Aquí Luis, al que conocí en una entrevista por su obra de teatro Maridos y Mujeres, sorprende a aquellos que no le conocen con la interpretación desgarradora de un profesor de literatura en paro, que trata de hacer realidad el último deseo de su hija Alicia, enferma terminal de cáncer que anhela disfrazarse de su heroína de dibujos 'Mágical Girl Yukiko'. En el filme dirigido por Carlos Vermut comparte planos con José Sacristán, al que dirigió en la obra teatral Yo soy Don Quijote de la Mancha. "José es un actor muy generoso que te exige mucho", me cuenta cuando le preguntó a cerca de volver a compartir trabajo con 'El muerto y ser feliz'.
Luis Bermejo vuelve a compartir escena con José Sacristán. |
Continuando con su gran papel en Magical Girl, me cuenta que uno de los secretos del éxito de la película radica en la trama argumental en la que "subyacen muchas cuestiones. La principal es esa dificultad que tienen los seres humanos de amarse. Este padre tiene una enorme dificultad que se ve en las escenas de cómo se relaciona con su hija y cómo toma esas decisiones. Trataba de implicarme emocionalmente con lo que le pasaba a ese padre y en esa pelea he estado".
Buen momento del cine español
Luis Bermejo en nuestra primera entrevista. |
Magical Girl se suma a otras obras del cine español que están arrasando este 2014 en cartelera. Películas como La isla mínima, El niño u Ocho apellidos vascos que no tienen nada que envidiar a las grandes superproducciones. "Creo que estamos asistiendo a un cambio de percepción con respecto al cine español. Hay un cambio generacional importante y ahora sí interesa el cine español, porque habla de cuestiones que le tocan de cerca al público", me reconoce Luis con cierto entusiasmo para confesar que "es motivo de alegría que la gente vaya a la cine a ver películas españolas. La cultura de un país es el reflejo de la sociedad".
El triunfo actual del cine patrio no solo se debe al cambio generacional que explica el actor extremeño. También ha habido un giro radical en la forma de rodar y la implicación de actores, guionistas y equipo técnico. "Durante años ha habido gente muy inquieta, con ganas de seguir aprendiendo y de seguir probando y equivocándose. En las escuelas de teatro emergieron metodologías muy diferentes y todas muy ricas". Una cuna, la del teatro, donde muchos como Luis han mamado la interpretación y ahora se ve los resultados en películas de gran valor. "La gente tenía muchas ganas de aprender y ahora vemos los resultados. Una buena educación puede dar en el futuro buenos frutos".
Como el cine son sueños y estos pueden hacerse realidad, la guinda al viaje que está recorriendo el trabajo de Vermut sería, por qué no, los Goya, donde este año la quiniela está muy disputada. "Que haya una terna de películas tan reñidas y el público apueste por ellas dice mucho de nuestro cine", apunta antes de reconocer que el premio Goya "le daría buenas alas a toda la gente que está emprendiendo proyectos independientes y de autor".
Teatro solidario en Getafe
Su labor interpretativa la combina con una faceta solidaria que le llevará esté próximo sábado, 8 de noviembre a las 20.00 horas, a participar en el García Lorca de Getafe como actor principal en el monólogo El minuto del payaso, una historia repleta de emociones donde da vida a un payaso que espera entre bambalinas para salir y hacer su número en un gran festival homenaje al circo. "Esa es nuestra excusa para, por un lado, rendir tributo al universo del circo, por otro dignificar la profesión y hablar del buen ciudadano".
'El minuto del payaso', obra benéfica para niños pluridiscapacitados. |
La obra tiene un fuerte carácter solidario, ya que lo recaudado va destinado a ayudar a niños pluridiscapacitados con la Asociación Dedines de Getafe. "Siempre que puedo ayudo con lo que tengo a mano, que en este caso es ese arma descomunal que es el teatro, y me pidieron colaborar y tenía un monólogo entre manos como este y acepté sin dudarlo para dar a conocer la realidad de esta problemática".
Además de reivindicativa y solidaria, El minuto del payaso tiene un trasfondo crítico con la actualidad y a la vez esperanzador con las personas. "Mi personaje es un tipo que tiene su parte de indignación, pero el espectador va a asistir a un viaje hacia la alegría y la felicidad y sobre todo, a dignificar la figura del buen ser humano".
Como vehículo de todo ese torrente de sensaciones aparece la risa; una risa "sanadora" para Luis. "En la tribuna, siempre que el texto lo permite, intento poner en práctica esto de sacar una risa. Siempre lo digo yo, la gente entra con toda su mierda y tú se lo arrancas y lo lanzas bien lejos. Luego salen y vuelven a metérselo en el bolsillo, pero cuando te han visto a ti se les ha quedado en el bolsillo esa lucecita que es como una sonrisa que te devuelve a la infancia y a la vida". Con este chute de energía positiva y reivindicación social tan necesaria en nuestros días, acaba esta conversación con un actor que va a dar mucho de que hablar en el futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario