'Aguas tranquilas': La pérdida de la inocencia

La directora japonesa Naomi Kawase regresa a la gran pantalla con Aguas Tranquilas, ambientada en la isla Amami-Oshima, entre Okinawa y Kyushu, donde el adolescente de 16 años Kaito (Nijiro Murakami) encuentra a un hombre con un gran tatuaje de un dragón en la espalda yaciendo en la orilla. Esto agravará más su fobia al mar, algo que su compañera de clase Kyoko (Jun Yoshinage) que ama nadar, no puede entender.

Con todo, este incidente será un detonante para los adolescentes que verán cómo sus vidas ya no volverán a ser iguales. Este camino hacia la pérdida de la inocencia estará representada en el fallecimiento de un ser amado y en la caída de una divinidad de una madre en los ojos de un hijo.

Kaiku y Kyoko tendrán que afrontar situaciones difíciles en sus vidas (GoodFilms).

Cada personaje tiene su propio drama familiar. Así Kaiku es un joven con un estado emocional convulso a consecuencia de la separación de sus padres. Vive con su madre, la cual casi siempre está trabajando mientras que su padre vive ahora en Tokio como artista. Mientras tanto, Kaiku mantiene una relación con su compañera de colegio Kyoko, aunque él no quiere dar el siguiente paso y eso provoca tensión en ambos.

Además, la vida de Kyoko tampoco está en calma pues su madre, una chamán conocida en el pueblo, se está muriendo. Todos estos conflictos, miedos y frustraciones irán fluyendo entre los personajes, donde las canciones populares japonesas y sus largos silencios evocan una profundidad emocional en la que viven. Al final, las aguas del océano se tranquilizarán después de una gran tormenta, tanto natural como emocional, y los protagonistas culminan la pérdida de su inocencia a través de su amor.

Las aguas que bañan la isla son un reflejo de la situación emocional de los personajes (GoodFilms).

Las aguas del océano, a orillas del cuál viven, parecen estar conectadas con ellos. Representa al principio la tranquila vida de los mismos donde Kyoko y Kaiku viven en calma en su pueblo costero. Sin embargo según llega el climax de emociones entre ellos y sus vidas familiares, las aguas se tornan bravas y mortales.  Esta relación con la naturaleza que crea Kawase en la película es de humildad frente a ella. A través del agua del océano o de los árboles centenarios, la directora sabe transmitir alegría, paz y sosiego.

Quizás por la propia vida de la realizadora, las mujeres en este filme son las verdaderas heroínas. Esto queda patente tanto en la fortaleza de Kyoko, la serenidad de su madre moribunda ante la muerte, o en la fuerza de seguir delante de la madre de Kaiku, cuyo marido se ha desentendido de sus responsabilidades. La mejor secuencia que representa esta idea de mujer/heroína es cuando Kyoko le recrimina a Kaiku el trato denigrante que él hace hacia su madre, sólo porque él no tolera que se acueste con otro hombre que no sea su padre.

El descubrimiento del cuerpo solo empeora la fobia de Kaiku al agua (GoodFilms).

Así confluye todo en una película no apta para las masas. Los diálogos son cortos y con grandes pausas y silencios, donde a veces el sonido de la naturaleza es el propio guión. Lenta y (pero) profunda son sus calificativos, no por ello negativos. Hay muchas emociones y, a la vez, introduce una leve crítica al sistema o estructura familiar japonés, que hoy en día sigue siendo muy machista. Por ejemplo, continúa existiendo la idea en Japón de que cuando la mujer tiene un hijo, tiene que dejar de trabajar, tanto si quiere como si no. De esta manera, la directora nipona muestra a las verdaderas heroínas de esta historia como reivindicación o manifiesto frente a esas ideas desfasadas de la sociedad a la que pertenece.

Ficha Técnica

Título original: Futatsume no mado (Still the Water)

Año: 2014

Género: Drama / Romance

Duración: 110 min.

País: Japón  

Director: Naomi Kawase 

Guión: Naomi Kawase Música: Hasiken

Fotografía: Yutaka Yamazaki

Reparto: Nijiro Murakami, Jun Yoshinaga, Makiko Watanabe, Hideo Sakaki, Tetta Sugimoto,Miyuki Matsuda, Jun Murakami, Fujio Tokita

Premios: 2014: Festival de Cannes: Sección oficial largometrajes a concurso

Puntuación: 6,5/10