viernes, 24 de abril de 2015

'La sombra del actor': Al Pacino ante su dilema shakesperiano

Simon Axler -Al Pacino- se encuentra en su camerino. Tiene un dilema. Está a punto de salir al escenario para recitar a su 'amado' William Shakespeare pero las dudas afloran. Finalmente, después de una confusión mental con pérdida entre bastidores incluida, sale a las tablas con el arrojo que da tanto años de experiencia en la profesión. Lo que no sabe es que el público está más pendiente de su smartphone que del arte que tiene ante sus ojos -algo, por cierto, muy común hoy día 'gracias' a la tecnología- y al descubrirlo, pierde el conocimiento y la devoción por eso de ser actor.

Con esa fuerza crítica, cómica y a la vez trágica arranca La sombra del actor, de Barry Levinson (Rainman, Cortina de Humo), inspirada en la novela de Philip Roth y con un Al Pacino desatado. Como un espejo en su trayectoria, 'El Padrino' se confiesa delante de las cámaras de forma decadente, recordando lo que fue, ha sido y es. Y en este punto, con esa magnífica interpretación, la cinta gana enteros.

Al Pacino es un actor decadente en 'La sombra del actor' (Wandavision).
Más aún con la aparición de Pegeen -Greta Gerwig (Frances Ha). Atención al potencial interpretativo de esta chica-. Ella es la hija de un matrimonio viejo amigo de Axler, al que dan vida Dan Hedaya (Sangre Fácil, Huracán Carter) y Diane West (Días de Radio, Balas sobre Broadway). Enamorada desde que era una cría del seductor actor, la joven lesbiana revoluciona por completo la vida de este en lo que a priori parece una segunda oportunidad.

Así al menos se lo hace saber a su terapeuta -Dylan Baker (13 Días, Camino a la perdición) y al bueno de su representante -Charles Grodin (El cielo puede esperar, Huida a medianoche), que le han apoyado tras ese dramático intento de suicidio y que acabó con sus huesos en un centro psicológico de internamiento. Un paseo por esas instalaciones donde también conoce a una chiflada que le hará la vida imposible.

Greta Gerwig junto a Al Pacino (Wandavision).
En definitiva, un puzzle caótico de personajes que regala secuencias divertidas pero que, poco a poco va esfumando el entretenimiento entre tanto enredo. A eso se suma la mezcla de realidad y ficción que vive Pacino y que no termina de quedar claramente concebida, en una especie de emulación a El invisible Harvey, de la que se hace mención en el filme.

Pero si coincide con una película, contemporánea además, es sin duda con Birdman, con la que guarda muchos paralelismos. Entre ellos el leitmotiv principal: un actor de éxito que prueba las mieles del fracaso y resurge de sus cenizas gracias al Rey Lear -en este caso- y Broadway. La diferencia principal es que en el trabajo de Iñarritu se destripa al mundo del espectáculo y en el de Levinson la mirada se centra más en las miserias humanas.

Al Pacino, Dan Hedaya y Dianne West (Wandavision).
Y a pesar de tener un diamante en bruto como motor generador del argumento, La sombra de actor se queda en un reflejo vacuo de sí misma. Un producto medio enredoso, con algún que otro momento reseñable en forma de comedia y, eso sí un Al Pacino sinónimo de garantía en cualquier formato, al que siempre es un gusto verle en pantalla. Ya sea de inolvidable jefe de la 'Cosa Nostra', nervioso ladrón de bancos (Tarde de Perros) o recitando a Shakespeare (El mercader de Venecia), el actor italoamericano es un portento de la profesión. Y eso, por mucho que pasen los años, siempre será digno de alabar.

Ficha Técnica


Título original: The Humbling

Año: 2014

Género: Drama / Comedia-Dramática

Duración: 112 min.

País: Estados Unidos 

Director: Barry Levinson

Guión: Buck Henry, Michal Zebede (Novela: Philip Roth)

Música: Marcelo Zarvos, The Affair

Fotografía: Adam Jandrup

Reparto: Al Pacino, Greta Gerwig, Dianne Wiest, Kyra Sedgwick, Charles Grodin, Dylan Baker, Dan Hedaya, Maria Di Angelis, Nina Arianda, Victor Cruz, Li Jun Li

Puntuación: 6,5/10

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