Martin Scorsese (El lobo de Wall Street, Uno de los nuestros), uno de los directores más importantes en la historia del cine, es un autor de binomios. Ha formado pareja artística con Robert de Niro (Toro Salvaje) en ocho ocasiones y después con Harvey Keitel (Malas calles) y Leonardo di Caprio (El aviador), ambos en cinco títulos. En cuanto a guionistas, el escritor con el que más veces ha coincidido es Paul Schrader (Yakuza, Blue Collar) creador de cuatro guiones dentro de la filmografia del autor italoamericano. La última vez que ambos cineastas unieron sus fuerzas fue en Al límite en el año 1999.
Frank Pierce -Nicolas Cage (Con Air, Snake Eyes)- es un empleado del servicio nocturno de ambulancias en la ciudad de Nueva York que está viviendo una crisis personal y profesional. El insomnio que sufre, unido al estrés por no poder salvar las vidas de los pacientes que recoge en las calles le provocan alucinaciones y abscesos de violencia que solo conducen a la autodestrucción. Todo puede cambiar si logra redimirse salvando una vida, algo difícil de conseguir en un triple turno nocturno durante un fin de semana con tres compañeros diferentes: Larry -John Goodman (Argo, El jugador)- Marcus -Ving Rhames (Pulp Fiction, Misión Imposible)- y Tom -Tom Sizemore (Heat, Salvar al soldado Ryan)-.
Amante de la ciudad que le vio nacer en 1942, Martin Scorsese ha mostrado en gran parte de sus trabajos los aspectos mas crueles y desangelados de las zonas más importantes que forman parte de la ciudad de los rascacielos. Basándose en sus propias experiencias o en las vivencias que había experimentado de joven, el director nos enseñaba la cara B del sueño norteamericano en barrios como Lower East Side (Malas Calles), el Soho (Jo que noche) o los más emblemáticos: Brooklyn, Queens, Bronx...(Taxi Driver). Cuando cayó en sus manos la adaptación del libro Bringing Out the Dead escrito por el paramédico Joe Connelly en el que narraba sus años de profesión al volante de una ambulancia, el autor italoamericano se arriesgó ofreciéndonos una nueva visión del lado oscuro neoyorquino.
Desde su estreno, Al límite fue comparada con Taxi Driver, algo que jugó en su contra y que provocó que tuviera una tibia acogida por parte de la crítica y del público. Si bien es cierto que comparte muchos aspectos con la película que catapultó a Robert De Niro al estrellato en 1976, son numerosos los rasgos que la diferencian. El insomnio de los protagonistas, así como sus profesiones (ambas al volante) en la jungla urbana coinciden en las dos obras. Pero en 1976 el personaje principal era un justiciero, un verdugo que limpiaba la basura de la sociedad, mientras que en el título que nos ocupa nuestro héroe es un mártir, una víctima.
Tampoco ayudó que el personaje principal estuviese interpretado por Nicolas Cage, un actor vapuleado injustamente por la crítica, al que se acusa muchas veces de abusar del histrionismo -y si, por momentos se excede-. Pero es un gran intérprete que ha demostrado con creces durante tres décadas que posee calidad y carisma suficientes para encabezar proyectos con grandes directores al mando. En esta ocasión lidera un reparto en estado de gracia que suponen uno de los puntos más destacados de la obra.
En primer lugar, Larry -John Goodman- un comedor compulsivo, obeso y obsesionado con la comida que acompañará a Frank en esta primera etapa. Juntos acuden a un tiroteo entre traficantes de drogas -uno de los cuales es Michael K. Williams, el famoso Omar de la serie The Wire-, atenderán a un suicida, personaje interpretado por el cantante Marc Anthony, y acudirán en auxilio de un anciano que ha sufrido un ataque al corazón. Es en este momento cuando el protagonista conocerá a la hija del paciente, Mary Burke -Patricia Arquette (Amor a quemarropa, y ganadora del Oscar por Boyhood)- que supondrá el único rayo de esperanza en su particular odisea.
