El sueño americano también tiene su cara oscura. De la noche a la mañana América, como el resto del mundo, se topaba de bruces con el estallido de una burbuja económica y su onda expansiva. Especialmente en el interior, y particularmente en Texas, el golpe fue más contundente si cabe. Una población rural, conservadora, a la que le habían prometido un fraude.
En ese panorama se desenvuelve -como telón de fondo- Hell o High Water, traducida en España como Comanchería. La primera, una expresión anglosajona que viene a decir: "Adelante con todas las consecuencias". Y la segunda, la tierra 'salvaje' entre Nuevo Mexico y Texas, perteneciente a la tribu guerrera de los comanches. Sea como fuere, ambas expresiones o calificativos le valen al bueno de David Mckenzie -que gran trabajo hizo en Convicto- para rodar una suerte de western con gangsters o viceversa. Una historia de ladrones de bancos y un Ranger implacable en la America profunda golpeada por la crisis económica.
Concretamente, Comanchería es la historia de los hermanos Howard, interpretados por Chris Pine y Ben Foster. El primero es totalmente honrado. Divorciado de su pareja, con una hija y un montón de deudas pendientes. El segundo -Foster- es todo lo contrario. Exconvicto, mujeriego y pendenciero. Dos personas antagónicas unidas por la sangre y un mismo cometido: salvar la granja familiar antes de que el banco la expropie -ese robo legalizado-.
Y la solución para estos dos vaqueros modernos es bien sencilla: robar bancos y acumular todo el dinero posible para saldar la deuda y, de paso, vivir sin problemas. Una tarea que emprenden de forma eficaz hasta que las autoridades toman cartas en el asunto. Concretamente Jeff Bridges y Gil Birmingham, la pareja de rangers que declara la "guerra" a los dos ladrones de bancos.
La película está muy bien definida y cada uno de sus personajes tiene sus momentos de gloria bien marcados. Por un lado, Chris Pine y Ben Foster. Los dos están perfectos. Pine, que ha dejado de ser solo una cara guapa, demuestra un talento interpretativo sobresaliente. Él es la parte noble del dúo. Una suerte de Robin Hood que se venga, con sobriedad, de un sistema que le ha jodido por completo, como al resto de sus paisanos. Por el contrario, Foster no tiene nada de noble. Es un salvaje. Es la acción personificada. El de Boston está impecable con ese toque desagradable y divertido al mismo tiempo que le imprime a su personaje. Igual de espectacular que en su papel como Lance Armstrong.
En el otro lado del ring se erige un descomunal Jeff Bridges. Sin palabras. Domina la pantalla y los tiempos casi sin pestañear. Está desatado, cómodo en su papel y terriblemente cómico. Incluso con esos chistes racistas que solo se entienden en ese ambiente hostil que es el territorio comanche. Bridges simboliza a esa generación, ya perdida, que encarna nobles valores al servicio de la ley. Da toda una lección de interpretación en un papel que le viene al dedo, como ese detective audaz y que, pese a los contratiempos de la vida, se adapta como un camaleón. Y gracias a él brilla también un sorprendente Gil Birmingham. Eso sí, a la zaga de los otros tres ases, pero sin desentonar.
Con semejante reparto en estado de gracia, Comanchería se asegura un triunfo absoluto, aderezado además con esa música de Nick Cave y Warren Ellis. Aunque por sí sola, la película es ya de por sí una obra magnífica. Primero porque la cámara de Mackenzie nos devuelve al oeste en pleno siglo XXI. Planos sensacionales del interior de Norteamerica, como en Nebraska. De una tierra baldía, inhóspita y salvaje que ha dado vida a las historias más legendarias de forajidos singulares. Cualquier 'vaquero' que se os venga a la cabeza, bien podrían ser Chris Pine y Ben Foster, solo que ellos van en coche y no a caballo.
