Muchos de los asesinos en serie de la historia tienen su semilla del mal en una turbulenta infancia. Traumas infantiles que no se superan. Rabia acumulada que explota en la madurez en un festival de violencia, crímenes y asesinatos de lo más macabros y morbosos.
El mundo del cine no ha sido ajeno a estas terroríficas historias, dando vida a un género, el slasher, que tiene un público muy extendido a lo largo y ancho del planeta. No vamos a descubrir grandes películas de este tipo y sí nos vamos a centrar en una particularmente sangrienta. Esa es Maniac (1980) -la buena, no el remake protagonizado por Elijah Wood-, la ópera prima del director William Lustig protagonizada por Joe Spinell -que además firma el guión-, al que los amantes de este arte recordarán por ser Willi Cicci en las dos primeras partes de El Padrino, además de ser Tony Gazzo en la saga Rocky.
Spinell da vida a Frank Zitto, un perturbado que lleva el terror a las calles de Nueva York, donde comete sus crímenes. Asesinatos muy básicos, pero brutales, donde Zitto, un personaje de lo más horrendo, asfixia y degolla a sus víctimas -generalmente mujeres- para después cortarles la cabellera y ponérsela a unos maniquíes que guarda en su apartamento. Muñecos con los que además habla y mantiene cierta relación -y que llegan a cobrar vida con movimientos muy similares a los zombies de Sam Raimi en la trilogía Posesión Infernal-.
Y es aquí donde se nos muestra el trauma de este asesino en serie sobre el que gira Maniac. Una especie de complejo de Edipo que le persigue desde su niñez, aterrado por una madre dominante de la que se deja en el aire cierta atracción. Así Zitto, antes de matar a sus víctimas, mantiene con ellas un diálogo cruel y lleno de rencor visualizando a la que fue su progenitora. Unas secuencias que van a recordar a películas como El fotógrafo del pánico o El estrangulador de Bostón.
En este punto conviene ponerse en la perspectiva de los años 80 y las técnicas visuales de la época, muy lejos, obviamente, de los avances tecnológicos actuales -aparte de unos fallos de montaje que se perdonan si se tienen en cuenta los escasos medios del equipo de rodaje-. Dicho lo cual, los efectos visuales son muy logrados y llevan la firma de Tom Savini, que no necesita presentación. Hablamos del rey de la casquería, por lo que la orgía de sangre y gore a límites extremos está garantizada. Y además se reserva una escena que, si habéis visto Zodiac (David Fincher) os va a parecer muy familiar.
El efecto está conseguido mientras nos sumergimos en la trama propuesta por C.A. Rosenberg y Joe Spinell, que de repente da un bandazo y nos introduce el componente humano de la cinta.Una ventana abierta a la esperanza y a encontrar un atisbo de humanidad en el personaje interpretado por Spinell -muy bueno su trabajo, dicho sea de paso-.
Esa ilusión la protagoniza la sexy y atractiva Caroline Munro, que da vida a Anna D'Antoni, una fotógrafa que en Central Park y de casualidad retrata a Frank Zitto, llamando su atención desde el primer momento. Parece que va a ser una víctima más de sus sedienta sed de sangre y crimen, pero extrañamente se fragua entre los dos una amistad que hace olvidar por un momento la crueldad y la violencia del protagonista.
No vamos a desvelar más para aquellos que no la hayan visto y mejor comprobar por uno mismo si es capaz de encontrar la redención o Zitto es un caso perdido. Eso sí, atentos a un final inquietante. Son apenas unos segundos mientras la cámara se acerca a su objetivo. Creerme, merecerá la pena.
Título original: Maniac
Año: 1980
Duración: 87 min.
