A la conclusión de la II Guerra Mundial, el mundo y especialmente Estados Unidos, se sumió en una histeria colectiva provocada por la Guerra Fría y la posibilidad de una contienda nuclear que acabará con la humanidad. Hollywood no fue ajeno a este acontecimiento, escondiendo de forma evidente en varias de sus películas cierta propaganda anticomunista que colaba a través de enfermedades, plagas o invasiones extraterrestres (La invasión de los ladrones de cuerpos).
En 1950, en pleno auge del Macarthismo y la tan famosa 'Caza de Brujas', Elia Kazan -absuelto por el Comité de Actividades Antiamericanas de forma dudosa tras su vinculación al partido comunista- filmó con absoluta maestría Pánico en las calles, una de las películas menos recordadas del cineasta, pero con muchos matices que a día de hoy, más que nunca, siguen de actualidad.
La historia arranca en los bajos fondos de Nueva Orleans, con el asesinato de Kochack -teóricamente proveniente de la Europa del Este- a manos de Blackie -Jack Palance (Los profesionales, Bagdad Café) y dos de sus secuaces -entre ellos Zero Mostel (Golfus de Roma, Los Productores), también objeto de persecución del Comité- por una disputa de cartas.
Jack Palance y Zero Mostel. |
En 1950, en pleno auge del Macarthismo y la tan famosa 'Caza de Brujas', Elia Kazan -absuelto por el Comité de Actividades Antiamericanas de forma dudosa tras su vinculación al partido comunista- filmó con absoluta maestría Pánico en las calles, una de las películas menos recordadas del cineasta, pero con muchos matices que a día de hoy, más que nunca, siguen de actualidad.
La historia arranca en los bajos fondos de Nueva Orleans, con el asesinato de Kochack -teóricamente proveniente de la Europa del Este- a manos de Blackie -Jack Palance (Los profesionales, Bagdad Café) y dos de sus secuaces -entre ellos Zero Mostel (Golfus de Roma, Los Productores), también objeto de persecución del Comité- por una disputa de cartas.
Richard Widmark y Paul Douglas tienen 48 horas para evitar que se propague la peste negra. |
Cuando los forenses practican la autopsia al cadáver del inmigrante descubren que este tiene la peste negra, poniendo inmediatamente en alerta a las autoridades para prevenir un posible contagio masivo. Al frente de la investigación se sitúan el médico militar Clinton Reed -Richard Widmark (Vencedores o Vencidos, Noche en la ciudad)- y el capitán de la policía Tom Warren -Paul Douglas (No estamos casados, Encuentro en la noche)-, que tienen 48 horas para dar con los asesinos y evitar el contagio y la histeria masiva que amenaza a la ciudad.
A lo largo del filme no faltan las persecuciones clásicas del género. |
De forma vertiginosa, con un ritmo vigoroso y narrada con suma habilidad, el argumento de Pánico en las calles esconde ese mensaje anticomunista de la época y que comentaba al principio. Sorprende ver al perseguido Kazan brindando un trabajo de estas características, si bien se intuyen evidentes presiones políticas y de la propia 20th Century Fox en el trabajo del director.
Aun con todo, el aviso a la sociedad de la época y que se puede extrapolar a cualquier momento es rotundo. Un inmigrante introduce la peste negra -socialismo y comunismo- en Estados Unidos, que amenaza con extenderse por todo el país gracias al mal hacer de los gángsters y gente de baja estofa -los elementos soviéticos-, poniendo en peligro a la población norteamericana. A partir de ahí, las prestas, inteligentes y resolutivas autoridades estadounidenses -como se evidencia a lo largo del filme, ensalzando las cualidades de éstas- se ponen en marcha para capturar a los infractores y evitar la propagación del virus.
Elia Kazan, un magnífico narrador
Alejándonos de ese tufillo propagandístico, efectivo y que se advierte desde las primeras secuencias, la película es un ejemplo evidente de la clase de Elia Kazan como realizador y narrador. Odiado y amado a partes iguales, el director de La ley del silencio, entre otras, sirve en bandeja una historia entretenida y rodada al estilo clásico que, a pesar de intuirse su conclusión, mantiene la intriga y la atención.
Además del reparto, los exteriores son de vital importancia en la película. |
Kazan filma planos brillantes de los bajos fondos de Nueva Orleans, acompañados por unas interpretaciones magníficas de todo el reparto. En especial, el sensacional duelo interpretativo entre Widmark y Palance, en la piel de cazador y presa respectivamente. Ambos actores aparecen bien secundados por Paul Douglas y Zero Mostel, que sufrió en sus propias carnes la brutalidad del Macarthismo.
De cuando en cuando, la ficción y la realidad se dan la mano en la gran pantalla, brindando trabajos como Pánico en las calles que, más de sesenta años después de su estreno, no ha perdido la vigencia de la época. Un ejemplo más de que el cine se adelanta a su tiempo y nos enseña que el pánico y la histeria no conducen a nada bueno. No está de más recordarlo en los tiempos que corren.
Ficha Técnica
Título original: Panic in the Streets
Año: 1950
Género: Thriller / Enfermedad
Duración: 93 min.
País: Estados Unidos
Director: Elia Kazan
Guión: Richard Murphy (Argumento: Edna Anhalt & Edward Anhalt)
Música: Alfred Newman
Fotografía: Joseph MacDonald (B&W)
Reparto: Richard Widmark, Paul Douglas, Jack Palance, Barbara Bel Gedes, Zero Mostel, Dan Riss, Tommy Cook, Alex Minotis, Wilson Bourg Jr., Beverly C. Brown, Lewis Charles, Herman Cottman, William A. Dean
Premios: 1950: Oscar: Mejor historia
Puntuación: 8/10
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