Segundo, porque el filme da voz y nombre a esa parte de la sociedad norteamericana a la que se le mira por encima del hombro, la cual soporta a sus espaldas guerras, crisis y todo tipo de avatares sin ninguna contraprestación, pero siempre está ahí para sacar las castañas del fuego cuando se la necesita. Una población ridiculizada y jodida que, cierto es, se acaba revelando contra los poderosos -ya sean los bancos o esos elitistas que todavía se preguntan porque ha ganado Donald Trump las elecciones-. Una clase que se manifiesta en varias secuencias de la película a modo de silencio activo en favor de la pareja de ladrones o antihéroes.
Así Comanchería es una oda a ese cine clásico de historias como las de Bonnie and Clyde, El enemigo público o Un botín de 500.000 dólares. Películas que llenan el vaso del entretenimiento hasta rebosar pero que, además, dejan un poso reflexivo muy estimulante. Y de paso, juntan en pantalla a tres actores: Jeff Bridges, Chris Pine y Ben Foster, que se merecen una alfombra roja, como poco. 'Chapeau'.
Título original: Hell or High Water
Año: 2016
Duración: 102 min.
Género: Drama / Thriller / Crimen
País: Estados Unidos
Director: David Mackenzie
Guión: Taylor Sheridan
Fotografía: Giles Nuttgens
Música: Nick Cave, Warren Ellis
Reparto: Jeff Bridges, Chris Pine, Ben Foster, Katy Mixon, Gil Birmingham, Dale Dickey, Kevin Rankin, Melanie Papalia, Lora Martinez-Cunningham, Amber Midthunder, Dylan Kenin, Alma Sisneros, Martin Palmer, Danny Winn, Crystal Gonzales, Terry Dale Parks, Debrianna Mansini
Premios: 2016: Globos de Oro: Nominada a mejor película-drama, guión y actor sec. (Bridges)
2016: National Board of Review (NBR): Mejor 10 películas, actor secundario (Bridges)
2016: American Film Institute (AFI): Top 10 - Mejores películas del año
2016: Premios Oscar: 4 nominaciones incluyendo mejor película y actor sec. (Bridges)
2016: Premios BAFTA: 3 nominaciones, incluyendo Mejor actor sec. (Bridges)
2016: Satellite Awards: Mejor actor secundario (Jeff Bridges). 3 nominaciones
Puntuación: 9/10
Ben Foster y Chris Pine son dos ladrones de bancos en 'Comanchería' (Vértigo Films). |
Concretamente, Comanchería es la historia de los hermanos Howard, interpretados por Chris Pine y Ben Foster. El primero es totalmente honrado. Divorciado de su pareja, con una hija y un montón de deudas pendientes. El segundo -Foster- es todo lo contrario. Exconvicto, mujeriego y pendenciero. Dos personas antagónicas unidas por la sangre y un mismo cometido: salvar la granja familiar antes de que el banco la expropie -ese robo legalizado-.
Y la solución para estos dos vaqueros modernos es bien sencilla: robar bancos y acumular todo el dinero posible para saldar la deuda y, de paso, vivir sin problemas. Una tarea que emprenden de forma eficaz hasta que las autoridades toman cartas en el asunto. Concretamente Jeff Bridges y Gil Birmingham, la pareja de rangers que declara la "guerra" a los dos ladrones de bancos.
No es país para viejos
Desde el minuto uno, la cinta de Mackenzie destila ese aroma de las novelas de Cormac McCarthy. En especial No es país para viejos, novela que tan espléndidamente llevaron al cine los Coen. En Comanchería, claro está, el cineasta británico le pone su propio sello, gracias también al magnífico guión de Taylor Sheridan (Sicario).'Comanchería' es una lucha sin cuartel entre los rangers y dos ladrones de bancos (Vértigo Films). |
La película está muy bien definida y cada uno de sus personajes tiene sus momentos de gloria bien marcados. Por un lado, Chris Pine y Ben Foster. Los dos están perfectos. Pine, que ha dejado de ser solo una cara guapa, demuestra un talento interpretativo sobresaliente. Él es la parte noble del dúo. Una suerte de Robin Hood que se venga, con sobriedad, de un sistema que le ha jodido por completo, como al resto de sus paisanos. Por el contrario, Foster no tiene nada de noble. Es un salvaje. Es la acción personificada. El de Boston está impecable con ese toque desagradable y divertido al mismo tiempo que le imprime a su personaje. Igual de espectacular que en su papel como Lance Armstrong.