Género: Terror / Asesinos en serie / Slasher / Drama / Thriller
País: Estados Unidos
Director: William Lustig
Guión: C.A. Rosenberg, Joe Spinell
Música: Jay Chattaway
Fotografía: Robert Lindsay
Reparto: Joe Spinell, Caroline Munro, Abigail Clayton, Kelly Piper, Rita Montone, Tom Savini, Hyla Marrow
Puntuación: 7/10
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| Joe Spinell da vida al asesino en serie Frank Zitto en 'Maniac', de William Lustig. |
El mundo del cine no ha sido ajeno a estas terroríficas historias, dando vida a un género, el slasher, que tiene un público muy extendido a lo largo y ancho del planeta. No vamos a descubrir grandes películas de este tipo y sí nos vamos a centrar en una particularmente sangrienta. Esa es Maniac (1980) -la buena, no el remake protagonizado por Elijah Wood-, la ópera prima del director William Lustig protagonizada por Joe Spinell -que además firma el guión-, al que los amantes de este arte recordarán por ser Willi Cicci en las dos primeras partes de El Padrino, además de ser Tony Gazzo en la saga Rocky.
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| Frank Zitto mantiene una obsesión por los maniquíes. |
Y es aquí donde se nos muestra el trauma de este asesino en serie sobre el que gira Maniac. Una especie de complejo de Edipo que le persigue desde su niñez, aterrado por una madre dominante de la que se deja en el aire cierta atracción. Así Zitto, antes de matar a sus víctimas, mantiene con ellas un diálogo cruel y lleno de rencor visualizando a la que fue su progenitora. Unas secuencias que van a recordar a películas como El fotógrafo del pánico o El estrangulador de Bostón.
En este punto conviene ponerse en la perspectiva de los años 80 y las técnicas visuales de la época, muy lejos, obviamente, de los avances tecnológicos actuales -aparte de unos fallos de montaje que se perdonan si se tienen en cuenta los escasos medios del equipo de rodaje-. Dicho lo cual, los efectos visuales son muy logrados y llevan la firma de Tom Savini, que no necesita presentación. Hablamos del rey de la casquería, por lo que la orgía de sangre y gore a límites extremos está garantizada. Y además se reserva una escena que, si habéis visto Zodiac (David Fincher) os va a parecer muy familiar.
La crueldad de la cutrez
Pero sí la sangre que salpica la pantalla no es suficiente, Lusting y todo el equipo aún nos reservan más dosis de repugnancia y asco hacia este asesino en serie. Y es la cutrez que le rodea. Desde el aspecto físico -obeso, sudoroso y desaliñado-, hasta un hogar desordenado y sucio que sirve de refugio a esta alimaña voraz. Con esa atmósfera se consigue un Zitto abominable y asqueroso que protagoniza los primeros compases de la película. |
| Joe Spinell junto a Caroline Munro, la actriz que introduce en 'Maniac' el componente de humanidad. |
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| Cartel de la película. |
Esa ilusión la protagoniza la sexy y atractiva Caroline Munro, que da vida a Anna D'Antoni, una fotógrafa que en Central Park y de casualidad retrata a Frank Zitto, llamando su atención desde el primer momento. Parece que va a ser una víctima más de sus sedienta sed de sangre y crimen, pero extrañamente se fragua entre los dos una amistad que hace olvidar por un momento la crueldad y la violencia del protagonista.
No vamos a desvelar más para aquellos que no la hayan visto y mejor comprobar por uno mismo si es capaz de encontrar la redención o Zitto es un caso perdido. Eso sí, atentos a un final inquietante. Son apenas unos segundos mientras la cámara se acerca a su objetivo. Creerme, merecerá la pena.
Ficha Técnica
Título original: Maniac
Año: 1980
Duración: 87 min.
Género: Terror / Asesinos en serie / Slasher / Drama / Thriller
País: Estados Unidos
Director: William Lustig
Guión: C.A. Rosenberg, Joe Spinell
Música: Jay Chattaway
Fotografía: Robert Lindsay
Reparto: Joe Spinell, Caroline Munro, Abigail Clayton, Kelly Piper, Rita Montone, Tom Savini, Hyla Marrow
Puntuación: 7/10
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