hombre tranquilo, vuelve a demostrar un dominio casi perfecto de la cámara. Y una muestra de ello es el travelling pausado e intenso que acompaña a Henry Fonda y a Pauline Moore -que interpreta al amor de juventud del presidente, Ann Rutledge- en otra secuencia emocionante. De un plumazo, en solo tres minutos, Ford retrata y capta el amor entre ambos individuos que casi nos impide pestañear. Y con la misma solvencia, el tiempo pasa entre ese joven leñador de Kentucky y el apuesto y ambicioso abogado de Illinois.

Fonda, entrando a lomos de un burro en Springfield, en una de las escenas más simbólicas de la película

En este punto, desde un prisma mesianico, Fonda entra en la ciudad a lomos de un burro. Otra declaración de intenciones más sobre el retrato de juventud que se hace del futuro presidente americano. Simbología que, con diálogos vibrantes y brillantes, llega a su culminación en los últimos diez minutos, otra vez dominados por la impresionante figura de Henry Fonda y los planos de Ford.

Henry Fonda, un hombre con piedad

Si de por si la historia es lo suficientemente estimulante como para atraer al espectador a aproximarse a una parte de la vida de Abraham Lincoln, Henry Fonda, con el que iniciaba este análisis, pone la guinda a esta sobresaliente película. Y es que, además de estar ante una cinta biográfica e ilustrativa de una parte fundamental de la historia americana, no olvidemos que el cine también es entretenimiento. Y en ese punto cobra protagonismo el drama judicial, donde Henry Fonda domina de cabo a rabo cada escena.

Los monólogos reservados para el actor son contundentes. Llegan al alma, sí, aunque suene empalagoso. Están cargados de sentimiento y dibujan una parte importante de la imagen de Lincoln. En este plano interpretativo, Fonda se adelanta casi veinte años a su papel de Doce hombres sin piedad, en un rol muy similar. Con tranquilidad y saber estar, registra la personificación de la justicia y la honradez; la lucha por una causa honesta.

El juicio en el que Lincoln busca la verdad sobre un crimen, un anticipo a 'Doce hombres sin piedad'.

Reflexión y entretenimiento se fusionan de esta manera en la pantalla. En esa búsqueda incesante de la verdad y la justicia, Fonda aparece bien secundado por Alice Brady, Marjorie Weaver, Arleen Whelan o Richard Cromwell, entre otros.

Y ello, además, con una caracterización espectacular. Fonda es la imagen viviente de El joven Lincoln en una película sencilla y eficaz. Una cinta, la de Ford y Fonda, alejada de la ampulosidad y que va directa al grano. El filme es una muestra más, finalmente, de la perfecta comunión entre la historia, los personajes y el equipo humano que la componen. Era el año 1939. Y, a día de hoy, no han pasado los años por ella. Sobresaliente.


Ficha Técnica


Título original: Young Mr. Lincoln

Año: 1939

Duración: 95 min.

Género: Drama / Biográfico

País: Estados Unidos Estados Unidos

Director: John Ford

Guion: Lamar Trotti

Música: Alfred Newman

Fotografía: Bert Glennon (B&W)

Reparto: Henry Fonda, Alice Brady, Marjorie Weaver, Arleen Whelan, Eddie Collins, Pauline Moore, Richard Cromwell, Donald Meek, Judith Dickens, Eddie Quillan, Ward Bond

Premios: 1939: Nominada al Oscar: Mejor historia
                1939: Círculo de Críticos de Nueva York: Nominada a Mejor Actor (Henry Fonda)

Puntuación: 9/10

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