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jueves, 12 de noviembre de 2015

Miguel Rellán: “El humor es el trayecto más corto para contar determinadas cosas”

Una habitación, cuatro sillas, cartas de póker, ginebra, café y cuatro amigos con sus respectivos sueños quebrados e ilusiones por conquistar. En torno a todos esos ingredientes gira Jugadores, una pieza teatral especial; cargada de un humor ácido, fácilmente empatizable y con un elenco de actores -con el beneplácito de Dean Martin- inmejorable, encabezado por Luis Bermejo, Ginés García Millán, Jesús Castejón y el núcleo de este cuarteto mágico, Miguel Rellán.

Desde la primera escena nos percatamos que enfrente hay mucha calidad, pero especialmente si cabe, el actor nacido en Tetuán en 1943 (antiguo protectorado español) demuestra las tablas que dan tantos años dedicados en cuerpo y alma a la profesión y que nos desvela los secretos de esta maravillosa obra.

Miguel Rellán daba vida en 'Jugadores' a un profesor que se enfrenta a sus horas más bajas como docente.

“El común denominador de nuestros problemas es que andamos mal de pasta. Eso, lamentablemente, es algo reconocible por un gran porcentaje de los españoles. Además, están solos porque no saben gestionar sus problemas. Son listos para unas cosas pero medio idiotas para otras, como nos pasa a todos. Entonces lo que hacen es juntar su soledad con el pretexto de jugar una partida de póquer y seguir esperanzados en que su presente y futuro cambiará” reconoce Rellán como uno de los puntos fuertes de este notable texto escrito y dirigido por Pau Miró.

Él es, concretamente, un profesor universitario con abscesos de violencia repentinos y una cuenta sin resolver con su difunto padre. A pesar de todo eso, conserva la esperanza de salir del bache en el que se encuentra gracias a una amistad sin fisuras del resto del reparto, que borda en hora y media esta tragicomedia que no es, ni más ni menos, que una alegoría de la vida misma.

Jesús Castejón, Luis Bermejo y Ginés García Millán son los jugadores que acompañan a Miguel Rellán.

“La vida es un juego en el que hay que elegir continuamente. Cosas estúpidas o cosas importantes. Y cada vez que eliges, te arriesgas. Puedes perder o ganar; y ahí está el dilema, como nos pasa a todos”, apunta en tono reflexivo para insistir en que esto “la vida, y el teatro pretende ser un reflejo, no entiende de género. Te lo mezcla todo; y esa es la razón por la que en situaciones de la vida muy dramáticas se dan de repente situaciones cómicas que a todos nos ha pasado”.

Algo que según Miguel Rellán han “bordado” directores ilustres y de la talla de Luis García Berlanga o Billy Wilder. “Yo le decía a mi mujer: no sé de qué puñetas me estoy riendo, pero me estoy riendo. Y te das cuenta que el humor es el trayecto más corto para contar determinadas cosas”, subraya.

"Qué se vaya a freír espárragos el 21%"

Las artes cinematográficas -y escénicas en general- siempre atraviesan por baches a menudo externos a la calidad de actores, directores, productores y guionistas. Aplicando un símil taurino: 'hay toreros pero no toros'. Y son muchos artistas los que se las ven y se las desean para sacar adelante sus proyectos.

Es en este punto donde Miguel Rellán saca a relucir una vena reivindicativa por los de su gremio y por reivindicar la profesión contra las presiones externas . "Espero que se vaya a freír espárragos el 21%, haya una nueva ley de cine y que cambien muchas cosas en el cine porque hay mucho talento, otra cosa es que dejen hacerlo. Te enseñan guiones muy buenos, pero claro cuesta producirlos. Hasta Clint Eastwood tuvo que rodar en 37 días Million Dollar Baby porque no se la producía nadie. Salen películas estupendas pero a base de dejarse la piel".

"El cine es el arte del director"

Miguel Rellán no entiende de clichés interpretativos y de ahí se entiende muchos de los papeles que ha interpretado a lo largo de su carrera. “Soy un bicho raro. Nunca he tenido ambiciones por hacer tal o cual personaje. Por eso quizá soy razonablemente feliz; porque no tengo frustraciones en ese sentido. Detrás de todos los personajes hay mucho trabajo. Hay algunos que lo lees y enseguida sabes por dónde van, pero hay otros que no sé por dónde meterle el diente y eso me encanta. Y a base de trabajar acaban saliendo”.

En una vida ligada al cine, al teatro y a la televisión, el inconformismo es evidente en este actor camaleónico que tiene anécdotas para dar y tomar. "No me conformo con cualquier cosa pero lo tengo muy claro. Un representante que tenía y se jubiló hace mucho tiempo decía o gloria artística o gloria económica. O es estupendo y no importa que lo paguen mal, o es una porquería, pero te lo pagan divinamente. Y lo más frecuente es que sea una mierda de guión y no te paguen (ríe)".

Miguel Rellán es uno de los actores más reconocidos en nuestro país.

Eso sí, entre uno y otro arte, Miguel Rellán lo tiene claro: "Yo he descubierto en los últimos años que me gusta poco hacer cine. El cine es el arte del director. Berlanga decía: "yo soy director de cine porque es lo que más se parece a ser Dios. En el cine no te pagan, te indemnizan, a mi cada vez me aburre más con las repeticiones y los cambios de planos y demás, cada día lo llevo peor. En cambio el teatro es la verdad paradójicamente, fascina más".

Esa fascinación es uno de los motores que siguen encendiendo la carrera de uno de nuestros actores más reconocibles. “Este oficio, como todos los que requieren un proceso creativo, afortunadamente no se acaban nunca. Como en la vida, siempre hay cosas que hacer y mejorar. Cada papel es distinto y eso es lo fascinante de esto: que me siguen sorprendiendo muchas cosas y espero que sea así hasta el final”. Un final, que por el bien de las artes de nuestro país, esperemos se encuentre muy alejado en el tiempo.

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