En el otro lado del ring se erige un descomunal Jeff Bridges. Sin palabras. Domina la pantalla y los tiempos casi sin pestañear. Está desatado, cómodo en su papel y terriblemente cómico. Incluso con esos chistes racistas que solo se entienden en ese ambiente hostil que es el territorio comanche. Bridges simboliza a esa generación, ya perdida, que encarna nobles valores al servicio de la ley. Da toda una lección de interpretación en un papel que le viene al dedo, como ese detective audaz y que, pese a los contratiempos de la vida, se adapta como un camaleón. Y gracias a él brilla también un sorprendente Gil Birmingham. Eso sí, a la zaga de los otros tres ases, pero sin desentonar.
Con semejante reparto en estado de gracia, Comanchería se asegura un triunfo absoluto, aderezado además con esa música de Nick Cave y Warren Ellis. Aunque por sí sola, la película es ya de por sí una obra magnífica. Primero porque la cámara de Mackenzie nos devuelve al oeste en pleno siglo XXI. Planos sensacionales del interior de Norteamerica, como en Nebraska. De una tierra baldía, inhóspita y salvaje que ha dado vida a las historias más legendarias de forajidos singulares. Cualquier 'vaquero' que se os venga a la cabeza, bien podrían ser Chris Pine y Ben Foster, solo que ellos van en coche y no a caballo.
Segundo, porque el filme da voz y nombre a esa parte de la sociedad norteamericana a la que se le mira por encima del hombro, la cual soporta a sus espaldas guerras, crisis y todo tipo de avatares sin ninguna contraprestación, pero siempre está ahí para sacar las castañas del fuego cuando se la necesita. Una población ridiculizada y jodida que, cierto es, se acaba revelando contra los poderosos -ya sean los bancos o esos elitistas que todavía se preguntan porque ha ganado Donald Trump las elecciones-. Una clase que se manifiesta en varias secuencias de la película a modo de silencio activo en favor de la pareja de ladrones o antihéroes.
Jeff Bridges, descomunal en un papel que le viene como anillo al dedo (Vértigo Films). |
Así Comanchería es una oda a ese cine clásico de historias como las de Bonnie and Clyde, El enemigo público o Un botín de 500.000 dólares. Películas que llenan el vaso del entretenimiento hasta rebosar pero que, además, dejan un poso reflexivo muy estimulante. Y de paso, juntan en pantalla a tres actores: Jeff Bridges, Chris Pine y Ben Foster, que se merecen una alfombra roja, como poco. 'Chapeau'.
Ficha Técnica
Título original: Hell or High Water
Año: 2016
Duración: 102 min.
Género: Drama / Thriller / Crimen
País: Estados Unidos
Director: David Mackenzie
Guión: Taylor Sheridan
Fotografía: Giles Nuttgens
Música: Nick Cave, Warren Ellis
Reparto: Jeff Bridges, Chris Pine, Ben Foster, Katy Mixon, Gil Birmingham, Dale Dickey, Kevin Rankin, Melanie Papalia, Lora Martinez-Cunningham, Amber Midthunder, Dylan Kenin, Alma Sisneros, Martin Palmer, Danny Winn, Crystal Gonzales, Terry Dale Parks, Debrianna Mansini
Premios: 2016: Globos de Oro: Nominada a mejor película-drama, guión y actor sec. (Bridges)
2016: National Board of Review (NBR): Mejor 10 películas, actor secundario (Bridges)
2016: American Film Institute (AFI): Top 10 - Mejores películas del año
2016: Premios Oscar: 4 nominaciones incluyendo mejor película y actor sec. (Bridges)
2016: Premios BAFTA: 3 nominaciones, incluyendo Mejor actor sec. (Bridges)
2016: Satellite Awards: Mejor actor secundario (Jeff Bridges). 3 nominaciones
Puntuación: 9/10
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