Esa es la pregunta que trasciende a lo largo de las casi dos horas que dura Los caballeros blancos, película dirigida por Joachim Lafosse. Un trabajo que le valió la Concha de Plata del Festival de San Sebastián.
El cineasta belga toma de referencia el caso que salió a la luz pública en 2007, cuando una ONG francesa fue acusada del secuestro de 300 niños refugiados del Chad para ser dados en adopción en Francia. Se trataba del Arca de Zoé, organización humanitaria a la que obviamente se ha cambiado el nombre en el filme. Nada relevante este hecho.
Porque lo verdaderamente importante de la cinta son los conflictos que nos plantea el director belga. Problemas éticos y morales que atañen a los voluntarios que acuden al Chad -pese a que la película está rodada en Marruecos- para un programa de ayuda a niños huérfanos. Algo que queda plasmado en el deterioro de la relación entre el equipo de trabajo del campamento.
Por supuesto, la situación de los menores, acorralados por los estragos de la guerra, es otro de los puntos que ganan fuerza en la película, así como los jefes tribales corrompidos por el dinero; y una reportera que acude a grabar el trabajo de la ONG y que no puede estar al margen de lo que ven sus ojos y su cámara.
Al frente del reparto está el actor francés Vincent Lindon (Cruzando el límite, La ley del mercado), en un trabajo contenido y muy notable. Durante todo el metraje dudamos entre aclamar su labor, casi heroica, o despreciar esta. Su personaje, y parte de su equipo, se mueve en una delgada línea roja que remueve la conciencia.
Y así, Los caballeros blancos, sin caer en el sentimentalismo -y lo tiene todo para cometer este pecado- es casi un documental que evidencia los problemas morales de la ayuda humanitaria. Con un ritmo cambiante, eso sí, frente a la pantalla se nos plantean un sin fin de preguntas cuyo eco resuena cuando abandonamos la sala. Esta pureza narrativa podrá tener su contra, que será el de no atraer a aquel público que sí demanda esas emociones fáciles. Pero se agradece no caer en esta tentación
Los caballeros blancos, pues, no tiene edulcorantes ni artificios. Es una película totalmente aséptica que aborda los límites de la ayuda humanitaria, donde no se sabe si todo vale con tal de alcanzar el bien final, que es, obviamente el bienestar de los pequeños. Cine social y reflexivo que logra su objetivo: revolver la conciencia del espectador.
Ficha Técnica
Título original: Les chevaliers blancs
Año: 2015
Duración: 112 min.
Género: Drama / Hechos Reales
País: Bélgica
Director: Joachim Lafosse
Guión: Zélia Abadie, Bulle Decarpentries
Fotografía: Jean-François Hensgens
Reparto: Vincent Lindon, Louise Bourgoin, Valérie Donzelli, Reda Kateb, Yannick Renier, Stéphane Bissot, Tatiana Rojo, Philippe Rebbot, Tibo Vandenborre, Jean-Henri Compère
Premios: 2015: Festival de San Sebastián: Concha de Plata mejor director
Puntuación: 6,5/10
La relación entre los cooperantes se va deteriorando a mediada que avanzan los conflictos (Fabrizio Maltese/Golem). |
El cineasta belga toma de referencia el caso que salió a la luz pública en 2007, cuando una ONG francesa fue acusada del secuestro de 300 niños refugiados del Chad para ser dados en adopción en Francia. Se trataba del Arca de Zoé, organización humanitaria a la que obviamente se ha cambiado el nombre en el filme. Nada relevante este hecho.
Porque lo verdaderamente importante de la cinta son los conflictos que nos plantea el director belga. Problemas éticos y morales que atañen a los voluntarios que acuden al Chad -pese a que la película está rodada en Marruecos- para un programa de ayuda a niños huérfanos. Algo que queda plasmado en el deterioro de la relación entre el equipo de trabajo del campamento.
'Los caballeros blancos' plantea cuestiones sobre los límites de la ayuda humanitaria (Fabrizio Maltese/Golem). |
Por supuesto, la situación de los menores, acorralados por los estragos de la guerra, es otro de los puntos que ganan fuerza en la película, así como los jefes tribales corrompidos por el dinero; y una reportera que acude a grabar el trabajo de la ONG y que no puede estar al margen de lo que ven sus ojos y su cámara.
Al frente del reparto está el actor francés Vincent Lindon (Cruzando el límite, La ley del mercado), en un trabajo contenido y muy notable. Durante todo el metraje dudamos entre aclamar su labor, casi heroica, o despreciar esta. Su personaje, y parte de su equipo, se mueve en una delgada línea roja que remueve la conciencia.
Vincent Lindon es el responsable de la ONG que tiene que lidiar con los jefes tribales (Fabrizio Maltese /Golem). |
Y así, Los caballeros blancos, sin caer en el sentimentalismo -y lo tiene todo para cometer este pecado- es casi un documental que evidencia los problemas morales de la ayuda humanitaria. Con un ritmo cambiante, eso sí, frente a la pantalla se nos plantean un sin fin de preguntas cuyo eco resuena cuando abandonamos la sala. Esta pureza narrativa podrá tener su contra, que será el de no atraer a aquel público que sí demanda esas emociones fáciles. Pero se agradece no caer en esta tentación
Los caballeros blancos, pues, no tiene edulcorantes ni artificios. Es una película totalmente aséptica que aborda los límites de la ayuda humanitaria, donde no se sabe si todo vale con tal de alcanzar el bien final, que es, obviamente el bienestar de los pequeños. Cine social y reflexivo que logra su objetivo: revolver la conciencia del espectador.
Ficha Técnica
Título original: Les chevaliers blancs
Año: 2015
Duración: 112 min.
Género: Drama / Hechos Reales
País: Bélgica
Director: Joachim Lafosse
Guión: Zélia Abadie, Bulle Decarpentries
Fotografía: Jean-François Hensgens
Reparto: Vincent Lindon, Louise Bourgoin, Valérie Donzelli, Reda Kateb, Yannick Renier, Stéphane Bissot, Tatiana Rojo, Philippe Rebbot, Tibo Vandenborre, Jean-Henri Compère
Premios: 2015: Festival de San Sebastián: Concha de Plata mejor director
Puntuación: 6,5/10
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