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miércoles, 23 de noviembre de 2016

'Mejor solo que mal acompañado': Acción de Gracias para John Candy y Steve Martin

Una comedia con mucha humanidad. Esa es una buena propuesta para el día de Acción de Gracias. Y eso es lo que nos regalaba en 1987 el director y guionista John Hughes bajo el título Mejor solo que mal acompañado. Tras fantásticas películas como El club de los cinco o Todo en un día, Hughes facturaba una cinta donde se mezcla con suavidad pasmosa el humor y un tono dramático de mucho valor.

Steve Martin y John Candy son la extraña pareja de 'Mejor solo que mal acompañado'.

Steve Martin y John Candy -posteriormente repetiría con Hughes en Solos con nuestro tío-, son los maestros de ceremonias de Mejor solo que mal acompañado. Rebosan química. El primero (Martin) dando vida a Neal Page, un estereotipado ejecutivo de publicidad que quiere pasar el día de Acción de Gracias con su familia en Chicago. Y el segundo (Candy) como Del Griffith, un vendedor de cortinas de baño mitad bonachón mitad bocazas insoportable.

Sus destinos se unen en el aeropuerto, cuando Page ve como su vuelo se cancela por culpa de una intensa nevada. Es entonces cuando Griffith, de manera fortuita, se presta a llevarle a su destino por carretera. Juntos emprenden un viaje alocado, con toda clase de anécdotas y situaciones, a veces, esperpénticas. Pero eso sí, tremendamente divertidas.

La película de John Hughes está plagada de momentos divertidos.

Así, Mejor solo que mal acompañado es una especie de road movie donde los dos protagonistas, radicalmente opuestos, van estrechando unos lazos de amistad forjados desde el rechazo del uno hacia el otro. Sobre todo de Steve Martin hacia John Candy. Ambos representan dos clases sociales distintas, dos realidades contrapuestas de la vida, pero los dos, en el fondo, están hechos de la misma pasta.

El humor, mejor dicho, la risa, está garantizada desde el primer momento. La película, a finales de los años ochenta, tiene todos los ingredientes de una década prodigiosa para la comedia, y esa influencia se nota en muchas secuencias. En estas escenas, donde John Candy puede llegar a ser tremendamente pesado y agobiante, y Steve Martin la paciencia personificada; ambos intérpretes dan el do de pecho y ofrecen unas interpretaciones magníficas.

Pero además de pasar un momento entretenido y divertido frente a la pantalla, preferiblmeente con una manta y lloviendo o nevando en el exterior, Mejor solo que mal acompañado tiene un componente dramático muy logrado. Desde luego es el valor añadido del trabajo de John Hughes. Este se nos va a desvelar de bruces cuando ya no podemos dejar de reír, y es en ese momento cuando uno se da cuenta del atractivo de esta película.

Un filme, por otro lado, por el que no pasan los años y que ensalza la figura de dos actores eternos. Steve Martin, que vivió en el género cómico su edad dorada por aquel entonces y que aquí, atrapado en la desesperación, borda la comicidad y capta la humanidad de su personaje. Y, por otro lado, el legendario John Candy, con una vis cómica tan descomunal como su figura y su vertiente dramática -JFK, Oliver Stone-. Allí donde esté, siempre le estaremos eternamente agradecido por papeles como el de Del Griffith.




Ficha Técnica


Título original: Planes Trains and Automobiles

Año: 1987

Duración: 100 min.

Género: Comedia / Road movie

País: Estados Unidos Estados Unidos

Director: John Hughes

Guión: John Hughes

Música: Ira Newborn

Fotografía: Donald Peterman

Reparto: Steve Martin, John Candy, Laila Robins, Lyman Ward, Michael McKean, Dylan Baker, Martin Ferrero, Edie McClurg, Kevin Bacon, Larry Hankin, John Randolph Jones, Diana Szlosberg

Puntuación: 7/10

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