Posteriormente, Pierce tiene que compartir turno con Marcus -Ving Rhames- un fanático religioso al que confesará las apariciones espirituales de las personas que no han podido salvar y el cual le asesorará de un particular modo. Finalmente, la última jornada corre a cargo de Tom Wolls -Tom Sizemore- un violento sanitario que no duda en insultar, perseguir y apalear a sus propios pacientes. En este viaje el filme se desboca, ofreciendo al espectador los mejores momentos con una cámara que se vuelve loca al ritmo de la canción Janie Jones de The Clash, imágenes psicodélicas que acentúan el hundimiento total del protagonista acompañado de situaciones surrealistas en la que los dos compañeros se verán envueltos.
Como curiosidad, hay que destacar que el título de la cinta en EE.UU es el mismo que la novela en que se basa, Bringing out the dead, que traducido literalmente vendría a ser 'Sacar a los muertos'. En una de las escenas más alucinógenas, el personaje interpretado por Cage aparece ayudando a los difuntos de la ciudad a salir de las profundidades, haciendo honor al nombre de la obra.
Un viaje por los lugares más marginales de una ciudad que el director ama a cargo de un grupo de trabajadores sanitarios que tienen el deber o la obligación de velar por los demás, pero que en muchas ocasiones se encuentran desamparados y al borde del precipicio. Una visión de la jungla urbana que puede devorar a cualquiera que se intente ganar la vida en ella y que no hace distinciones en cuanto a sexo, raza, edad o condición social. En definitiva, una obra que fue injustamente tratada por la crítica y que, al encontrarse dentro de tan vasta trayectoria de un genio, no es valorada como lo que es: una gran película.
Título original: Bringing out the dead
Año: 1999
Género: Drama
Duración: 122 min.
País: Estados Unidos
Director: Martin Scorsese
Guión: Paul Schrader (Novela: Joe Connelly)
Música: Elmer Bernstein
Fotografía: Robert Richardson
Reparto: Nicolas Cage, Patricia Arquette, John Goodman, Ving Rhames, Tom Sizemore, Marc Anthony, Cliff Curtis, Aida Turturro, Nestor Serrano, Mary Beth Hurt, Arthur J. Nascarella, Sonja Sohn, Afemo Omilami
Puntuación: 10/10
Frank Pierce -Nicolas Cage (Con Air, Snake Eyes)- es un empleado del servicio nocturno de ambulancias en la ciudad de Nueva York que está viviendo una crisis personal y profesional. El insomnio que sufre, unido al estrés por no poder salvar las vidas de los pacientes que recoge en las calles le provocan alucinaciones y abscesos de violencia que solo conducen a la autodestrucción. Todo puede cambiar si logra redimirse salvando una vida, algo difícil de conseguir en un triple turno nocturno durante un fin de semana con tres compañeros diferentes: Larry -John Goodman (Argo, El jugador)- Marcus -Ving Rhames (Pulp Fiction, Misión Imposible)- y Tom -Tom Sizemore (Heat, Salvar al soldado Ryan)-.
Nicolas Cage sufre una crisis personal y profesional como Frank Pierce en 'Al límite'. |
Amante de la ciudad que le vio nacer en 1942, Martin Scorsese ha mostrado en gran parte de sus trabajos los aspectos mas crueles y desangelados de las zonas más importantes que forman parte de la ciudad de los rascacielos. Basándose en sus propias experiencias o en las vivencias que había experimentado de joven, el director nos enseñaba la cara B del sueño norteamericano en barrios como Lower East Side (Malas Calles), el Soho (Jo que noche) o los más emblemáticos: Brooklyn, Queens, Bronx...(Taxi Driver). Cuando cayó en sus manos la adaptación del libro Bringing Out the Dead escrito por el paramédico Joe Connelly en el que narraba sus años de profesión al volante de una ambulancia, el autor italoamericano se arriesgó ofreciéndonos una nueva visión del lado oscuro neoyorquino.
