Los hermanos Coen están de vuelta. Tres años han pasado desde que Ethan y Joel Coen cautivaran al gran público escribiendo y dirigiendo A propósito de Llewyn Davis. Tres años de barbecho en la dirección, pero sin descuidar su faceta de guionistas o productores, donde también tienen buen ojo. Y es que el dúo es responsable de haber escrito durante estos años, entre otros, el guión de El puente de los espías.
A pesar de estas pequeñas dosis de su talento, sus incondicionales ya echábamos en falta un trabajo completo del tándem Ethan-Joel. Y así, cambiando por completo de registro, regresan con una comedia negra made in los Coen, para satirizar hasta decir basta al Hollywwod clásico y todos aquellos que lo componen: actores, actrices, directores, guionistas, productoras, distribuidoras, críticos... Todo. En ¡Ave, César! nada se escapa a la mordaz visión de estos irreverentes hermanos. Hasta la religión, -espectacular debate a cuatro con Josh Brolin como moderador- como de costumbre, es vapuleada por la pluma y la cámara de los Coen. Eso sí, con estilo y sin caer en la zafiedad.
Y así nos trasladan al Hollywood de los años 50, donde se está rodando una superproducción de romanos protagonizada por la estrella del momento: Baird Whitlock (George Clooney). Tras un descanso en el rodaje, Whitlock es secuestrado por una organización subversiva de guionistas contrarios al monopolio de las grandes productoras.
Eddie Manix (Josh Brolin), jefe de producción del largometraje protagonizado por Whitlock, trabaja a contrarreloj para encontrar a la estrella y evitar que se paralice el rodaje de ¡Ave, César!. Y todo ello mientras aplaca la ira del director del momento, Laurence Laurentz (fantástico Ralph Fiennes), incapaz de cambiar el registro de una estrella del western como Hobie Doyle (Alden Ehrenreich); resuelve los líos de faldas de DeeAnna Moran (Scarlett Johansson) con compañeros de industria (Christopher Lambert); aleja a la prensa (Tilda Swinton) de tanto chismorreo e intenta dejar de fumar.
En definitiva, un auténtico despropósito tras otro, con hilarantes momentos de humor y el sello propio de los Coen. Pero a eso se reduce la película: Secuencias desternillantes que aprueban por separado, pero que no consiguen completar un todo perfecto. Bien es cierto que hay que huir de las comparaciones, más si cabe cuando Ethan y Joel han regalado películas tan buenas a lo largo de su carrera.
Aún sin caer en la comparación, ¡Ave, César! no pasa de ser un trabajo entretenido, sin mucha más alma que algunas escenas graciosas. Así, la sátira de los Coen sobre el Hollywood clásico no es más que una píldora amena y divertida. Intentar ver más allá de eso es un completo error.
Llegados a este momento de su dilatada trayectoria, los Coen se han sacado de la manga un trabajo para reírse de todo aquello que les rodea en la industria cinematográfica. Se lo pueden permitir gracias a la legión de fans que les seguimos. Y aún carentes de la chispa y el talento de otras producciones suyas, lo cierto es que consiguen hacer sonreír, y eso bien merece una entrada de cine.
Los Coen han cogido todo eso, y con la ironía y el sarcasmo por bandera han desmitificado a un Hollywood del que muchos comen y beben a diario. Nada se ha escapado a su estilo crítico. Desde ese actor encorsetado en el western que no sabe hacer nada más allá de los vaqueros y cantar canciones a la luna -cierto deje a Ricky Nelson-, hasta el sindicalismo y la Guerra Fría, pasando por los matrimonios de conveniencia para dar 'carnaza' a la prensa amarilla o la falta de rigor en películas que pegan patadas a la historia antigua -impagable unir a Tiberio y Caracalla cuando les separan más de 200 años de imperio-.
Una crítica acertada, oportuna y divertida. Ese el tratamiento de ¡Ave, César!, que no persigue nada más que reírse de todo y todos y hacer pasar un rato entretenido en la butaca. Nada más. Del grupo de películas como Ladykillers, Arizona Baby, Crueldad Intolerable o El gran salto. Quien pretenda encontrarse con Fargo, No es país para viejos o El gran Lebowski saldrá decepcionado. Y avisado está.
Título original: Hail, Caesar!
Año: 2016
Duración: 106 min.
Género: Comedia Negra / Cine dentro del cine
País: Estados Unidos
Director: Joel Coen, Ethan Coen
Guión: Joel Coen, Ethan Coen
Música: Carter Burwell
Fotografía: Roger Deakins
Reparto: Josh Brolin, George Clooney, Scarlett Johansson, Ralph Fiennes, Tilda Swinton, Channing Tatum, Alden Ehrenreich, Frances McDormand, Jonah Hill, Christopher Lambert, Clancy Brown, Wayne Knight, Dolph Lundgren, Patrick Fischler, Robert Picardo, David Krumholtz, Fisher Stevens, Emily Beecham, Fred Melamed
Premios: 2016: Premios Oscar: Nominada a mejor diseño de producción
2016: Premios BAFTA: Nominada a Mejor diseño de producción
Puntuación: 6,5/10
A pesar de estas pequeñas dosis de su talento, sus incondicionales ya echábamos en falta un trabajo completo del tándem Ethan-Joel. Y así, cambiando por completo de registro, regresan con una comedia negra made in los Coen, para satirizar hasta decir basta al Hollywwod clásico y todos aquellos que lo componen: actores, actrices, directores, guionistas, productoras, distribuidoras, críticos... Todo. En ¡Ave, César! nada se escapa a la mordaz visión de estos irreverentes hermanos. Hasta la religión, -espectacular debate a cuatro con Josh Brolin como moderador- como de costumbre, es vapuleada por la pluma y la cámara de los Coen. Eso sí, con estilo y sin caer en la zafiedad.
Y así nos trasladan al Hollywood de los años 50, donde se está rodando una superproducción de romanos protagonizada por la estrella del momento: Baird Whitlock (George Clooney). Tras un descanso en el rodaje, Whitlock es secuestrado por una organización subversiva de guionistas contrarios al monopolio de las grandes productoras.
George Clooney es Baird Whitlock, la estrella de Hollywood secuestrada en el rodaje de '¡Ave, César!' (Universal). |
Eddie Manix (Josh Brolin), jefe de producción del largometraje protagonizado por Whitlock, trabaja a contrarreloj para encontrar a la estrella y evitar que se paralice el rodaje de ¡Ave, César!. Y todo ello mientras aplaca la ira del director del momento, Laurence Laurentz (fantástico Ralph Fiennes), incapaz de cambiar el registro de una estrella del western como Hobie Doyle (Alden Ehrenreich); resuelve los líos de faldas de DeeAnna Moran (Scarlett Johansson) con compañeros de industria (Christopher Lambert); aleja a la prensa (Tilda Swinton) de tanto chismorreo e intenta dejar de fumar.
En definitiva, un auténtico despropósito tras otro, con hilarantes momentos de humor y el sello propio de los Coen. Pero a eso se reduce la película: Secuencias desternillantes que aprueban por separado, pero que no consiguen completar un todo perfecto. Bien es cierto que hay que huir de las comparaciones, más si cabe cuando Ethan y Joel han regalado películas tan buenas a lo largo de su carrera.
Scarlett Johansson junto a Josh Brolin en un momento de '¡Ave, César!' (Universal). |
Aún sin caer en la comparación, ¡Ave, César! no pasa de ser un trabajo entretenido, sin mucha más alma que algunas escenas graciosas. Así, la sátira de los Coen sobre el Hollywood clásico no es más que una píldora amena y divertida. Intentar ver más allá de eso es un completo error.
Llegados a este momento de su dilatada trayectoria, los Coen se han sacado de la manga un trabajo para reírse de todo aquello que les rodea en la industria cinematográfica. Se lo pueden permitir gracias a la legión de fans que les seguimos. Y aún carentes de la chispa y el talento de otras producciones suyas, lo cierto es que consiguen hacer sonreír, y eso bien merece una entrada de cine.
Desmitificando el Hollywood clásico
La meca del cine va por etapas. Lo vemos cada cierto tiempo. Cuando las productoras fijan su vista en un tema, lo explotan hasta al sociedad. Ya sean las superproducciones históricas -aquellas de romanos y la Biblia-, la avalancha de biopics, superhéroes y remakes que vivimos en la actualidad, o un género, el western, que antaño vivió su época más gloriosa. Como el musical (gran número de Channing Tattum emulando a James Cagney en Desfile de Candilejas).El musical del Hollywood clásico tiene un hueco en un momento de la película gracias a Channing Tattum (Universal). |
Los Coen han cogido todo eso, y con la ironía y el sarcasmo por bandera han desmitificado a un Hollywood del que muchos comen y beben a diario. Nada se ha escapado a su estilo crítico. Desde ese actor encorsetado en el western que no sabe hacer nada más allá de los vaqueros y cantar canciones a la luna -cierto deje a Ricky Nelson-, hasta el sindicalismo y la Guerra Fría, pasando por los matrimonios de conveniencia para dar 'carnaza' a la prensa amarilla o la falta de rigor en películas que pegan patadas a la historia antigua -impagable unir a Tiberio y Caracalla cuando les separan más de 200 años de imperio-.
Una crítica acertada, oportuna y divertida. Ese el tratamiento de ¡Ave, César!, que no persigue nada más que reírse de todo y todos y hacer pasar un rato entretenido en la butaca. Nada más. Del grupo de películas como Ladykillers, Arizona Baby, Crueldad Intolerable o El gran salto. Quien pretenda encontrarse con Fargo, No es país para viejos o El gran Lebowski saldrá decepcionado. Y avisado está.
Ficha Técnica
Título original: Hail, Caesar!
Año: 2016
Duración: 106 min.
Género: Comedia Negra / Cine dentro del cine
País: Estados Unidos
Director: Joel Coen, Ethan Coen
Guión: Joel Coen, Ethan Coen
Música: Carter Burwell
Fotografía: Roger Deakins
Reparto: Josh Brolin, George Clooney, Scarlett Johansson, Ralph Fiennes, Tilda Swinton, Channing Tatum, Alden Ehrenreich, Frances McDormand, Jonah Hill, Christopher Lambert, Clancy Brown, Wayne Knight, Dolph Lundgren, Patrick Fischler, Robert Picardo, David Krumholtz, Fisher Stevens, Emily Beecham, Fred Melamed
Premios: 2016: Premios Oscar: Nominada a mejor diseño de producción
2016: Premios BAFTA: Nominada a Mejor diseño de producción
Puntuación: 6,5/10
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