John Goodman acompaña a Cage en su autodestrucción. |
Tampoco ayudó que el personaje principal estuviese interpretado por Nicolas Cage, un actor vapuleado injustamente por la crítica, al que se acusa muchas veces de abusar del histrionismo -y si, por momentos se excede-. Pero es un gran intérprete que ha demostrado con creces durante tres décadas que posee calidad y carisma suficientes para encabezar proyectos con grandes directores al mando. En esta ocasión lidera un reparto en estado de gracia que suponen uno de los puntos más destacados de la obra.
El descenso a los infiernos
Los orígenes católicos de Martin Scorsese -de joven planeaba ordenarse como sacerdote e incluso entró en el seminario al terminar la escuela primaria- han dejado mucha huella en el director, siendo la religión un aspecto fundamental dentro de su obra. En este caso, la narración del descenso a los infiernos del personaje principal supone el eje fundamental sobre el que gira el filme. Un descenso que ocupa tres jornadas nocturnas acompañado de tres personalidades totalmente diferentes, cada uno de ellos aportando su granito de arena a la locura e inestabilidad del paramédico, Frank Pierce.Patricia Arquette es una de las vías de escapa de Cage para salir del atolladero. |
En primer lugar, Larry -John Goodman- un comedor compulsivo, obeso y obsesionado con la comida que acompañará a Frank en esta primera etapa. Juntos acuden a un tiroteo entre traficantes de drogas -uno de los cuales es Michael K. Williams, el famoso Omar de la serie The Wire-, atenderán a un suicida, personaje interpretado por el cantante Marc Anthony, y acudirán en auxilio de un anciano que ha sufrido un ataque al corazón. Es en este momento cuando el protagonista conocerá a la hija del paciente, Mary Burke -Patricia Arquette (Amor a quemarropa, y ganadora del Oscar por Boyhood)- que supondrá el único rayo de esperanza en su particular odisea.
Los muertos se aparecen a Frank cuando 'patrulla' la ciudad para salvar vidas. |
Posteriormente, Pierce tiene que compartir turno con Marcus -Ving Rhames- un fanático religioso al que confesará las apariciones espirituales de las personas que no han podido salvar y el cual le asesorará de un particular modo. Finalmente, la última jornada corre a cargo de Tom Wolls -Tom Sizemore- un violento sanitario que no duda en insultar, perseguir y apalear a sus propios pacientes. En este viaje el filme se desboca, ofreciendo al espectador los mejores momentos con una cámara que se vuelve loca al ritmo de la canción Janie Jones de The Clash, imágenes psicodélicas que acentúan el hundimiento total del protagonista acompañado de situaciones surrealistas en la que los dos compañeros se verán envueltos.
Como curiosidad, hay que destacar que el título de la cinta en EE.UU es el mismo que la novela en que se basa, Bringing out the dead, que traducido literalmente vendría a ser 'Sacar a los muertos'. En una de las escenas más alucinógenas, el personaje interpretado por Cage aparece ayudando a los difuntos de la ciudad a salir de las profundidades, haciendo honor al nombre de la obra.
Las revelaciones espirituales son una constante en el trabajo de Martin Scorsese. |
Un viaje por los lugares más marginales de una ciudad que el director ama a cargo de un grupo de trabajadores sanitarios que tienen el deber o la obligación de velar por los demás, pero que en muchas ocasiones se encuentran desamparados y al borde del precipicio. Una visión de la jungla urbana que puede devorar a cualquiera que se intente ganar la vida en ella y que no hace distinciones en cuanto a sexo, raza, edad o condición social. En definitiva, una obra que fue injustamente tratada por la crítica y que, al encontrarse dentro de tan vasta trayectoria de un genio, no es valorada como lo que es: una gran película.
Ficha Técnica
Título original: Bringing out the dead
Año: 1999
Género: Drama
Duración: 122 min.
País: Estados Unidos
Director: Martin Scorsese
Guión: Paul Schrader (Novela: Joe Connelly)
Música: Elmer Bernstein
Fotografía: Robert Richardson
Reparto: Nicolas Cage, Patricia Arquette, John Goodman, Ving Rhames, Tom Sizemore, Marc Anthony, Cliff Curtis, Aida Turturro, Nestor Serrano, Mary Beth Hurt, Arthur J. Nascarella, Sonja Sohn, Afemo Omilami
Puntuación: 10/10
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